Actividades Asociación 2025

1. Conferencia "Origen de la tradición jacobea"

El pasado 18 de marzo y dentro de las actividades organizadas por nuestra asociación, su presidente Juan María Silvela Milans del Bosch impartió una conferencia sobre los orígenes de la tradición jacobea ante un numeroso auditorio que llenó por completo el Aula Magna de nuestra querida Academia.

Para todos aquellos interesados que no pudieran asistir, publicamos a continuación una recesión de la misma:

Comenzó el conferenciante con las siguientes preguntas:

¿Representa adecuadamente la tradición de Santiago adecuadamente, hoy en día, lo que somos y a lo que aspiramos?

¿Debe ser reconocida y reforzada como contribuyente decisiva al quehacer de España y como apoyo para el futuro?

Inmediatamente expuso el desarrollo histórico del patronímico de Jacobo (griego). Aunque se ha escrito que en hebreo significa "el que suplantó", en realidad, deriva de talón. Jacobo, patriarca del Antiguo Testamento, sustituyó en la primogenitura a Esaú, que nació primero; ambos eran gemelos e hijos de Isaac y Rebeca; Jacob, por un plato de lentejas, fue ungido por su padre.

Santiago proviene de la contracción de Locus Sancti Yacobi (designación de Alfonso II).

Herodes Agripa I, nieto de "El Grande", dio muerte a Santiago, hermano de Juan, por la espada (Hc 12,2), seguramente durante la Pascua del año 43 en Jerusalén.

Continuó el conferenciante con el análisis de la posibilidad y probabilidad de su predicación en España y su enterramiento en Libredón, mediante fuentes que los asistentes debían valorar por su antigüedad, continuidad, autoridad y coherencia.

La noticia de la predicación de Santiago en España fue dada a conocer principalmente por un monje del cenobio de S. Martín de Liébana (llamado convento de S. Toribio a partir del S. XII), de nombre Beato. Editó dos versiones del Apocalipsis (776 y 784) con explicaciones que denominó "Comentarios del Apocalipsis". En ellos daba la noticia de la predicación de Santiago en España.

Por tanto, se puede considerar, con ciertas reservas, que la noticia divulgada por Beato era una primicia en España.

Además, a finales del siglo VIII, surgió un himno litúrgico: "O Dei Verbum Patris", dedicado a Mauregato, que proclamaba a Santiago: Apóstol dignísimo, cabeza refulgente y dorada de España, defensor especialísimo y patrono nuestro.

Con respecto a su enterramiento en España, a partir de la 3ª o 4ª década del S. IX, en el norte del valle de Amaia, entre los ríos Tambre y Ulla, en un altozano boscoso llamado Libredón, el párroco de San Fiz de Solivio, de nombre Paio o Pelayo (cuya existencia histórica es dudosa), creyó distinguir unas luminarias y avisó a Teodomiro, obispo de Iría, que mandó despejar la maleza. Allí descubriría un edículo sepulcral con peristilo, que no dudó en reconocer como sepulcro del apóstol. Su creencia fue firme, pues fijó su residencia en el lugar y ordenó su entierro junto a los restos de Santiago. Su lápida sepulcral fue descubierta en las excavaciones de 1946/59.

Desde luego existía una normal comunicación entre la costa oriental del Mediterráneo (Fenicia) y las Rías Gallegas, incluso hasta las Islas Británicas; era fundamentalmente la "Ruta del Estaño" que terminaba en las Islas Casitérides; éstas pueden ser las Sisargas gallegas o las Sorlingas inglesas. Según Portela Pazos, la más apropiada es la de Ons, la Aunós de Plinio, en la entrada de la Ría de Arosa: la mejor situada para el caso. Como Santiago fue decapitado por Herodes Agripa en el año 43 de nuestra era, no es aventurado llegar a la conclusión de que pudo predicar en España, pues tuvo 13 años para hacerlo. En consecuencia, la posibilidad es cierta.

En 1879, López Ferreiro y Labín Cabello, por encargo del cardenal y arzobispo de Santiago Miguel Payá Rico, descubrieron en el ábside de la catedral el cadáver de un decapitado y dos discípulos, Teodoro y Atanasio según la leyenda. Estos restos habían sido escondidos en tal lugar por el arzobispo Juan de Sanclemente en 1589, ante el peligro del Pirata Drake, que fracasó ante La Coruña; se mantendrían ocultos por el temor a Felipe II, que estaba reuniendo reliquias en El Escorial

En las excavaciones realizadas en 1946/59 por Francisco Iñiguez, Chamoso Lamas y Pons Sorolla, bajo la dirección de Guerra Campos, se descubrió la lápida sepulcral de Teodomiro; en 1988 el tapón de una "fenestella" martirial con la inscripción en griego de Atanasio mártir, además de otras inscripciones arameas. Además, se dató el mosaico, que cubrió el sepulcro, donde se supone que estuvo enterrado Santiago; colocado en la segunda mitad del siglo II, no fue movido hasta su descubrimiento en el S. IX. La hipótesis priscilianista quedaba desautorizada. Tampoco tenía anteriormente argumentos sólidos en que apoyarse.

No son argumentos debidamente fundados, ni el culto a unas reliquias de Fray Justo Pérez de Urbel, ni la permanencia de un culto dioscórido, los gemelos Castor y Pólux, hijos de Júpiter. Las excavaciones, la epigrafía y la historia los han desautorizado.

Concluyó el conferenciante con la aseveración de que era una tradición hermosísima, autorizada por la Iglesia, específicamente española y formada a su hechura; como escribió Claudio Sánchez Albornoz, porque se necesitaba en el quehacer de España.Sin embargo, este carácter no ha sido obstáculo para su trascendencia más allá de los Pirineos. Por un lado, certificó el empeño de los hispanos por ser europeos y cristianos (en frase de Julián Marías). Y, por otro, Europa nació, en realidad, en la peregrinación y el cristianismo es su lengua materna (en frase de Goethe -1749-).

Terminó el coronel Silvela con la aseveración sobre la estimación de su probabilidad y teniendo en cuenta los recientes descubrimientos epigráficos, todavía en proceso de ratificación, de que no es aventurado considerar que la tradición jacobea tiene base histórica; y aunque todavía no puede demostrarse con absoluta certeza que Santiago viniera España y esté enterrado en Compostela, es necesario advertir que:

Mientras no prueben con toda evidencia que sea falsa, será una temeridad y ligereza notorias abandonar esta creencia, que ha sido el nervio de nuestra historia y ha influido de una manera tan poderosa en la formación de nuestra nación, de nuestra devoción y de la devoción y piedad de Europa entera (Zacarías García Villada).