Alumnos de la Academia de Caballería Caballeros Laureados de San Fernando
En este artículo se presentan a todos los caballeros laureados de la Real y Militar Orden de San Fernando que pasaron por las aulas de la Academia de Caballería o sus centros antecesores desde la creación del Colegio Militar de Caballería según real decreto de 5 de noviembre de 1850.
Se trata de una compilación de los artículos referidos a los laureados recogidos en dos fuentes de gran interés: la primera es el libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando del Arma de Caballería, editado por el Ministerio de Defensa en el año 2011, cuyos autores son Juan Luis Isabel Sánchez, Carlos Javier Puente de Mena y Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila; en segundo lugar, se incluyen las biografías que a cada uno de estos laureados dedica el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia.
Gracias a las mismas se descubren no solo los méritos y circunstancias que les valieron a los laureados para la obtención de tan distinguida recompensa, sino, también, otros aspectos profesionales y personales que nos proporcionan un mayor conocimiento de los mismos y de la época en que les tocó servir en la Caballería española.
1. ALÁEZ BAYONA, ANTONIO.
Marbella (Málaga), 25.VI.1896 - Tizi Assa (Marruecos), 31.V.1923. Teniente de caballería de la Mehalla de Tafersit, caballero laureado de la Real Orden de San Fernando. Real Orden de 5 de febrero de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 38/1928). Campañas de Marruecos. Protección de un convoy a Tizi Azza, el 31 de mayo de 1923.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Al
mando de la extrema vanguardia de una de las columnas encargadas de conducir y
proteger un convoy a Tizi Azza, constituida por una mía de la Mehalla de
Tafersit, al observar que el enemigo, parapetado en las casas del poblado de
Beni Uset, rompía nutrido fuego, comprendiendo la importancia militar de la
posición, decidió, por propia iniciativa, apoderarse de las citadas casas, por
lo que, arengando a su propia tropa y dando notable ejemplo de su arrojo y
valentía, la lanzó al ataque, que fue rechazado y en el que perdió mucha parte
de su gente; reorganizado inmediatamente el resto de la fuerza, unos quince
hombres, el teniente Aláez se dirigió nuevamente contra las posiciones que
ocupaba el enemigo, siendo entonces gravemente herido y negándose a ser
retirado del lugar de la acción continuó enardeciendo con su palabra y ejemplo
a sus soldados, que se apoderaron de las casas y posiciones, hasta que, agotado
por el esfuerzo físico realizado y retirado sin conocimiento del lugar de la
acción, falleció al llegar al sitio donde desfilaba la columna.
Nació en Marbella (Málaga) el 25 de junio de 1896, siendo sus padres el teniente coronel de Carabineros don Antonio Aláez Cardona y doña Carmen Bayona Castro. Ingresó en la Academia de Caballería en agosto de 1912 y tres años después fue promovido a segundo teniente y destinado al Regimiento de Cazadores de Alfonso XII, de guarnición en Sevilla. Ascendido a primer teniente en junio de 1917, tres meses después fue trasladado al Regimiento de Cazadores de Taxdirt, en Melilla, y más tarde a la Policía Indígena de Melilla, participando con ambos en operaciones de guerra. Pasó en septiembre de 1921 al Grupo de Fuerzas Regulares de Melilla, con el que intervino en la ocupación de Monte Arruit, Zeluán, Primera Caseta, Dar Drius, Yazanen e Imelahen. En mayo de 1923 fue agregado a la Mehala Jalifiana de Tafersit y pocos días después encontró la muerte conduciendo un convoy a Tizi Azza. Fue un destacado jinete que participó en numerosos concursos hípicos. Estaba casado con doña Concepción Gálvez Pérez.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes persona-les, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra; España en sus héroes: historia bélica del siglo XX, (director J.M. Gárate Córdoba). Madrid, 1969.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Nacido en Marbella (Málaga) el 25 de junio de 1896, hijo de un teniente coronel de Carabineros, ingresó en la Academia de Caballería el 31 de agosto de 1912. En algunos documentos militares, hasta 1917, su nombre figura como Julián o Antonio indistintamente, siendo conocido por el segundo de éstos.
En 1915 salió de la Academia, con el empleo de segundo teniente y antigüedad del 24 de junio, siendo destinado al Regimiento de Cazadores de Alfonso XII, 21º. de Caballería, en Sevilla. Por Circular del 24 de agosto pasó agregado "a prácticas durante un año agrícola y ganadero" al Primer Establecimiento de Remonta (Úbeda. Jaén), retornando a su regimiento —en 1916— y marchando como alumno de primer curso a la Escuela de Equitación (Madrid).
En 1917 ascendió a primer teniente, con antigüedad de 26 de junio, y pasó destinado al Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14.º de Caballería (Comandancia de Melilla, Marruecos).
En 1918 pasó a las tropas de la Policía Indígena de Melilla, en Batel, y el 3 de mayo de 1919 fue citado —como "distinguido"— en la operación de Sidi Yagud (ocho kilómetros al suroeste de Batel).
Por su intervención en las campañas del 30 de junio de 1918 a 3 de febrero de 1920 se le concedió una Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo.
En septiembre de 1921 —después del Desastre de Annual— pasó destinado al Grupo de Regulares de Melilla, número 2, tomando parte en la recuperación de Zeluán (14 de octubre), Monte Arruit (24 de octubre) y Dar Drius (10 de enero de 1922).
El 24 de octubre de 1922 volvió a ser citado como "distinguido", como "muy distinguido" el 7 de noviembre y el 18 de marzo de 1923 nuevamente fue "distinguido".
El 29 de mayo de 1923 salió de Tafersit agregado a la Mehal‑la Jalifiana de dicho puesto y el día 31 participó en la que sería su última acción y que le haría acreedor a la máxima condecoración militar: la Cruz laureada de San Fernando. Expediente que hubo de iniciarse a instancia de doña María de la Concepción Gálvez y Pérez, viuda del teniente Aláez.
En la última fecha citada (31 de mayo de 1923) se llevaba un convoy con leña, agua y víveres a las posiciones del sector de Tizzi Assa. El teniente Aláez iba formando parte de la columna encargada de la protección del mismo, constituyendo —con la mía que mandaba— la extrema vanguardia del flanco izquierdo del frente de combate. Nada más rebasar el barranco del Uad Bu Hafora fue recibido con nutrido fuego que causó muchas bajas en su fuerza.
El enemigo, perfectamente atrincherado, hacía imposible toda esperanza de avance, pero Aláez, con decisión y energía, cargó con los suyos, viéndose obligado a retroceder; nuevamente se lanzó a la carga, consiguiendo entonces desalojar al enemigo de las casas de Ben Yusef, donde aquél se había hecho fuerte. En este ataque fue mortalmente herido de un balazo en el vientre, pero, a pesar de ello, no se retiró de su puesto y continuó mandando y animando a sus hombres hasta que perdió el conocimiento, falleciendo poco después.
Fue ascendido a capitán, por méritos de guerra, y en 1928 se le concedió la Cruz laureada de San Fernando.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar Segovia, Exps. personales, secc. 1.ª, leg. A-540; Ministerio de la Guerra, Anuario Militar de España (1913-1924). S. Martínez Anido, "Antonio Aláez Bayona", en España en sus héroes, Madrid, Ornigraf, 1969, pág. 918.
Antonio Bellido Andréu
2. CAVALCANTI DE ALBURQUERQUE Y PADIERNA, JOSÉ
Conde de Taxdirt (I), marqués
de Cavalcanti (I). San José de las Lajas (Cuba), 1.XII.1871 – San Sebastián
(Guipúzcoa), 3.IV.1937. Teniente general del Ejército. En la campaña de 1909 en el norte de Marruecos condujo una "gloriosa carga" de caballería que le valió la Cruz Laureada de 2ª clase. Real orden de 14 de febrero de 1910 (AGMS, Sc. 1ª, legajo C-5; Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 34/1910). Campañas de Marruecos.
Combate de Taxdirt (Melilla), el 20 de septiembre de 1909.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Habiendo recibido orden de ponerse al frente del Escuadrón de Cazadores de Alfonso XII y emplearlo de la forma que creyera más conveniente, al llegar donde se hallaba dicho Escuadrón observó que el adversario ocupaba una posición acabada de dejar por nuestra infantería y desde la cual podía causarle muchas bajas, por lo que inmediatamente cargó sobre la línea de tiradores enemigos, obligándoles a retirarse sobre su grueso, compuesto de unos 1.500 hombres, y entonces, sin vacilar un momento, cargó denodadamente sobre el núcleo referido, arrollándole, causándole muchas bajas y sufriéndolas también el Escuadrón. Tras este violento y afortunado choque, rehízo sus fuerzas y nuevamente se lanzó sobre los moros, recogiendo las bajas que había tenido en las cargas anteriores y ocupando una posición que defendió y sostuvo hasta que fue relevado por fuerzas de infantería.
Nació en San José de las Lajas (Cuba) el 1 de diciembre de 1871. Era hijo de don Francisco Cavalcanti de Alburquerque y de doña Elisa Padierna López. Ingresó en agosto de 1888 en la Academia General Militar de Toledo y tres años después pasó a la Escuela de Aplicación de Caballería como alférez alumno. En marzo de 1893 obtuvo el empleo de segundo teniente y fue destinado al Regimiento de Dragones de Lusitania.
En 1895 fue destinado al Ejército de la Isla de Cuba con el Escuadrón Expedicionario de Lusitania, obteniendo al poco de su llegada el empleo de primer teniente. Los años siguientes sirvió en los Regimientos de Numancia, Alfonso XIII y Villaviciosa, con los que tomó parte en numerosas acciones armadas, en las que demostró su valor, siendo ascendido a capitán y comandante por méritos de guerra.
Regresó a la Península en 1898 destinado al Ministerio de la Guerra, de donde más tarde pasó al Regimiento de Lanceros de la Reina. Seguidamente desempeñó durante cuatro años el cargo de agregado militar en la Embajada de Roma. A su ascenso a teniente coronel fue destinado al Regimiento de Húsares de Pavía y desempeñó comisiones en Italia y Alemania, siendo al término de ellas nombrado jefe de la 1ª División de Caballería.
Nombrado ayudante del general Tovar, jefe de la División de Cazadores, en 1909 desembarcó en Melilla, donde se le encomendó la instrucción de una agrupación de escuadrones. El resto del año combatió en Quebdana, Beni bu Ifrur, Zeluán, Zoco el Jemis y Taxdirt, ganando en esta última acción la Cruz Laureada de San Fernando y el empleo de coronel.
En 1911 fue puesto al frente del Regimiento de Húsares de Pavía y en octubre de 1914 promovido a general de brigada. Un año después se le dio el mando de la 2ª Brigada de la División de Caballería, desempeñando a continuación el cargo de subsecretario del Ministerio de la Guerra, en el que continuó cuando en diciembre de 1919 alcanzó el empleo de general de división, dimitiendo a los pocos días.
En enero de 1920 se le confió el mando de la 3ª División de Caballería, en el que cesó en junio del año siguiente para hacerse cargo un mes después de la Comandancia General de Melilla, en sustitución del general Fernández Silvestre. Cesado en el mes de diciembre siguiente debido a unas declaraciones a la prensa y sometido a consejo de guerra, resultó absuelto, siendo puesto al frente de la 1ª División de Caballería, al tiempo que desempeñaba el cargo de presidente de la Junta de Táctica del Arma.
En 1923 apoyó a Primo de Rivera en el golpe de estado y seguidamente formó parte del Directorio militar interino (13 a 15 de septiembre).
En marzo de 1924 volvió a tomar el mando de la 1ª División de Caballería. Ascendido a teniente general en marzo de 1924, en junio pasó a ser jefe de la Casa Militar de S.M. el Rey y comandante general del Cuerpo de Alabarderos, pero al haberse opuesto a Primo de Rivera fue alejado de España encomendándosele estudiar la organización militar de Italia y de los Países Balcánicos. En noviembre se le encomendó la Capitanía General de Baleares, en marzo de 1926 la de Burgos y en marzo de 1930 la de Sevilla.
Días antes de proclamarse la República fue nombrado presidente del Consejo Supremo del Ejército y Marina, siendo cesado tres días después de proclamarse ésta y puesto en situación de disponible en Madrid. Tras serle suprimido de todos sus documentos oficiales el título de marqués de Cavalcanti, en septiembre ingresó en prisión en situación de procesado. En junio de 1932 se le impuso un mes de arresto, que cumplió en el Fuerte de Guadalupe (San Sebastián). Tras ser puesto en libertad regresó a Madrid, donde se dispuso su pase a la segunda reserva. Una vez procesado por el delito de auxilio al de alta traición, volvió a prisión y fue sentenciado en el mes de diciembre por su participación en el golpe de estado de 13 de septiembre de 1923 a la pena de doce años de confinamiento, que pasó a cumplir en La Coruña. En enero del año siguiente se le separó del Ejército, sin derecho a sueldo ni pensión.
Al estallar el alzamiento nacional se encontraba en Galicia, adhiriéndose a él e imponiéndose al general jefe de la VIII División, pero su delicada salud le impediría mandar fuerzas. Falleció el 4 de abril de 1937 en San Sebastián. Estuvo casado con doña Blanca Quiroga y Pardo Bazán, hija de doña Emilia Pardo Bazán, quien, una vez viuda, cedió en 1938 el castillo de Santa Cruz, en La Coruña, al Arma de Caballería para colonia veraniega. En 1919 había recibido el título de marqués de Cavalcanti y poseía las Grandes Cruces de San Hermenegildo (1928) y al Mérito Militar por servicios especiales (1919).
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SE-GOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra; BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. Hemeroteca Digital; Gaceta de Madrid.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Hijo de un emigrante florentino y su mujer española, Cavalcanti nació en Cuba en diciembre de 1871. Ingresó como alumno de la Academia General Militar en 1888 y después estudió en la Academia de Caballería junto a Dámaso Berenguer y Manuel Fernández Silvestre. Fue ascendido por méritos de guerra a capitán (septiembre de 1896), comandante (agosto de 1898) y coronel (septiembre de 1909). Precisamente, en la campaña de 1909 en el norte de Marruecos condujo una "gloriosa" carga de Caballería, lo que le valió la Cruz laureada de San Fernando, su primer título de nobleza, y la admiración y amistad de Alfonso XIII, quien en 1919 le concedió un segundo título. Fue diputado conservador por La Coruña en 1915 y subsecretario del Ministerio de la Guerra entre el 13 de agosto y el 18 de diciembre de 1919, fecha en la que dimitió de su cargo. Once días antes había sido promovido al empleo de general de división.
El 27 de julio de 1921, es decir, una vez sucedido el Desastre de Annual, fue nombrado comandante general de Melilla, cargo en el que permaneció hasta mediados de diciembre de 1921, momento en el que fue cesado por unas críticas públicas a la inactividad del gobierno. El 15 de marzo de 1922 fue designado general de la 1.ª División de Caballería, siendo cesado de su mando el 21 de septiembre de 1923, ya iniciada la dictadura de Primo de Rivera.
En el proceso que condujo al golpe de Estado de 13 de septiembre de 1923, Cavalcanti jugó un papel destacado, pues fue el dirigente de "El cuadrilátero", un grupo de cuatro generales —el propio Cavalcanti, Federico Berenguer, Saro y Dabán— que conspiraban contra el Gobierno liberal de García Prieto. Todos ellos eran monárquicos —sobre todo Cavalcanti—, africanistas "ardientes" y "antirresponsabilistas". Un día después de que se produjera el golpe de Primo de Rivera, los cuatro, más el capitán general de la I Región Militar (Muñoz Cobo), formaron el Directorio Militar interino que el día 15 fue sustituido ya por el definitivo, presidido por el propio Primo de Rivera.
Cavalcanti fue absuelto en febrero de 1924 en la causa instruida en única instancia para depurar las responsabilidades exigibles por la conducción de un convoy a la posición de Tizza el 29 de septiembre de 1921 cuando era comandante general de Melilla.Dicha absolución provocó la posterior dimisión del general Aguilera como presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina. El 4 de marzo de 1924 Cavalcanti fue nombrado nuevamente general de la 1.ª División de Caballería y seis días después ascendido al empleo de teniente general "sin ocasión de vacante". El 14 de junio del mismo año fue nombrado jefe de la Casa Militar del Rey en sustitución del general Miláns del Bosch y comandante general del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos. En septiembre de 1924, Cavalcanti lideró al parecer una conspiración antiprimorriverista que tenía como objetivo la constitución de un gobierno civil presidido por un militar y el restablecimiento de la "normalidad constitucional". Por ello, no es de extrañar que el 5 de noviembre de 1924 fuera sustituido al frente de la Casa Militar de Alfonso XIII y designado capitán general de Baleares, islas a las que ya había sido destinado algún que otro opositor militar a Primo de Rivera —el general Miguel Cabanellas, por ejemplo, quien en julio del mismo año había sido nombrado gobernador militar de Menorca—. Ya durante la dictadura civil, el 20 de marzo de 1926 Cavalcanti fue nombrado capitán general de la VI Región Militar.
Entre el otoño de dicho año y enero de 1929, esto es, durante la "segunda etapa" de las conspiraciones antidictatoriales, Cavalcanti fue sondeado por Burgos y Mazo para que se sumara a los constitucionalistas. Sin embargo, su "monarquismo" le impedía dar su apoyo a un movimiento que podía acabar con la institución monárquica.
Durante la "dictablanda" de Berenguer fue designado capitán general de la II Región (27 de marzo de 1930). A finales de marzo de 1931, durante el breve gobierno del almirante Aznar, fue nombrado presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina en sustitución del general Ricardo Burguete, aunque fue cesado tan pronto como se proclamó la República, concretamente el 17 de abril de 1931, sin duda porque fue uno de los pocos generales que estuvo dispuesto a defender el trono de Alfonso XIII con las armas. Ello no fue óbice para que diez días después prestara su adhesión y fidelidad a la República, lo cual casa con unas palabras de Azaña escritas sobre él en su diario de 2 de septiembre del mismo año: "¡El hombre quería ser jefe del Estado Mayor Central, y estaba algo atufado en nuestra última entrevista, porque no se lo prometía!" Por circular de 27 de abril de 1931 se dispuso la supresión en todos los documentos oficiales de su título de marqués de Cavalcanti. Al igual que otros generales implicados en el golpe de Estado de Primo de Rivera, también se vio inmerso en la cuestión de las responsabilidades. Así, por sentencia de 7 de diciembre de 1932 fue condenado a la pena de doce años de confinamiento e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. En agosto de 1932 había participado en la "Sanjurjada", por lo que también fue condenado por el delito de rebelión militar a la pena de diez años de prisión militar mayor, siendo separado del servicio (19 de enero de 1933). Cavalcanti también se vio beneficiado por la amnistía de 26 de abril de 1934.
El 30 de julio de 1936 se presentó en Burgos ante el presidente de la Junta de Defensa Nacional tras desplazarse desde La Coruña, donde se encontraba previamente.Con anterioridad había enviado un telegrama a Franco adhiriéndose al levantamiento, por lo que recibió la orden de éste para que se presentara ante el citado presidente. En una carta escrita por el propio Cavalcanti el 26 de agosto de 1936 hablaba de tópicos tales como la salvación de España por el "verdadero" Ejército —por oposición lógicamente a los militares leales republicanos—; de "las hordas marxistas"; etc. Falleció en San Sebastián en abril de 1937.
Estaba casado con María de las Nieves o Blanca Quiroga Pardo Bazán, hija de la escritora Emilia Pardo Bazán.
Carlos Navajas ZubeldiaFuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), leg. C-5, Exp. personal de José Cavalcanti de Alburquerque y Padierna.
J. F. Huerta, Sobre la dictadura. La "pequeña" historia: Idea de un partido político. Restauración del Parlamento. La ley y sus intérpretes. Por la justicia, Madrid, Editorial Mundo Latino, 1930; G. Maura Gamazo, Al servicio de la historia. Bosquejo histórico de la Dictadura, Madrid, Ediciones Morata, 1930, 2 vols.; M. Primo de Rivera, La obra de la dictadura. Sus cuatro últimos artículos, Madrid, Imprenta Sáez Hermanos, 1930; G. Queipo de Llano, El general Queipo de Llano perseguido por la Dictadura, Madrid, Ediciones Morata, 1930; M. García Venero, Santiago Alba, monárquico de razón, Madrid, Aguilar, 1963; R. Carr, España. 1808-1939, Barcelona, Ediciones Ariel, 1970; F. Franco Salgado-Araujo, Mi vida junto a Franco, Barcelona, Editorial Planeta, 1977; C. P. Boyd, Praetorian Politics in Liberal Spain, Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1979; M. Azaña, Memorias políticas y de guerra, Barcelona, Crítica, 1981, 2 vols.; Sh. Ben-Ami, La dictadura de Primo de Rivera. 1923- 1930, Barcelona, Planeta, 1983; G. Cardona, El poder militar en la España contemporánea hasta la guerra civil, Madrid, Siglo XXI, 1983; J. Aróstegui, "El insurreccionalismo en la crisis de la Restauración", en J. L. García Delgado (ed.), La crisis de la Restauración: España, entre la primera guerra mundial y la II República, Madrid, Siglo XXI, 1986, págs. 75-99; M. T. González Calbet, La Dictadura de Primo de Rivera. El Directorio Militar, Madrid, Ediciones el Arquero, 1987; J. Tusell, Radiografía de un golpe de Estado. El ascenso al poder del general Primo de Rivera, Madrid, Alianza Editorial, 1987; C. P. Boyd, La política pretoriana en el reinado de Alfonso XIII, Madrid, Alianza Editorial, 1990; C. Navajas Zubeldia, Ejército, Estado y Sociedad en España (1923-1930), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1991; E. González Calleja, La España de Primo de Rivera. La modernización autoritaria. 1923-1930, Madrid, Alianza Editorial, 2005; J. M. Brocos Fernández, "In memoriam Teniente General Ricardo de Rada y Peral, Primer General Jefe de la Acorazada Brunete", en Abril,116 (abril de 2008).
Carlos Navajas Zubeldia3. CEBOLLINO VON LINDEMAN, JOAQUÍN
Coronel de Caballería. Madrid, 1.III.1889 – Burgos, 18.IV.1938. Caballero laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando. Real orden 1 de agosto de 1927 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 168/1927). Campañas de Marruecos. Capitán del Grupo de Fuerzas Regulares de Melilla núm. 2. Convoy a Igueriben, el 17 de julio de 1921.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Formando parte del convoy organizado para introducir 72 cargas y socorrer a la posición de Igueriben, sitiada por el enemigo por fuerzas que no bajarían de los 1.500 hombres, tuvo que sostener un empeñado combate para conseguir el avance de dicho convoy. El Escuadrón del capitán Cebollino se destacó como escolta en los tres últimos kilómetros que tenían que recorrer para llegar a la posición. A pesar de que el enemigo trataba de impedirlo a toda costa, consiguió llegar a ella el capitán Cebollino tras una empeñada lucha, siendo el primero en verificarlo, abrir, ayudado de algunos soldados, la puerta de la alambrada y quitar los sacos terreros que obstruían la entrada para el paso de las cargas. Realizado tal cometido, regresó con su Escuadrón a incorporarse al grueso de las fuerzas protectoras del convoy, y para efectuarlo tuvo que romper nuevamente el cerco del enemigo y tras recoger a las bajas que había tenido se incorporó al resto de la columna para retirarse a Annual.
Nació en Madrid el 1 de marzo de 1889 y era hijo del coronel de Infantería don Antonio Cebollino Gre y de doña Enriqueta von Lindeman Thomson.
Ingresado en la Academia de Caballería en agosto de 1909, en junio de 1912 fue promovido a segundo teniente con el número 1 de su promoción y destinado al Regimiento de Dragones de Montesa, que guarnecía la plaza de Barcelona.
En los años 1913 y 1914 asistió a la Escuela de Equitación, en la que obtuvo el título de profesor de equitación con el número 1. En junio de 1914 fue ascendido a primer teniente y destinado al Escuadrón Expedicionario del Regimiento de Cazadores de Alfonso XII, con el que pasó a la plaza de Larache e intervino en numerosos hechos de guerra formando parte de las columnas manda-das por los coroneles Seoane y Navarro.
De vuelta a la Península en enero de 1916, pasó a guarnecer El Puerto de Santa María, Plaza en la que permanecería escaso tiempo, ya que enseguida retornaría a Marruecos destinado al Regimiento de Cazadores de Taxdirt. En los años siguientes supo aprovechar el escaso tiempo libre licenciándose en Derecho musulmán. En agosto fue trasladado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, con el que continuó en campaña. Dos meses después obtuvo el empleo de capitán y el mando de uno de los escuadrones de su regimiento.
Tras conseguir introducir un convoy en la posición de Igueriben el 17 de julio de 1921, volvería a intentarlo en dos ocasiones días después sin conseguirlo, siendo su intervención muy destacada en la última de ellas al conseguir librar a una compañía de Regulares y una batería de Montaña del acoso enemigo. El 22 de julio protegió la salida de la guarnición de Annual y la retirada hacia Batel, teniendo a continuación que ser evacuado a Melilla por hallarse agotado y enfermo.
Los meses siguientes tomó parte en la reconquista del territorio perdido en la Comandancia de Melilla. La Cruz laureada ganada en 1921 le sería impuesta en 1924 en Melilla por el Comandante General. Ascendido a comandante en 1925 por méritos de guerra pasó a servir en la Mehalla de Tafersit y en 1935, tras su ascenso a teniente coronel, al Regimiento de Cazadores de España, de guarnición en Burgos.
Al producirse el alzamiento nacional se adhirió a él tomando el mando de su Regimiento, a cuyo frente proclamó el estado de guerra y atacó las posiciones republicanas de Somosierra. Combatió incansablemente durante los tres años siguientes. Su actuación al frente de 1.400 jinetes en la toma de unas alturas que dominaban el cauce del Jarama hizo que se le diese el nombre de este río a una de las Brigadas de Caballería Acorazada. En mayo de 1937 fue ascendido a coronel por méritos de guerra y destinado a Larache, regresando muy pronto a la Península para ser nombrado segundo jefe de la 1ª División de Caballería, con la que intervino en la batalla de Alfambra y en la toma de Alcañiz. El 2 de abril de 1938, en la acción de Fayón, resultó herido de gravedad al atravesarle una bala su pierna izquierda, romperle el fémur y causarle grandes destrozos. Evacuado a Caspe, le fue amputada la pierna, pero una septicemia terminaría con su vida el día 18 siguiente. Le fue concedido el empleo de general de brigada a título póstumo.
Fue un destacado jinete que tomó parte y destacó en numerosos concursos hípicos. El pueblo de Alcañiz puso su nombre a una de sus calles. Estuvo casado con doña Ventura de Vicente y Cascante.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Oficial que, prácticamente, hizo su carrera militar en África, donde estuvo destinado toda su vida, excepto los dos primeros y los dos últimos años haciéndose acreedor a numerosas condecoraciones (entre ellas, la Cruz Laureada de San Fernando) y siendo considerado por sus jefes como persona de gran valor, serenidad y con gran conocimiento de la guerra de Marruecos.
Nacido el 1 de marzo de 1889 en Madrid, hijo de un coronel de Infantería, ingresó en la Academia de Caballería el 31 de agosto de 1909 y, una vez acabados sus estudios reglamentarios, fue promovido al empleo de segundo teniente desde el 23 de junio de 1912, siendo destinado al Regimiento de Dragones de Numancia, 11.º de Caballería, en Barcelona.
Durante los dos cursos escolares 1912-1913 y 1913-1914 realizó el Curso de Equitación, en Madrid, obteniendo el título de profesor de equitación.
En junio de 1914 ascendió a primer teniente y a final de noviembre fue destinado al Regimiento de Cazadores de Alfonso XII, 21.º de Caballería, en Larache (Marruecos), incorporándose al escuadrón expedicionario en la posición de Ras Remel, prestando servicios de protección de carreteras y convoyes hasta primeros de enero de 1916 en que marchó —con su escuadrón— a El Puerto de Santa María (Cádiz). A finales de marzo fue destinado al Regimiento de Cazadores de Taxdirt, 29.º de Caballería, en Melilla, y el 2 de mayo embarcó con rumbo a Larache para incorporarse al 5.º escuadrón en Biban (al norte de Arcila). A finales de mayo fue destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, número 2, pero continuó en Larache tomando parte, a finales de junio, en la toma y ocupación de diversas posiciones de la cabila de Anguera, limítrofes a la zona internacional de Tánger; entre ellas: Tzafualtz, Yebel Zinatz y Melusa. Por los méritos contraídos en estas acciones se le concedió una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
A final de agosto de 1916 marchó a Melilla para incorporarse a su destino en Regulares, en el que permaneció hasta mediados de 1925, alternando sus servicios (tanto ordinarios como de campaña) entre numerosas posiciones a lo largo y ancho del territorio hasta que se produjo —en julio de 1921— el denominado "Desastre de Annual". Desde el año 1919 hasta julio de 1921 tomó parte en la ampliación de la ocupación del territorio que componía el Protectorado de Marruecos, desde los ríos Kert y Gan hasta el Amekran, interviniendo en cuantiosas acciones, así como en la toma y ocupación de diversos poblados. Durante 1919 fue citado como "distinguido" por su actuación en Sidi Yagub y en octubre ascendió a capitán, quedando agregado a su unidad y siendo nuevamente destinado a ella en el mes de noviembre. En 1920 fue condecorado con una segunda Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, por los servicios prestados y méritos obtenidos por sus actuaciones entre el 29 de junio de 1918 y el 3 de febrero de 1920 y citado como "distinguido" en la Orden de la Alta Comisaría de España en Marruecos por las operaciones en que participó entre el 4 de febrero y el 31 de octubre de 1920 por las que también obtuvo su tercera Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
El 17 de julio de 1921 recibió la orden de proteger un convoy de suministro a la posición de Igueriben, sitiada por un enemigo que no bajaría de mil quinientos hombres. El escuadrón del capitán Cebollino, compuesto por sesenta jinetes, se destacó de la fuerza protectora para escoltar el convoy en los tres últimos kilómetros. A pesar de la fuerza enemiga consiguió llegar a la posición, siendo el primero en alcanzarla, abrir la puerta de la alambrada y retirar los sacos terreros que obstruían el paso. Realizado su cometido, regresó con su escuadrón hasta el grueso de las fuerzas protectoras del convoy, rompiendo nuevamente el cerco enemigo y recogiendo todas las bajas habidas, siguiendo hasta Annual. Esta acción le fue recompensada con la Cruz laureada de San Fernando. Además, se hizo acreedor a ser citado como "distinguido", en la Orden General del Territorio de Melilla, y a una cuarta Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo por sus actuaciones entre el 1 de noviembre de 1920 y el 24 de julio de 1921, así como a ser propuesto para la concesión de la Medalla Militar Individual, por los combates habidos entre el 17 y el 23 de julio.
Desde el 8 de octubre de 1921 participó en la recuperación del territorio y a su ampliación hasta Xauen, ya en 1927. Durante estos años fue citado como "distinguido" y "muy distinguido" en cuantiosas ocasiones, fue ascendido a comandante —en 1923— por méritos de guerra; obtuvo otras cuatro nuevas cruces (hasta un total de ocho) del Mérito Militar con distintivo rojo; una Medalla Militar Colectiva por los combates del 28 de mayo al 5 de junio de 1923, y una Cruz de María Cristina por los servicios prestados y méritos contraídos entre el 1 de octubre de 1925 y el 30 de septiembre de 1926. A finales de 1925 pasó destinado a la Mehal-la Jalifiana de Tafersit, número 5 que, en 1929, tomó la denominación de Mehal-la Jalifiana del Rif, número 5.
En agosto de 1933 volvió a las Fuerzas Regulares Indígenas; en esta ocasión, al Grupo de Larache, número 4, en Alcazarquivir.
En 1935 ascendió a teniente coronel, continuando en Regulares, y a finales de enero de 1936 fue destinado al Regimiento de Cazadores de España, 4.º de Caballería, en Burgos. El 15 de julio de este último año, por retiro del coronel jefe del regimiento se hizo cargo del mando de éste y el día 18, según consta en su hoja de servicios, "tomó parte activa en el Movimiento Nacional Militar acordando en compañía de varios jefes del Cuerpo proclamar el Estado de Guerra".
Hasta final de año combatió en las zonas de Somosierra, Gredos y provincia de Madrid, concediéndosele el mando efectivo del regimiento el día 8 de octubre.
Desde primeros de 1937, mandando la Brigada de Caballería afecta al Cuerpo de Ejército de Madrid, tomó parte en las operaciones del río Jarama y en marzo marchó a Valdemoro (Madrid) y fue ascendido a coronel, siendo destinado como jefe del Territorio de Larache (Marruecos) hasta el 13 de diciembre que regresó a la Península.
En 1938, como 2.º jefe de la 1.ª División de Caballería, fue herido grave en Fayón (Zaragoza) el 2 de abril, falleciendo en Burgos el día 18 a consecuencia de dichas heridas.
Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. C-2477.
Antonio Bellido Andréu
4. ENRÍQUEZ BOTELLA, FRANCISCO
Madrid, 3.I.1899 – Las Rozas (Madrid), 13.I.1937. Capitán de Caballería, caballero laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando. Orden circular de 31 de marzo de 1944 (AGMS, Sc. 1ª, legajo E-16; Diario Oficial del Ejército, núm. 80/1944). Guerra Civil 1936-1939. Combate de Las Rozas (Madrid), del 11 al 13 de enero de 1937
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
El 4 de enero asistió al mando del tercer Escuadrón del Numancia a la toma de Villanueva del Pardillo, donde se acantonó, saliendo el día 5 a efectuar descubiertas y ocupar posiciones dominantes con objeto de proteger el avance de la Columna del coronel Uretagoyena, que ocupó Las Rozas, donde quedó de servicio de vigilancia y reconocimiento hasta que el 11, habiéndose observado que el enemigo se había apoderado del vértice cumbre de las posiciones de Las Rozas, fue destacado con su Escuadrón a la Casa Castillo, desde donde rechazó ataques durante todo el día 12, continuando el 13 el fuego de fusil y cañón hasta las dos de la tarde de este día en el que, habiéndose aproximado a la posición una gran masa de tanques e infantería, se consiguieron frustrar dos ataques, pero no así un tercero que el enemigo, protegido por la densa niebla que se extendió, atacó con gran masa de tanques, destrozando los parapetos y trincheras, y a pesar de extremar este Capitán la defensa de la posición con bombas de mano y arengando a los pocos hombres que le quedaban, fue arrollado por los tanques, pereciendo en la lucha con casi la totalidad de los defensores, cumpliendo así de manera ejemplar la consigna que tenía de conservar la posición. Su cadáver fue retirado el día 15, una vez reconquistada la posición, y trasladado a Vitoria y seguidamente a Valladolid, donde fue inhumado.
Nació en Madrid el 3 de enero de 1899. Fueron sus padres el comandante de Caballería don Francisco Enríquez Luque y doña Mariana Botella y Álvarez-Reyero. Ingresó como alumno en la Academia de Caballería en septiembre de 1919 y le fueron concedidos en enero de 1921 dos meses de licencia por enfermo para Reus, donde al mes siguiente sufrió una fractura del húmero izquierdo, por lo que tuvo que ingresar en el Hospital Militar de Barcelona, en el que permaneció hasta mayo, en que fue dado de alta, incorporándose a continuación a la Academia.
En diciembre de 1922 fue promovido al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Talavera, aunque continuó agregado a la Academia para practicar la doma de potros. Incorporado a su Regimiento en Palencia en el mes de febrero del año siguiente, prestó servicio de guarnición y ordinario hasta que dos meses después fue trasladado al Regimiento de Vitoria, al que se presentó en Ceuta, de donde pasó destacado a Xauen. En el mes de diciembre siguiente consiguió destino en el tercer escuadrón de Regulares de Ceuta, con el que prestó servicios de campaña, realizando reconocimientos, descubiertas y protección de convoyes y carreteras, sosteniendo fuego con el enemigo en muchas de las acciones y resultando herido en el vientre de pronóstico grave en junio de 1924 cuando protegía un convoy a Kobba Darsa. Evacuado al Hospital Militar de Ceuta, permaneció ingresado en él dos meses hasta que fue trasladado a Madrid, donde continuó su curación. Dado de alta en noviembre, se incorporó a su Escuadrón, volviendo a intervenir en numerosas acciones, en una de la cuales fue baja su capitán, teniendo que hacerse cargo del mando de la Unidad.
Tras su ascenso a teniente, en el mes de diciembre de 1924, fue destinado al Escuadrón de Ametralladoras. Al año siguiente fue citado como "Distinguido" por las operaciones en las que había participado del 1 de febrero al 31 de julio del año anterior.
En mayo de 1825 se le concedió la Medalla de Sufrimientos por la Patria por la herida recibida en Kobba Darsa, y en ese mismo mes fue trasladado al Regimiento de Farnesio, al que se presentó en Valladolid.
En 1926 obtuvo dos Cruces rojas al Mérito Militar por los servicios prestados y méritos contraídos en Marruecos, y en agosto de este año fue destinado como ayudante de profesor a la Academia de Caballería como ayudante de profesor. Ascendido a capitán en abril de 1930, continuó agregado a la Academia hasta que en julio pasó a la situación de disponible forzoso. En junio del año siguiente se incorporó al Regimiento núm. 6, en Vitoria, donde tomó el mando del tercer Escuadrón de Sables.
Al iniciarse la Guerra Civil se unió al ejército nacional, formando parte de la columna del coronel Monasterio, entrando en operaciones en la provincia de Ávila, para en el mes de octubre dirigirse a Toledo y seguidamente avanzar hacia Madrid, ocupando las poblaciones de Olías del Rey, Magán, Villaluenga, Yuncler, Azaña, Illescas, Esquivias y Borox, dirigiéndose a continuación hacia la Cuesta de la Reina. Ya en la provincia de Madrid intervino en la toma de Valdemoro, Pinto, el Cerro de los Ángeles, Villaverde Bajo y Alto, Pozuelo de Alarcón, Navalcarnero y Villanueva de la Cañada.
Inició el año 1937 destacado en Navalcarnero, desde donde partió para la toma de Villanueva del Pardillo y a continuación hacia Las Rozas, que fue tomada el 5 de enero y que sufriría continuos ataques durante los días siguientes, en uno de los cuales perdió la vida. Estuvo casado con doña María de la Concepción Entrecanales y González Caballero; uno de sus hijos, don Francisco Enríquez Entrecanales, fue militar y llegó al empleo de general.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SE-GOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ejército.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Nacido en Madrid el 3 de enero de 1899, fueron sus padres el comandante de Caballería Francisco Enríquez Luque y Mariana Botella y Álvarez-Reyero. Ingresó en la Academia de esta Arma, como cadete el 7 de septiembre de 1919 y tres años después, en diciembre de 1922, fue promovido al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Cazadores de Talavera, 15.º de Caballería, continuando en la academia para practicar la doma de potros, trabajos de exterior y servicio de campaña.
Poco después fue destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta número 3, y el día primero de julio de 1924, en las proximidades de Coba Darsa (Marruecos) fue herido de gravedad, permaneciendo de baja durante cuatro meses.
En diciembre de 1924 ascendió a teniente y al año siguiente pasó al Regimiento de Lanceros de Farnesio, 5.º de Caballería, en Valladolid, y en 1926 se le destinó, como ayudante de profesor, a la Academia de Caballería, en la misma localidad.
En marzo de 1930 ascendió a capitán y al año siguiente fue destinado al Regimiento de Cazadores número 6, en Vitoria; Regimiento que, sin cambiar de guarnición, adoptó el nombre de Numancia en 1935.
En julio de 1936 dicha unidad se sumó al levantamiento militar y con ella el capitán Enríquez Botella. Pronto fue trasladado, con su escuadrón, al frente de Madrid, tomando parte en los últimos días de agosto y primeros de septiembre en la toma del Puerto del Pico (Ávila).
El 1 de enero de 1937 se encontraba en Navalcarnero (Madrid), mandando el tercer escuadrón del Grupo de Numancia, formando parte de la columna mandada por el coronel Iruretagoyena. El día 3 se trasladó a Brunete y Villanueva de la Cañada, protegiendo el avance de la columna. El día 4 asistió a la ocupación de Villanueva del Pardillo y el 5 protegió el avance de la columna que ocupó Las Rozas.
El día 11, habiéndose observado que las fuerzas enemigas se habían adueñado del vértice Cumbre (próximo a Las Rozas), el capitán Enríquez fue destacado con su escuadrón a la casa Castillo; posición que, en los días posteriores, fue la que soportó el mayor peso de los ataques que se produjeron.
El mismo día 11 de enero tuvo lugar un contraataque republicano que al día siguiente, fue repetido con más hombres, medios más potentes y un eficaz apoyo de artillería. El 13, desde el amanecer, continuó el intenso fuego sobre dicha posición hasta las dos de la tarde en que se produjo un nuevo ataque con carros de combate y numerosa infantería. El escuadrón del capitán Enríquez Botella consiguió frustrar dos ataques, pero no así un tercero que destrozó parapetos y trincheras. A pesar de su extrema defensa, el capitán y los pocos hombres que le quedaban fueron arrollados y muertos por los blindados enemigos.
Por esta acción le fue concedida en 1944, a título póstumo, la Cruz laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando.
Estuvo casado con María de la Concepción Entrecanales y González Caballero, y uno de sus hijos, Francisco Enríquez Entrecanales, fue militar y llegó al empleo de general.
Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, exps. personales, leg. E-16.
Antonio Bellido Andréu
5. ESTEBAN ASCENSIÓN, ADOLFO.
Palma de Mallorca (Islas Baleares), 4.X.1911 – Madrid, 14.XI.2007. Teniente general honorífico, caballero laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando. Orden circular de 15 de marzo de 1939 (Boletín Oficial del Ejército, núm. 77/1937). Guerra Civil 1936-1939. Defensa de la posición de Las Minas (Vizcaya), el 27 de mayo de 1937.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
El día 27 de mayo de 1937 este Capitán guarnecía, con el sexto Escuadrón del Regimiento Cazadores de Numancia, en funciones y cometidos propios del Arma de Infantería, la parte más avanzada de la posición de Las Minas (Vizcaya), acompañado por una sección de ametralladoras del mismo Cuerpo, cuando en las primeras horas de la mañana fue atacada la posición por cuatro batallones y dos compañías, tomando tal violencia el combate, que el enemigo llegó a cortar las alambradas. En esta crítica situación, el capitán Esteban supo conservar y defender su puesto, infundiendo a sus tropas, con su valor admirable, un alto espíritu combativo y una gran moral. No pudiendo contenerse al enemigo con granadas de mano, agotadas éstas ya, cuando parecía inminente e inevitable la pérdida de la posición, a pesar de las bajas sufridas, este Oficial arengó a las tropas que le quedaban, haciéndolas atacar al arma blanca, lanzándose él el primero fuera de las trincheras, con gran bravura y desprecio del peligro, con cuya conducta tan heroica enardeció a sus hombres, que consiguieron rechazar y poner en fuga desordenada al enemigo, al que se le ocasionó un total de trescientas setenta bajas, salvando de este modo tan crítica situación.
Nació en Palma de Mallorca (Islas Baleares) el 4 de octubre de 1911. En 1929 ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza, de la que salió promovido al empleo de teniente de Caballería en julio de 1933 y destinado al Regimiento de Cazadores núm. 6, en Vitoria, que dos años después recuperaría el nombre de Numancia.
Al producirse en 1934 el movimiento revolucionario de Asturias, participó en el mes de diciembre en su represión. El alzamiento militar de julio de 1936 le sorprendió de guarnición en Vitoria, sumándose con su Regimiento a las tropas nacionales. Durante los meses siguientes participó en operaciones de campaña en las provincias de Álava y Vizcaya, mandando a partir de marzo de 1937 el sexto Escuadrón de su Regimiento. En ese mismo mes fue ascendido a capitán y al siguiente tomó parte en la ocupación de las posiciones de San Pedro y Las Minas, tras lo cual guarneció con su Escuadrón la avanzadilla de esta última, desde la que rechazó el 27 de mayo de 1937 una ofensiva enemiga, valiéndole su heroica actuación la concesión de la Cruz laureada de San Fernando.
Hasta la finalización de la guerra continuó en campaña y al término de ésta prestó sus servicios en el Regimiento de Sables núm. 2, en el Grupo de Exploración y Explotación núm. 4, en el Depósito de Remonta, en el Cuartel General de la División de Caballería y en la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército, hasta su ascenso a comandante, en 1945, continuando en el último destino mencionado, del que en 1948 pasó al Regimiento de Cazadores de Montesa. Volvió a la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército en 1952 y un año después fue destinado al Alto Estado Mayor.
Tras su ascenso a teniente coronel, en 1958, regresó a la Escuela de Aplicación, de la que al año siguiente fue trasladado al Grupo de Dragones de Alfambra, del que en 1965 regresó a la Escuela de Aplicación.
En 1967 ascendió a coronel y obtuvo el mando del Regimiento Ligero Acorazado de Caballería de Villaviciosa, retornando en 1969 al Alto Estado Mayor.
Ascendido a general de brigada en 1970, fue nombrado Jefe del Servicio de Normalización y Catalogación del Ejército.
Al cumplir en 1973 la edad reglamentaria pasó al Grupo de Destino de Arma o Cuerpo y fue nombrado Vocal del Consejo Superior de Acción Social.
En 1979 ascendió a general de división y pasó a la situación de reserva, siendo nombrado Presidente de la Delegación Española en el Consejo Internacional del Deporte Militar, cargo en el que cesó en 1980.
En 1984 fue ascendido a teniente general con carácter honorífico. Fue recompensado en 1997 con el "Premio Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera", que le sería entregado por S.M. el Rey el 24 de noviembre en la Academia de Caballería de Valladolid. Desde el año 2002, en que falleció el Laureado general don Juan José Orozco Massieu, era el único Caballero Laureado que permanecía con vida. Falleció el 14 de noviembre de 2007 en Madrid, siendo enterrado en el Cementerio del Santo Ángel de la Guarda, en Segovia.
FUENTES Y BIBL.: FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Nacido el 4 de octubre de 1911 ingresó en la Academia General Militar (Zaragoza) en el año 1929, siendo promovido al empleo de teniente de Caballería en julio de 1933 y destinado al Regimiento de Cazadores de Caballería número 6, en Vitoria, que en 1935 recibiría el nombre de Numancia.
Del 8 de octubre al 12 de diciembre de 1934 tomó parte, con su unidad, en la campaña de Asturias, con motivo del levantamiento político acaecido en dicha provincia.
En julio de 1936 su regimiento se sumó al levantamiento militar y con él el capitán Esteban Ascensión, prestando servicios de campaña en las provincias de Álava y Vizcaya.
En febrero de 1937 fue destinado al sexto escuadrón de su regimiento, destacado en el sector de Murguía (Álava), haciéndose cargo del mando del escuadrón el 19 de marzo y ascendiendo a capitán el día 28. A finales de mayo se trasladó, con su escuadrón, a la posición de Urízar (Álava), interviniendo al día siguiente en la ocupación de las posiciones de San Pedro y Las Minas, guarneciendo la avanzadilla de esta última posición al finalizar el día.
Al amanecer del día siguiente, 27 de mayo de 1937, tras una intensa preparación artillera, la posición defendida por el sexto escuadrón fue atacada por cuatro batallones enemigos que llegaron hasta las alambradas, cortándolas en algunos puntos. En tan crítica situación, el capitán Esteban Ascensión supo conservar y defender su puesto y, cuando parecía inminente la pérdida de la posición, se lanzó el primero fuera de las trincheras, atacando al arma blanca y enardeciendo a su escuadrón que, acometiendo, puso en fuga desordenada al adversario. Por esta acción le fue concedida la Cruz laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando.
En los años que todavía duró la guerra, intervino muy activamente en varios frentes, siendo felicitado y obteniendo varias condecoraciones.
Una vez finalizada la contienda pasó por diferentes unidades y centros del Ejército: Regimiento de Sables número 2 de la División de Caballería (Alcalá de Henares, Madrid) en 1939; Grupo de Exploración y Explotación número 4 y Depósito de Remonta, ambos en Barcelona, en 1940; Cuartel General de la División de Caballería y Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército, los dos en Madrid, en 1943; en 1945 ascendió a comandante continuando en el último destino citado; en 1948 al Regimiento de Cazadores Montesa, número 3 de la División de Caballería, también en Madrid; nuevamente la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército en 1952; al año siguiente, sin salir de la capital, fue destinado al Alto Estado Mayor; en 1958 ascendió a teniente coronel y regresó a la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército; en 1959 al Grupo de Dragones de Alfambra, de la División Acorazada de Infantería, en Móstoles (Madrid); en 1965, al desaparecer dicho Grupo, regresó a la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército; en 1967 ascendió a coronel y le dieron el mando del Regimiento Ligero Acorazado de Caballería Villaviciosa número 14, en Boadilla del Monte (Madrid); y en 1969 volvió al Alto Estado Mayor.
En 1970 fue ascendido a general de brigada y nombrado jefe del Servicio de Normalización y Catalogación del Ejército. En 1973, al cumplir la edad reglamentaria, pasó al Grupo de Destino de Arma o Cuerpo y fue nombrado vocal del Consejo Superior de Acción Social. En 1979 ascendió a general de división y pasó a la situación de reserva, siendo nombrado presidente de la delegación española en el Consejo Internacional del Deporte Militar; cargo en el que cesó en 1980. Por último, en 1984 fue nombrado teniente general honorífico. El 24 de noviembre de 1997 recibió, de manos de Su Majestad el rey don Juan Carlos I, en la Academia de Caballería (Valladolid), el trofeo correspondiente a la primera edición del Premio Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera, instituido por dicha Arma para recompensar a aquellos de sus componentes que "sobresalgan de forma excepcional por sus virtudes militares y capacidad profesional acreditadas por su prestigio, constante disponibilidad, dedicación y eficacia en el servicio".
Durante mucho tiempo fue el único miembro de la Real y Militar Orden de San Fernando vivo, hasta que falleció el 14 de noviembre de 2007.
Fuentes: Academia de Caballería, Expediente para la concesión del Premio Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera, 1997.
Antonio Bellido Andréu
6. GALIANA GARMILLA, JAIME .
Puebla de Zaragoza (México), 31.VII.1916 – Sitno (Rusia), 22.X.1941. Teniente de Caballería, caballero laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando. Orden circular de 5 de diciembre de 1973 (AGMS, Sc. Cuartel General, legajo G-16; Diario Oficial del Ministerio del Ejército, núm. 277/1973). Campaña de Rusia. Teniente de la Sección de Asalto del Regimiento núm. 269 de la División Española de Voluntarios. Combate de Sitno, el 22 de octubre de 1941.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Encomendado el mando de la Sección de Asalto del Regimiento 269 al teniente de Caballería don Jaime Galiana Garmilla, el día 18 del citado mes, hacia las dos horas, cruzó al frente de su Sección, embarcada en botes neumáticos, el río Volchov. Descubierto por el enemigo, tras tomar las oportunas medidas de seguridad para la tropa a sus órdenes, acordó llevar a efecto, personalmente, la misión recibida, para lo cual, acompañado por el cabo Mariano Díez de las Moras, logró infiltrarse en las posiciones enemigas, volando con una carga de explosivos un refugio y causando gran número de bajas al enemigo. Al emprender el regreso bajo el fuego de las armas enemigas, les salió al paso un adversario que al intentar apresarles y no conseguirlo les arrojó una granada de mano, cuya explosión causó la muerte de éste y seccionó el pie izquierdo al cabo Díez, que quedó en tierra sin sentido. El teniente Galiana, milagrosamente ileso, cargó al cabo, no obstante creerle muerto, y llegó hasta el lugar donde se encontraba la Sección, con la que regresó a nuestras líneas, haciéndose constar que mientras el cabo era fuerte y corpulento el teniente Galiana era de complexión débil. Después de una serie de actuaciones en golpes de mano reconocidos, éstos culminaron en su actuación en el hecho de armas llevado a cabo el 22 del aludido mes, en que para proseguir el avance ya iniciado se ordenó la ocupación de los pueblos de Russa y Sitno. Iniciada la progresión, unos nidos de ametralladoras enterradas en el saliente de un bosque impedían todo el avance por el número de bajas que ocasionaba en nuestra filas, por lo que el teniente Galiana solicitó reiteradamente el honor de asaltarlas; concedido, se lanzó al frente de su Sección, que quedó casi aniquilada contra las posiciones ocupadas por dichas armas, de las que se apoderó después de una valiente lucha cuerpo a cuerpo en la que encontró gloriosa muerte, logrando con su acción la reanudación del avance del Regimiento y con ello la ocupación de los objetivos señalados.
Nació en Puebla de Zaragoza (México) el 31 de julio de 1916. Tras terminar sus estudios de bachillerato en Salamanca cursó el primer curso de Medicina, pero al iniciarse la Guerra Civil sentó plaza de soldado voluntario en el Regimiento de Caballería de Calatrava. Obtuvo el empleo de cabo por méritos de guerra en los combates del Puerto de Arrebatacapas (Ávila) e intervino a continuación en el paso del río Jarama, en cuya acción fue su Escuadrón recompensado con la Medalla Militar Colectiva.
En febrero de 1937 asistió a los cursos de alférez provisional y al mes siguiente fue ascendido a este empleo, pasando seguidamente destinado al tercer Escuadrón de Falange Española de la 2ª División de Caballería, con la que operó en las provincias de Jaén y Córdoba. En 1938 continuó en campaña en Andalucía y Extremadura, y fue ascendido a teniente provisional en el mes de septiembre, regresando en diciembre al Regimiento de Calatrava, con el que operó en Cataluña y más tarde en Madrid.
Al término de la contienda continuó en el mismo destino hasta que en febrero de 1940 se incorporó a la Academia de Caballería de Valladolid para realizar el curso de transformación a teniente profesional, empleo que alcanzaría en julio del año siguiente. Confirmado en el Calatrava tras su ascenso, fue admitido en la División de Voluntarios que se organizaba para combatir en Rusia, siendo destinado al Regimiento de Granaderos núm. 269, en el que se hizo cargo de la Sección de Asalto, a cuyo frente perdería la vida en Sitno el 22 de octubre de 1941. El hecho heroico del que fue protagonista mereció la apertura de juicio contradictorio, por el que se le concedería la Cruz Laureada de San Fernando. Como homenaje, se le dio su nombre al acuartelamiento del entonces Regimiento de Instrucción Calatrava de la Academia de Caballería.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ESCALAFÓN GENERAL DE LOS SEÑORES GEFES Y OFICIALES DE CABALLERÍA, 1845-1860; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Hijo de alicantino y mexicana, estudió en España, en la ciudad de Salamanca, donde cursó los estudios de bachiller y el primer curso de Medicina. Al iniciarse la Guerra Civil ingresó como soldado voluntario en el 4.º escuadrón del Regimiento de Cazadores de Calatrava el 20 de julio de 1936, causando baja en el mismo el 19 de febrero de 1937 para asistir a los cursillos de alférez provisional de Caballería.
Ascendió a cabo por méritos de guerra el día 30 de septiembre de 1936, por su destacada actuación en las operaciones del puerto de Arrebatacapas (Ávila), tomando parte también —en febrero de 1937— en las operaciones de Casa Gózquez y el paso del río Jarama (Madrid) en las que a su escuadrón le fue concedida la Medalla Militar colectiva.
El 19 de marzo de 1937 ascendió a alférez provisional y desde el 12 de mayo estuvo destinado en el tercer Escuadrón Borgoña de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS) de la 2.ª División de Caballería, tomando parte hasta final de ese año en diversas operaciones por las provincias de Jaén y Córdoba.
Durante 1938 continuó operando por Andalucía y Extremadura, ascendiendo a teniente provisional en septiembre de ese año, con antigüedad de 21 de noviembre de 1937.
El 31 de diciembre de 1938 regresó al cuarto escuadrón del Regimiento Calatrava con el que operó en Cataluña y, posteriormente, en el frente de Madrid. Finalizada la guerra continuó en la misma unidad hasta el 3 de febrero de 1940, en que se incorporó a la Academia de Caballería (Valladolid) para realizar el curso de transformación para salir teniente profesional. El 17 de julio de 1941, una vez finalizados los estudios, se efectuó la despedida del Estandarte y el día 22, en Toledo, recibió el despacho de oficial.
Nuevamente volvió al Regimiento Calatrava y al crearse la División Española de Voluntarios, conocida como División Azul, fue uno de los tres oficiales de Caballería seleccionados.
Destinado al Regimiento de Granaderos 269.º recabó para sí el mando de la Sección de Asalto. Inició su actuación en el frente ruso el 12 de octubre de 1941, el mismo día en que su división entró en línea, efectuando pequeños reconocimientos a vanguardia e intentando diversos golpes de mano.
El día 18 cruzó, al frente de su sección, el río Wolchoov.Descubierto por el enemigo, acordó llevar a efecto personalmente la misión recibida para lo cual, tras tomar las oportunas medidas de seguridad para la tropa a sus órdenes, acompañado solamente del cabo Mariano Díez de las Moras, logró infiltrarse en las posiciones enemigas, volando con una carga de explosivos un refugio y causando gran número de bajas al enemigo. Al emprender el regreso bajo el fuego de las armas enemigas, les salió al paso un adversario que, al intentar apresarles y no conseguirlo, les arrojó una granada de mano, cuya explosión causó la muerte de quien lanzó la granada y seccionó un pie al cabo Díez que cayó en tierra sin sentido. El teniente Galiana cargó con el cabo, llegó hasta donde se encontraba su sección y regresó a sus líneas.
Después de una reconocida serie de actuaciones en golpes de mano, éstos culminaron con su actuación en el hecho de armas llevado a cabo el día 22 en que, para proseguir el avance ya iniciado, se ordenó la ocupación de los pueblos Russa y Sitno. Iniciada la progresión, unos nidos de ametralladoras enterradas en el saliente de un bosque impedían todo avance por el número de bajas que ocasionaban en las filas españolas, por lo que el teniente Galiana solicitó reiteradamente poder asaltarlos. Concedido el permiso, se lanzó al frente de su sección (que quedó casi aniquilada) contra las posiciones ocupadas por dichas armas, de las que se apoderó después de una valiente lucha cuerpo a cuerpo en la que encontró la muerte, logrando con su acción la reanudación del avance del regimiento y, con ello, la ocupación de los objetivos señalados.
Por los hechos anteriores le fue concedida en 1973 la Cruz laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando. En recuerdo suyo, el acuartelamiento del entonces Regimiento de Instrucción Calatrava de la Academia de Caballería, sito en el kilómetro siete de la carretera de Valladolid a Puente Duero, a partir de 1974 se denominó Acuartelamiento teniente Galiana.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales, secc. Cuartel General, leg. G-16; Archivo de la Academia de Caballería, exps. Escolares leg. 1; Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército, Regimiento de Instrucción Calatrava, Cambio denominación Acuartelamiento "El Pinar de Antequera" por el de "Teniente Galiana, fecha 8 de febrero de 1974, n.º 18.VV. AA., Memoria general de la 1.ª Promoción. Convocatorias 1.ª y 2.ª. 1940-1942, Valladolid, Academia de Caballería, 1943; C. Reigada de Pablo, "La Laureada de Jaime Galiana", en Jarama 5 (enero de 1975); T. C. Abengochea, "El Teniente Galiana", en Calatrava, 3 (julio de 1975).
Antonio Bellido Andréu
7. GARCÍA RODRÍGUEZ, LUIS
Villajuán (Pontevedra), 29.X.1884 – Ceuta, 8.V.1957. Militar y caballero laureado de San Fernando. Primer teniente de la Sección Montada de Policía Indígena de la Milicia Voluntaria de Ceuta. Caballero laureado Cruz de 2ª clase. Real orden de 10 de julio de 1915 (AGMS, Sc. 1ª, legajo G-1475; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 151/1915). Campañas de Marruecos. Combate de Laucien, el 11 de junio de 1913
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
En dicho día constituyó con su patrulla la extrema vanguardia de la columna de flanqueo a las órdenes del coronel de la 1ª Media Brigada de Cazadores don José García Moreno. Habiendo recibido la orden de ocupar con una sección, compuesta de dieciséis hombres, seis de caballería y diez de infantería, una posición de flanco, sostuvo empeñada lucha con el enemigo, en la que sufrió ocho bajas y fue herido de gravedad, no obstante lo cual defendió heroicamente la posición encomendada, demostrando en todo momento poseer excepcionales condiciones de arrojo y bravura. A la Cruz iba unida la pensión anual de 1.000 pesetas.
Nació en Villajuán (Pontevedra) el 29 de octubre de 1884. Era hijo de don Antonio García Castro y de doña Clementina Rodríguez Cores. Ingresó en la Academia de Caballería en clase de cadete en septiembre de 1899 y fue promovido al empleo de segundo teniente en julio de 1902, una vez terminados sus estudios, y destinado al Regimiento de Dragones de Santiago, al que se incorporó en Barcelona.
En febrero de 1903 pasó al 3er Depósito de Sementales, con el fin de realizar prácticas agrícola-ganaderas. De vuelta a su Regimiento, un año después, en el mes de marzo de 1904 fue trasladado al Regimiento de Lanceros de España y en el de agosto al Escuadrón de Cazadores de Gran Canaria. Obtuvo en julio del año siguiente el ascenso a primer teniente y siguió en el mismo destino, que abandonó en enero de 1910 para pasar a servir en el Grupo de Escuadrones de Ceuta, recién organizado.
En mayo de 1911 tomó parte en la protección de la ocupación de posiciones en el Fondak y en agosto fue destinado a la Sección Montada Indígena, organizada el mes anterior y afecta a la Milicia Voluntaria de Ceuta. Desde su llegada a Marruecos se dedicó al estudio del idioma árabe, obteniendo la nota de sobresaliente en el 2º Curso, por lo que en julio de 1912 se trasladó a Tetuán con el fin de realizar el mes de prácticas reglamentarias de dicho idioma, consiguiendo en ellas un premio de mil pesetas.
Ocupó en febrero de 1913 destino en la Sección de Policía Indígena, con la que acampó en el Rincón de Medik y entró en operaciones en las alturas de Malalien para proteger el paso de la columna que debía ocupar Tetuán, para a continuación establecer con sus hombres el servicio de estafeta entre esta Plaza y la de Ceuta y montar la protección de los trabajos del ferrocarril. Los meses siguientes realizó servicios de emboscadas y reconocimiento partiendo del campamento del Rincón de Medik. Tras resultar herido en el combate de Laucien fue retirado a Tetuán para proceder a su cura, permaneciendo en el hospital hasta que el 29 de julio se hizo cargo en Ceuta del mando de su Sección. Enseguida volvió a realizar operaciones de reconocimiento, protección de convoyes, seguridad y vigilancia y emboscadas nocturnas, interviniendo en numerosos combates. En el mes de octubre fue recompensado con el ascenso a capitán por méritos de guerra y se le confirmó en el mando de la Sección de Policía Indígena.
Continuó durante 1914 combatiendo de forma ininterrumpida. En el mes de enero, al mando de una columna, sostuvo combate contra un enemigo muy superior, realizando con nueve jinetes una reacción ofensiva para recuperar el cadáver de un oficial, matándole durante el combate a dos caballos. En abril de 1915 fue destinado a la Sección Montada de Policía del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta y en junio se le encargó de la organización de una Mía de Policía Indígena creada en el Rincón de Medik, cuyo mando se le confiaría en el mes de julio siguiente. El día 17 de dicho mes le sería impuesta la Cruz laureada de San Fernando en Tetuán por el general don José Marina Vega, Alto Comisario y General en Jefe del Ejército de España en Marruecos. Tras intervenir en numerosas operaciones de guerra y dar muestras de su indomable valor, en junio de 1916 ingresó enfermo en el Hospital Militar de Tetuán y durante su estancia fue trasladado a la Comandancia General de Ceuta y posteriormente dejado en situación de excedente en la misma Plaza.
El 19 de febrero de 1918 fue sometido a Tribunal de Honor y el 3 de abril se aprobó el fallo por el que era separado del Ejército y puesto en situación de retirado, sin percibir sueldo alguno por no llevar veinte años de servicio, pero conservando la Cruz laureada y la pensión aneja. Durante su vida militar ganó, además de la Laureada, una Cruz de María Cristina, tres Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo y dos con distintivo blanco. Estuvo casado con doña Elena Anchuela Warley.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SE-GOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Fueron sus padres Antonio García Castro y Clementina Rodríguez Cores. En el mes de septiembre de 1899 obtuvo plaza de alumno en la Academia de Caballería de Valladolid, en la que siguió sus estudios militares hasta ser promovido a segundo teniente en julio de 1902.
Su primer destino fue el Regimiento de Caballería de Dragones de Santiago, al que se incorporó en Barcelona, desde donde en enero del año siguiente fue destacado a Vich y un mes después al Tercer Depósito de Sementales, en Baeza, para realizar durante un año un curso agrícola-ganadero.
En marzo de 1904 fue trasladado al Regimiento de Lanceros de España y en agosto al Escuadrón de Cazadores de Gran Canaria, en la plaza de Las Palmas, en el que se mantendría los siguientes seis años.
En julio de 1905 obtuvo el empleo de primer teniente y en enero de 1910 estableció su primer contacto con Marruecos al ser destinado al Regimiento de Cazadores de Sesma y agregado al Grupo de Escuadrones de Ceuta, recientemente organizado, a cuyo primer escuadrón se incorporó y en el que obtuvo destino en plantilla en enero del año siguiente.
Enseguida entró en operaciones con su escuadrón, protegiendo en el mes de mayo la ocupación de las posiciones del Fondak y la carretera a Tetuán. En el mes de agosto siguiente se le encomendó en comisión el mando de la Sección Montada Indígena, acabada de crear y afecta a la Milicia Voluntaria de Ceuta.
Además de realizar el servicio reglamentario, dispuso de tiempo para dedicarse al estudio de la lengua árabe, obteniendo la calificación de sobresaliente en los exámenes finales y el premio de 1.000 pesetas.
En febrero de 1913 se incorporó a una columna de operaciones con la que se dirigió al Rincón de Medik para posteriormente establecerse en la posición de Malalien, con el objeto de proteger el paso de la columna destinada a la ocupación de Tetuán. Los meses siguientes realizó diversos servicios desde Malalien, hasta que el 11 de junio, formando la extrema vanguardia de la columna de flanqueo, asistió a los combates para la toma de Laucien, ocupando una posición aislada al frente de una sección compuesta por seis hombres de caballería y diez de infantería, manteniéndola ante los ataques del enemigo, que produjeron ocho bajas y le causaron una herida de gravedad. Una vez evacuado, no pudo incorporarse a su unidad hasta cuarenta días más tarde. Los meses siguientes realizó misiones de reconocimiento, protección y conducción de convoyes, obteniendo en octubre el empleo de capitán por méritos de guerra y siendo confirmado en el mando de la Sección Montada Indígena, con la que continuó guarneciendo la posición de Malalien e interviniendo en numerosas operaciones de campaña.
El 7 de enero de 1914 demostró su valor al recuperar al frente de nueve jinetes el cadáver de un oficial que había quedado en poder del enemigo, cayendo muertos dos de sus caballos durante el intento.
Destinado en abril de 1915 en plaza de inferior categoría a la Sección Montada de Policía del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta, continuó destacado en Malalien, encargándosele en junio de la organización de una Mía de Policía Indígena en el Rincón de Medik, que fue puesta bajo su mando. Por resolución de 9 de julio se le concedió la Cruz de 2.ª Clase, laureada, de San Fernando por el valor heroico demostrado en 1913 durante los combates de Laucien. El día 17 del mismo mes le fue impuesta tan preciada condecoración en Tetuán por el general José Marina Vega, alto comisario y general en jefe del Ejército de España en África.
En mayo de 1916 cayó enfermo y tuvo que ser ingresado en el Hospital Militar de Tetuán, en el que tuvo que volver a ingresar al mes siguiente, causando baja en su destino y pasando a la situación de excedente en la plaza de Ceuta, donde continuó hasta que en abril de 1918 se dispuso que pasase a la situación de retirado.
Durante su vida militar fue recompensado, además de con la Cruz laureada, con la Cruz de María Cristina, dos Cruces al Mérito Militar con distintivo blanco y otras tres con distintivo rojo. Estuvo casado con Elena Anchuela Warley.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. G-1475. A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Cevallos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
8. HERNÁNDEZ MENOR, ÁNGEL
Villena
(Alicante), 27.III.1899 – Bahía de Alhucemas (Marruecos), 7.IX.1925. Capitán de
Caballería, héroe de la Guerra de Marruecos. Cruz Laureada. Real orden
de 22 de noviembre de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra,
núm. 258/1928). Campañas de Marruecos. Teniente
de la Harka de Abd el Malek.
Acción del poblado de Midar, el 17
de agosto de 1924.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Asistió en ese día al combate que sostuvo su Harca para la ocupación del poblado de Midar, mandando la caballería de la misma, que, con fuerzas del Tabor de Caballería de la Mehalla de Melilla núm. 2 y tres Mías de Infantería de la Harca constituían la vanguardia. Recibida por el jefe del Tabor la orden de ocupar con es-tas fuerzas las primeras casas del poblado y previo combate de aproximación pie a tierra, se lanzaron al asalto, desalojando al enemigo de las casas y atrincheramien-tos, en donde oponía tenaz resistencia. En los primeros momentos de la acción fueron baja cuatro de los jinetes del teniente Hernández, quien, por otras producidas en la oficialidad, tomó el mando, además, de las Mías de Infantería, y en lucha cuerpo a cuerpo ocupó con sus fuerzas el poblado. Cuando se dedicaba a organizar la evacuación de heridos y reponer municiones, llegó la noticia de haber sido muerto el cherif Abd el Malek, por lo que las fuerzas que el teniente Hernández tenía a sus órdenes, todas ellas pertenecientes a la Harca del Cherif y con no muy sólida instrucción y disciplina, relajada su moral, iniciaron su dispersión, acentuada por haber caído cerca de ellas algunas bombas de aviación, imponiéndose este oficial por sus esfuerzos y evitando su disgregación. Apercibido el enemigo de esta crítica situación, reaccionó violentamente, recrudeciéndose el combate, causando numerosas bajas en las fuerzas del Teniente, a pesar de lo cual puso en fuga al enemigo. En 1929 se transmitió la pensión a sus padres, que residían en Villena, calle de José María López, 26.
Nació en Villena (Alicante) el 27 de marzo de 1899. Fueron sus padres don José Hernández Valdés y doña Catalina Menor Catalán. En septiembre de 1917 fue admitido como alumno en la Academia de Caballería, de la que salió promovido al empleo de alférez en julio de 1920 y destinado al Regimiento de Cazadores de Villarrobledo, del que en diciembre pasó al de Húsares de la Princesa, con el que se trasladó a Melilla en el mes de enero de 1921. Ya en Marruecos, intervino en la protección de convoyes y en la reconquista del Gurugú y del Monte Arruit a las órdenes del general Sanjurjo.
En agosto de 1922 pasó destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán y seguidamente a las fuerzas de la Mehalla Jalifiana, terminando en la Harca de Abd el Malek, con la que destacó en el combate de Midar, el 7 de agosto de 1924. A las órdenes del bilaureado comandante Varela dio a conocer su valor en numerosas acciones, siendo citado como "Distinguido" en el mes de octubre siguiente en las operaciones de Alalex y "Muy distinguido" en los combates que tuvieron lugar los días 22 a 29 del mismo mes y en los del 29 de octubre, 4 y 10 de noviembre.
Resultó herido el 1 de enero de 1925, no siendo dado de alta hasta el mes de mayo siguiente, en que se incorporó a su Unidad. En septiembre de 1925 intervino en el desembarco de Alhucemas y en la ocupación de Morro Nuevo, perdiendo la vida en esta última acción el día 8 de dicho mes. A título póstumo fue ascendido al empleo de capitán.
Enterado de su muerte el Ayuntamiento de Villena, su pleno municipal adoptó en sesión del 12 de septiembre de 1925 abrir una suscripción para levantar un busto en honor del héroe en el Parterre. Fue su autor el escultor villenense Pedro Navarro Santafé y en el sencillo monumento aparecía el busto del capitán Hernández Menor vestido con uniforme de húsares de Pavía y un altorrelieve adosado al fuste con una figura de mujer, simbolizando a la ciudad de Villena ofreciéndole el laurel de la inmortalidad. También se colocó en el fuste la Laureada de San Fernando, ya que el monumento se hallaba ya terminado cuando le fue concedida esta recompensa. La inauguración tuvo lugar el 28 de agosto de 1930, asistiendo al acto como representación militar el jefe del Regimiento de Infantería de la Princesa, entonces en Alicante, don Eduardo Llobregat Estañ, natural de Villena. Al comenzar la Guerra Civil un grupo de izquierdas derribó el busto, permaneciendo el monumento olvidado durante veinte años por falta de fondos para restaurarlo, quedando como recuerdos del héroe su fotografía en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento y su nombre dado a la antigua calle Mayor.
Con ocasión de una visita que el general Muñoz Grandes realizó en 1965 a una finca de La Mancha, propiedad de un villenense, don Salvador Amorós, supo por un hermano de éste, que había sido alcalde de Villena, del abandono del monumento a Hernández Menor, del que conservaba el reloj que, siendo su jefe, había quitado de la muñeca del caído para entregárselo a uno de sus hermanos, quien se lo regaló como recuerdo. Muñoz Grandes animó a Cristóbal Amorós, así se llamaba el antiguo alcalde, a que propusiese al nuevo la restauración del monumento, comprometiéndose a asistir él mismo a la inauguración. Inmediatamente se procedió a devolver al monumento su antiguo esplendor y a continuación a visitar al general Muñoz Grandes. Así se narra en la página web "Villena cuéntame" las consecuencias de dicha visita, extraídas de la Biografía de Antonio Navarro Santafé (2007), obra de Pedro Hernández Hurtado: Efectivamente los recibió muy amable el capitán General Muñoz Grandes, pero les dijo que él no podía ir al pueblo de Hernández Menor solo a levantar su estatua. Se lo afearía él desde el Cielo. Él haría por su pueblo en su memoria ayudarles en algo tan importante que tuvieran necesidad de hacer, como el mismo Hernández Menor lo hubiera hecho. "Así que, Alcalde, está muy bien esa reconstrucción del Monumen-to a tan heroico y glorioso hijo de Villena; inauguren su restauración con toda solemnidad ustedes, pero a mí venga a verme en nombre del capitán Ángel Hernández Menor cuando tenga el proyecto de una gran obra para Villena y la conseguiremos en memoria de nuestro querido héroe, sirviendo a Villena como a él le hubiera gustado servirla". El Alcalde y sus compañeros de Comisión, tan afectuosamente atendidos y en modo alguno desairados, se despidieron, diciéndole en sus últimas palabras el Alcalde: "Vendré pronto con ese importante proyecto, mi General". "Tráigalo cuanto antes, Alcalde, y juntos trabajaremos por él". El Alcalde regresó eufórico a Villena, lleno de esperanza. El día 8 de septiembre de aquel año 1956, en el XXXI aniversario de su gloriosa muerte, en el día de la Virgen, con nuevas generaciones de ciudadanos a su alrededor, se repuso solemnemente el monumento a HERNÁNDEZ MENOR por el Alcalde y autoridades locales en la misma inicial plazoleta del centro de la población, llamada de la Religiosa Águeda Hernández. Meses después le volvía a pedir audiencia el Alcalde al Capitán General. Le citó Muñoz Grandes, con la llaneza que le era proverbial, en su propio domicilio. Le explicó el Alcalde el proyecto de AGUAS Y ALCANTARILLADO a todas las casas de Villena. Muñoz Grandes lo vio importante y le dijo: "Esto sí, Alcalde, esto sí que vale hacer por mí como por su pueblo lo habría hecho Ángel. ¿Qué necesita, de momento? Que me reciba el Director General del Banco del Crédito Local, que admita el Proyecto y que nos dé el dinero para hacerlo". Sacó una tarjeta personal, escribió en ella unas letras y le dijo: "Vaya a verlo inmediatamente que, cuando usted llegue, yo ya le habré telefoneado desde mi despacho". Marchó el Alcalde al Banco y entró en aquella antesala enorme en la que tantas horas había perdido en espera sin solución o alguna vez apuntándosele solución demorosa, solo atendido por algún segundo secretario tantas veces. Dio la tarjeta del Capitán General a un ujier que de muchas esperas le conocía y ¿pasaría el tiempo como en tantas ocasiones? Inmediatamente se abrió aquella enorme puerta del fondo y delante de ella, el Director General Sr. Fariñas, todo atención y afectuosidad: "Pero, querido Alcalde, le estaba esperando. No había necesidad de molestar al Capitán General. Estaba terminada la operación. Vamos a hacerla inmediatamente". En resumen, días después el Alcalde firmaba la Escritura del importante Crédito, y la obra para dotar a todo Villena de AGUAS Y ALCANTARILLADO se puso inmediatamente en ejecución y sin paralización pronto cumplió su anhelado y útil servicio al bien común. Obra, sin duda la más importante de Villena, cuyo beneficio perciben y gozan los villenenses. Su hijo heroico, el Capitán Hernández Menor, casi a 30 años después de su muerte, había ganado ésta batalla para su Ciudad.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SE-GOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Era hijo de José Hernández Valdés y de Catalina Menor Catalán. A los 18 años ingresó en la Academia de Caballería (1 de septiembre de 1917). Tres años después y una vez acabado con aprovechamiento el plan de estudios, fue promovido al empleo de alférez con el número 20 de su promoción (8 de junio de 1920). Su primer destino fue en el Regimiento de Cazadores de Villarobledo, 23 de Caballería, de guarnición en Badajoz, donde estuvo hasta finales de diciembre de 1920. Su nuevo destino sería en el Regimiento de Húsares de la Princesa, 19 de Caballería, con acuartelamiento en Alcalá de Henares. Con esta unidad se trasladaría a Melilla el 30 de enero de 1921 y comenzaría su aventura africana, participando en la recuperación del Monte Gurugú, que dominaba Melilla, y de Monte Arruit. Ascendió a teniente por antigüedad el 8 de julio de 1922, siendo destinado al Regimiento de Cazadores de Lusitania, 12 de Caballería, ubicado en Granada; el destino en esta unidad apenas duraría un mes, ya que se incorporó en agosto al Grupo de Regulares Indígenas Tetuán núm. 1, donde permanecería un año. El siguiente lo obtendría en la Mehala Jalifiana Tetuán núm. 1, pero tampoco estaría mucho tiempo en esta unidad indígena, pues el comandante Valdés estaba organizando la "harka" de Abdelmálek (caíd procedente de Argelia, cuyo nombre completo era Abdelmálek el Hach Taieb) y el teniente Hernández Menor se incorporaría a esta última en Melilla, procedente de Tetuán y con los primeros efectivos en julio de 1924. Se encargó del mando de la Caballería de la "harca". En principio, se reclutaron dos "mías" (compañías) con los doscientos caballos que proporcionó el Depósito de Ganado de la citada ciudad. La "harca" se estableció en Azib de Midar con el fin de hostilizar a las fuerzas del jefe rifeño Abd el Krim.
El primer combate se realizó, con apoyo de carros de combate, sobre Imeyaren para dar seguridad a la línea del frente. A principios de agosto de 1924, las posiciones de vanguardia seguían siendo hostilizadas por los "rifeños", así como las comunicaciones, abastecimientos y aguadas; como consecuencia, hubo que actuar otra vez sobre Imeyaren, en terrenos de la "cábila" de Beni Tuzin; se ordenó a la vanguardia de la "harka" la ocupación de Midar, aduar (pueblo) situado al oeste de Dar Drius. El 7 del citado mes, los jinetes de Hernández Menor iniciaban, desde Azib, la marcha, protegidos a los flancos por dos "mías" y otra más de reserva de la Mehala de Melilla n.º 2. Como apoyo inmediato, le seguían otras tres "mías" de su propia "harka", al mando de caíd Brahím.
Flanqueado por las citadas "mías", Hernández Menor se aproxima con sus jinetes pie a tierra y se sitúa a la distancia que considera adecuada; ordena entonces montar a caballo y, protegido por las "mias", se lanza al galope hacia las primeras casas, defendidas por trincheras; no obstante, las ocupa a costa de las primeras cuatro bajas. Desde allí, posibilita la entrada al poblado de las "mías", que desalojan todas las casas de enemigos y los "beniurragueles" huyen; comienza entonces a poner en estado de defensa el aduar. Le informan que ha sido herido el jefe de las "mías", Brahím, que le ha seguido muy de cerca, y hay que evacuarlo con el resto de bajas. Hernández Menor toma el mando de todas las fuerzas presentes y continúa con sus preparativos, repone la munición y en estado de defensa las casas. Al poco tiempo, los "askaris" (soldados) reciben la noticia de que su jefe Abdelmálek ha muerto y vacilan e incluso algunos se retiran; los "rifeños" se aperciben de esta circunstancia favorable para ellos y, muy reforzados, contraatacan. Se produce entonces una verdadera desbandada de las "mías". Supersticiosos, creen que se está cumpliendo la famosa maldición que les ha lanzado Abd el Krim. Hernández Menor para la huida y reúne de nuevo a un buen número de "askaris" de su vanguardia. Con ellos, recupera parte del poblado y, haciéndose fuerte en determinadas casas, rechaza el ataque "rifeño". Recibe, entonces, la orden de retirarse, acción que ejecuta sin dejarse arrollar por el enemigo, permaneciendo constantemente en la retaguardia. Por esta acción le sería concedida la Cruz laureada de San Fernando por Real Orden de 22 de noviembre de 1928, satisfacción moral que recibieron sus padres, pues Hernández Menor, que era soltero, ya había fallecido.
Fue citado como distinguido en el combate de Alales (21 de octubre de 1924) y como muy distinguido varias veces: combates de Mesnar (29 de octubre de 1924), Haman (4 de noviembre de 1924) y Hedra (9 de noviembre de 1924). El 10 de enero de 1925 sería alcanzado por una bala enemiga en la clavícula durante el combate de Ainguer, por lo que estuvo de baja hasta que recibió el alta a principios de mayo. Un año después, se le concedería la Medalla de Sufrimientos por la Patria (5 de abril de 1926), que tampoco pudo recibir en vida. Permaneció en la "harka" del fallecido Abdelmálek hasta finales de junio de 1925, fecha en la que ya se estaba preparando el Desembarco de Alhucemas. Con tal motivo, el teniente Hernández Menor se incorporó a una "harka", denominada Tetuán, que se organizaba para formar la vanguardia. Esta unidad indígena, en la que él estaba a cargo de una sección, iba a desembarcar con la primera "oleada" junto a las sexta y séptima Banderas de la Legión, que mandaban el comandante Verdú y el teniente coronel Liniers respectivamente, según había dispuesto el coronel Franco.
En la madrugada del 8 de septiembre se inicia la gran maniobra anfibia. Las "kaes" (lanchas de desembarco) se acercan lo más posible a la playa de Ixdain, al sur de Morro Nuevo, pero, para alcanzarla, los legionarios y "askaris" tienen que avanzar con el agua al pecho y los fusiles en alto. Vencen la primera resistencia y se produce la primera baja mortal de un oficial; es la del teniente Ángel Hernández Menor, que sería ascendido a capitán a título póstumo, como consecuencia de la concesión de la laureada.
En julio de 1932 se inauguró un monumento a la memoria de Ángel Hernández Menor en la Escuela de Aplicación de Caballería, ubicada en Madrid. Es un busto del capitán con "dormán" de húsares, sobre un pedestal con la Cruz laureada y el emblema de Caballería en bronce, incrustados en la piedra. Se trasladó en 1974 a la Academia de Caballería (Valladolid), donde se conserva actualmente.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. E-542. J. Sotto Montes, Síntesis histórica de la Caballería española, Madrid, Excelicer, 1968; VV. AA., España en sus héroes, Madrid, Ornigraf, 1969, págs. 961-970 y 1097-1098; R. Lión y J. Silvela, La Caballería en la historia militar, Valladolid, Academia de Caballería, 1979; D. S. Woolman, Abd el Krim y la guerra el Rif, Barcelona, 1988; R. Lión, A. Bellido y J. Silvela, La Academia de Caballería, Valladolid, Andrés Martín, 1988; J. Albi, L. Stampa y J. Silvela, Un eco de clarines, Madrid, Tabapress, 1992; J. Pando Despierto, Historia secreta de Annual, Madrid, Temas de Hoy, 1999.
Juan María Silvela Miláns del Bosch
9. OCHANDO SERRANO, RAMÓN.
Madrid, 6.III.1895 – Tetuán (Marruecos), 12.X.1924. Capitán de Estado Mayor del Servicio de Aviación. Caballero Laureado de San Fernando. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 16 de mayo de 1928 (AGMS, Sc. 1ª, legajo O-68; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 108/192). Campañas de Marruecos. Acción de Tahar Berda, el 26 de septiembre de 1924.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
En la mañana de dicho día, tripulando como observador jefe de equipo el aparato Napier 63, que formaba parte de la escuadrilla de protección de la columna de Zoco el Jemis (Zona de Larache), encargada de la retirada de las posiciones de Tahar Berda y García Acero, con la misión de reconocimiento y bombardeo que, para ser más eficaz realizó a reducida altura y no obstante haber sido herido gravemente al terminar el reconocimiento y antes de comenzar el bombardeo por disparo del enemigo atrincherado en la proximidad de la última de las citadas posiciones, se opuso con elevado espíritu a regresar a la base y a pesar de la intensa hemorragia que sufría, continuó el bombardeo hasta arrojar el total de la dotación que llevaba el aparato, regresando al aeródromo de Tetuán una vez dado fin a su cometido, siendo reconocido y asistido en el Hospital de la referida Plaza, en el que fallecería al mes siguiente.
Nacido en Madrid el 6 de marzo de 1895, fueron sus padres el teniente general don Federico Ochando Chumillas y doña Paz Serrano Navarra. En agosto de 1910 ingresó en la Academia de Caballería, de la que salió promovido a segundo teniente en junio de 1913, con destino en el Regimiento de Cazadores de La Albuera, que guarnecía Salamanca. Al año siguiente se incorporó como alumno a la Escuela de Equitación Militar, en Madrid, en la que fue ascendido a primer teniente en junio de 1915. Fue recompensado con la Cruz blanca al Mérito Militar por las excelentes notas que obtuvo durante el curso en dicha Escuela y se le concedió realizar un segundo curso, a cuyo término le fue concedido el título de Profesor de Escuela de Equitación.
En marzo de 1916 fue trasladado al Regimiento del Príncipe y en enero del año siguiente agregado con carácter eventual al Estado Mayor Central del Ejército, en el que fue baja en el mes de mayo. Nombrado en junio alumno de la Escuela Superior de Guerra, siguió los cursos de este Centro hasta que en septiembre de 1922 fue ascendido a capitán del Cuerpo de Estado Mayor, siendo entonces destinado al Estado Mayor de la 6ª Región Militar y al mismo tiempo nombrado alumno del Curso de Observadores de Aeroplano.
En octubre de 1919 había sido nombrado diputado a Cortes por Casas Ibáñez (Albacete) y en mayo de 1821 le había correspondido el ascenso a capitán de Caballería. Tras realizar en Cuatro Vientos los vuelos y prácticas reglamentarios, quedó agregado con carácter provisional al Curso de Observadores, y en noviembre destinado a la 1ª Sección de Observadores, incorporándose en febrero de 1823 a la Escuela de Tiro y Bombardeo de Los Alcázares. En abril fue dado de alta en los Grupos de Escuadrillas de Melilla, en los que permanecería hasta que un mes después fue de nuevo elegido diputado por Casas Ibáñez, pasando entonces a la situación de disponible. En octubre se dispuso que pasase a prestar sus servicios al Gobierno Militar de Cartagena y en comisión al Servicio de Aeronáutica de Cuatro Vientos para continuar el Curso de Observadores de Aeroplanos, pasando inmediatamente a realizar prácticas en a los Grupos de Escuadrillas de Melilla.
Tras tomar parte como observador en operaciones de guerra, en enero de 1924 se le destinó en plantilla al Servicio de Aviación. Realizando en el mes de marzo un reconocimiento aéreo, resultó herido al atravesarle una bala el antebrazo derecho, siendo dado de alta en junio e incorporándose a su destino en Melilla, donde continuaría operando hasta la fecha de su muerte, el 12 de octubre de 1924 en Tetuán.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Nacido en el seno de una familia de tradición militar, recién cumplidos los quince años de edad, ingresó Ramón Ochando en la Academia de Caballería, de la que salió como segundo teniente tres años más tarde, Su primer destino fue el Regimiento de Cazadores de Albuera, donde pronto destacó como excelente jinete.
Tras un año sirviendo en Lanceros del Príncipe, fue ascendido a teniente en 1915. Ingresó en la Escuela de Guerra, obteniendo el diploma de Estado Mayor en 1919. En enero del año siguiente, destinado en Regulares de Infantería de Tetuán, tomó parte en numerosos combates en las operaciones que por entonces se desarrollaban en la región de Yebala para someter a la belicosa kabila de Beni Said y taponar el boquete existente entre el Jemiz de Angera y Laucién, por el que se extendía la rebelión de la kabila de Uad Ras dominada por el Raisuni. El teniente Ochando se distinguió el 13 de mayo, encuadrado en la columna del coronel Serrano, en las operaciones para la ocupación de Beni Amrán, quedando luego con su tábor guarneciendo las peñas de Sadina.
Al ascender a capitán en 1921, pasó a pertenecer al Cuerpo de Estado Mayor, y en octubre del año siguiente inició el curso de observador de aeroplano, curso que hubo de interrumpir al ser nombrado diputado por la manchega localidad de Casas Ibáñez, dentro de la peculiar organización política que dio a España el general Primo de Rivera. Cumplida la comisión y completado el curso con la 17.ª promoción de observadores, fue destinado al 3.er Grupo de Escuadrillas de Marruecos, al aeródromo de Tauima, participando en las frecuentes misiones de reconocimiento y bombardeo en torno a la bahía de Alhucemas. El 11 de febrero de 1924 mientras bombardeaba los cañones que el enemigo tenía emplazados en Ifermín, fue alcanzado su aparato por el fuego enemigo, logrando el piloto, teniente Munáiz, tomar tierra en Ben Tieb.
El gran número de ametralladoras que el enemigo tenía emplazadas en torno a las posiciones de Issen Lassen y Tizzi Assa hacía que en los abastecimientos no se pudiera volar por debajo de doscientos metros sin ser alcanzado por el fuego de ellas; el 3 de marzo resultó herido en un brazo el capitán Ochando que, no obstante, completó su misión, tomando tierra el piloto, capitán Ortiz, en el campamento de Azib de Midar, para que aquél recibiera la primera cura antes de ser evacuado, en vuelo, a Melilla.
Fue citado Ochando como "muy distinguido" con ocasión de la operación para hacer llegar el convoy a la cercada posición de Beni Messaud, el 7 de mayo, en los durísimos combates en el Tercio se cubrió de muertos y de gloria, y en que tan grande fue el protagonismo de la Aviación que realizó el mayor esfuerzo de la campaña, siendo decisiva su acción, realizando las ocho escuadrillas de la zona oriental una media de seis salidas por aparato.
Dos meses más tarde, el 5 de julio, mientras en vuelo rasante, para precisar los lanzamientos, abastecía de hielo a la posición de Koba Darsa, resultó acribillado el aparato por el fuego enemigo que alcanzó al piloto, capitán Eduardo González Gallarza, hiriéndole gravemente en el muslo y mano derecha, lo que no le impidió completar la misión y aterrizar luego en Uad Lau. Por esta acción González Gallarza fue propuesto para la Laureada de San Fernando, y Ochando citado como "distinguido".
El 24 de septiembre, en plena subversión de la kabila de Beni Arós, la escuadrilla Napier despegó del aeródromo de Auámara, en Larache, para apoyar a la columna que trataba de recoger las guarniciones de las posiciones de Tahar Berda y García Acero, que el mando había decidido abandonar.
Uno de los aparatos, el n.º 53, tripulado por los capitanes Gómez Spencer y Ochando —éste como observador— atacó las posiciones desde las que los motos se oponían al paso de la columna, y para mejor precisar el ataque, pedía Ochando volar más y más bajo, sin tomar en cuenta el tremendo fuego enemigo que el avión recibía; un proyectil le alcanzó en un muslo, y Spencer, dándose cuenta de la gravedad de la herida, inició el viraje para regresar al aeródromo, pero Ochando le ordenó que continuara la misión, pues aún le quedaban bombas y munición de ametralladora, y haciéndose un torniquete con la corbata, para disminuir la fuerte hemorragia, continuó pasada tras pasada hasta quemar el último cartucho, ordenando entonces el regreso.
Antes de alcanzar el aeródromo de Sania Ramel — elegido por Spencer por disponer el Hospital Militar de Tetuán de mejores condiciones médicas que el de Larache— perdió el capitán Ochando el conocimiento, que ya no recobraría, muriendo el 12 de octubre.
Abierto inmediatamente el expediente correspondiente, y tras el preceptivo juicio contradictorio, el 17 de mayo de 1928 le fue concedida la Cruz laureada de San Fernando al capitán Ochando Serrano. En la Real Orden de concesión, se lee: "El día 20 de septiembre de 1924, el Capitán de Estado Mayor, D. Ramón Ochando Serrano, tripulaba como observador jefe de equipo el aparato Napier 63, que formaba parte de la escuadrilla de protección de la columna de Zoco de el Jemiz de la zona de Larache, encargada de la retirada de las posiciones de Tahar Berda y García Acero, con la misión de reconocimiento y bombardeo. Para ser más eficaz la realizó a baja altura y, no obstante haber sido herido gravemente al terminar el reconocimiento, antes de comenzar el bombardeo, por disparo del enemigo atrincherado en la proximidad de la última de las citadas posiciones, se opuso con elevado espíritu a regresar a la base, a pesar de la intensa hemorragia que sufría, continuó el bombardeo hasta arrojar el total de la dotación que llevaba el aparato y regresando al aeródromo de Tetuán terminó por completo su cometido.
Al ser reconocido, el médico ordenó su inmediata hospitalización. Falleció el 12 de octubre siguiente, a consecuencia de dichas heridas".
Bibl.: J. Gomá Orduña, Historia de la aeronáutica española, t. II, Madrid, Imprenta Prensa Española, 1951; Servicio Histórico Militar, Galería militar contemporánea, t. I, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1953; J. Salas Larrazábal, La guerra de España desde el aire, Barcelona, 1971; Guerra Aérea 1936-1939, t. I, Madrid, Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire, 1999; E. Herrera Alonso, Heroísmo en el cielo: laureados de San Fernando en el Museo del Aire, Madrid, Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire, 1999; Cien aviadores de España, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), t. I, vol. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
Emilio Herrera Alonso
10. PACHECO BARONA, DIEGO
Ceuta, 25.VI.1892 – Marruecos, 29.VII.1916. Primer teniente del Grupo de Fuerzas Regulares de Ceuta núm. 1. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 9 de noviembre de 1917 (AGMS, Sc. 1ª, legajo D-45; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 253/1917). Campañas de Marruecos. Acción del Biutz, el 29 de junio de 1916.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
El día 29 de julio de 1916, el primer teniente de Caballería don Diego Pacheco Barona, al mando de una sección del primer Escuadrón de Fuerzas Regulares Indígenas, entró en acción con objeto de atacar las alturas de Ain Yir, y al lanzarse al asalto, por la elevada idea que tenía del cumplimiento del deber, no cesó de dar pruebas de valor, serenidad e indomable energía al frente de su tropa, animándola con su ejemplo, después de herido en la reñida lucha que sostuvieron, llegando al cuerpo a cuerpo, hasta que recibió otra herida que le causó la muerte.
Nació en Ceuta el 25 de junio de 1892. Fueron sus padres don José Pacheco Calvo, comandante de Caballería, y doña María Barona y Sánchez-Calvo. Ingresó en la Academia de Caballería en el mes de agosto de 1908 y al término de sus estudios fue promovido a segundo teniente en julio de 1911 y destinado al Regimiento de Cazadores de Alfonso XII.
Ascendido a primer teniente en julio de 1913 fue trasladado al Grupo de Escuadrones de Ceuta. A lo largo de 1914 cambió con frecuencia de destino: marzo al Regimiento de Cazadores de Vitoria, octubre al Regimiento Dragones de Santiago, noviembre al Cuadro Eventual de Ceuta y diciembre, de nuevo, al Regimiento de Cazadores de Vitoria. Al año siguiente consiguió ser destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta.
La primera acción de guerra en la que intervino fue en la ocupación de posiciones próximas a la plaza de Ceuta, a principios de 1913, por cuya intervención fue recompensado con una cruz roja al Mérito Militar, ganando una segunda en ese mismo año por su destacada actuación en las acciones de Laucien, Dar ben Karrich, Beni Mesala y otras, en las que fue citado en la orden de operaciones como "Distinguido".
Durante 1914 y 1915 continuó de operaciones en primera línea entre Ceuta y Tetuán, realizando servicios de guarnición y vigilancia. Formando parte de la columna del general Guerra, tomó parte el 28 de junio de 1916 en la ocupación de posiciones inmediatas al Biutz y Ain Aicha, recibiendo varias heridas que le causarían la muerte al día siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Santa Catalina (Ceuta).
Recibió a título póstumo el empleo de capitán por méritos de guerra y se le abrió juicio contradictorio para la concesión de la Cruz de San Fernando. Con tan solo cinco años de servicio había demostrado su gran valor mereciendo tres Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo y una Cruz de María Cristina.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Era hijo de José Pacheco Calvo, comandante de Caballería, y de María Barona y Sánchez Calvo. Obtuvo plaza de alumno en la Academia de Caballería en el mes de agosto de 1908, saliendo en julio de 1911 promovido al empleo de segundo teniente con destino en el Regimiento de Cazadores de Alfonso XII.
En julio de 1913 obtuvo el empleo de primer teniente y fue trasladado al Grupo de Escuadrones de Ceuta. A lo largo de este año intervino en numerosos combates, siendo recompensado su valor con dos Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo. Durante 1914 y 1915 prestó servicios de campaña, guarnición y vigilancia entre Ceuta y Tetuán.
Destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta, en el mes de junio de 1916 se planeó la ocupación del Biutz, poblado perteneciente a la cabila de Anyera. En la madrugada del 29 de junio partieron cuatro columnas al mando del general Milans del Bosch, formando la vanguardia de la columna del centro el Tabor de Caballería del Grupo de Ceuta, con la misión de tomar a la mayor rapidez la Loma de las Trincheras. Próximos al objetivo, el intenso fuego enemigo detuvo el avance, obligando a echar pie a tierra al teniente Pacheco, que mandaba la primera Sección del primer Escuadrón del Grupo. Al frente de ocho de sus hombres se lanzó hacia las posiciones del contrario, recibiendo muy pronto un balazo en el muslo, pero continuó el asalto hasta que un tiro en la cabeza le causó la muerte.
Por Real Orden de 9 de noviembre de 1917, y tras el correspondiente juicio contradictorio, se le concedió la Cruz laureada de San Fernando, máxima recompensa reservada por Ejército español para premiar a sus héroes.
Fuentes y bibliografía.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-45.
J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo xx, Madrid, Ornigraf, 1969; A. de Ceballos- Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
11. PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, FERNANDO
Jerez de la Frontera (Cádiz), 30.VII.1879 – Monte Arruit (Marruecos), 5.VIII.1921. Teniente coronel del Regimiento de Alcántara núm. 14. Cruz Laureada. Real orden de 12 de noviembre de 1923 (AGMS, Sc. 1ª, legajo P-2854; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 253/1923). Campañas de Marruecos. Retirada de Dar Drius, el 23 de julio de 1921.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
El día 23 de julio de 1921, el Teniente Coronel del Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14º de Caballería, D. Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, tomó parte en el combate librado para proteger la evacuación y retirada a Dar Drius de la fuerza que guarnecía la posición de Chaif, enclavada en el territorio de la Comandancia General de Melilla. Las fuerzas de dicha posición de Chaif se veían imposibilitadas de retirarse a Dar Drius, a pesar del durísimo combate que para conseguido entablaron con el numeroso enemigo que trataba de rodearlas y que les ocasionó muchas bajas, entre ellas el jefe y varios oficiales. El Teniente Coronel Primo de Rivera, en cumplimiento de órdenes recibidas y al frente del segundo escuadrón, dos secciones del cuarto y una del primero de dicho Regimiento de Alcántara, en total 192 jinetes, salió al encuentro de aquellas fuerzas y sin medir lo numeroso del enemigo que al mismo tiempo que trataba de envolver la columna en retirada atacó también con gran brío a la fuerza de auxilio, se lanzó sobre él consiguiendo la prosecución de la retirada, salvar la columna y su impedimenta y la entrada en orden de todas las fuerzas en Dar Drius. Para conseguir tal éxito tuvo que cargar y combatir con la fuerza a sus órdenes al arma blanca y cuerpo a cuerpo diferentes veces, sufriendo aquélla numerosas bajas, comportándose siempre brillantemente el mencionado Jefe en los sucesivos hechos acaecidos en dicho territorio a partir del día 23 de julio antes señalado, y singularmente en el duro sitio de la posición de Monte-Arruit, en la que después de agotarse en constante combate, dirigir y animar a todos con su heroico ejemplo, halló gloriosa muerte, ocasionada por un casco de granada de la artillería enemiga.
Nacido en Jerez de la Frontera el 30 de julio de 1879, era hijo del teniente coronel de Estado Mayor don Miguel Primo de Rivera y Sobremonte y de doña Inés Orbaneja y Pérez de Grandallana. Ingresó en la Academia de Infantería en junio de 1896, en la que siguió los planes de estudios abreviados debido a la necesidad de oficiales para las guerras de Cuba y Filipinas, siendo promovido a segundo teniente al año siguiente y destinado al Batallón de Cazadores de Segorbe, de guarnición en Sevilla. No contento con ello, se presentó a examen de ingreso en la Academia de Caballería, obteniendo plaza e incorporándose a la misma, de la que salió en diciembre de 1898 promovido a segundo teniente de Caballería y destinado al Regimiento de Cazadores de Vitoria, del que un año más tarde fue trasladado al de Villaviciosa.
En mayo de 1902 fue nombrado ayudante del general don Fernando Álvarez de Sotomayor, gobernador militar de Jerez de la Frontera, y al año siguiente obtuvo el empleo de primer teniente. Abandonó el anterior cargo en 1904, al ser destinado al Regimiento de Lanceros del Príncipe, que guarnecía Aranjuez.
Los años siguientes se dedicaría a practicar la equitación, llegando a ser un destacado jinete y profesor en esta materia. Con el fin de perfeccionar sus conocimientos se incorporó a la Escuela de Saumur (Francia), en la que permanecería durante dos años. De vuelta a España fue destinado a la Escuela de Equitación Militar, en Madrid, donde permaneció como profesor hasta su ascenso a capitán en enero de 1912. Destinado al Regimiento de Taxdirt, hizo su presentación en Melilla a finales de enero, encomendándosele el mando del segundo Escuadrón, a cuyo frente recibió el bautismo de fuego el 19 de febrero siguiente. Al mes siguiente ganó la Cruz de María Cristina y fue citado como "Distinguido" y en mayo recompensado con el empleo de comandante por méritos de guerra.
Se ausentó de Marruecos durante los años siguientes, pasando destinado como profesor a la Escuela de Equitación Militar, en la que permanecería hasta su ascenso a teniente coronel, a finales de 1919.
Volvió a Marruecos en enero de 1920 al ser colocado en el Regimiento de Cazadores de Alcántara, con el que se halló en numerosas operaciones de campaña. Durante el mes de mayo tomó parte en la ocupación de las posiciones A y B y de Igueriben. El día 20 de julio tomó en Dar-Drius el mando del Regimiento, el 21 combatió en Annual, el 22, formando la extrema vanguardia de la columna de evacuación de Dar-Drius, protegió a las fuerzas del general Navarro durante la retirada hasta Batel, asistiendo a todas las cargas dadas por los escuadrones y a cuantos hechos se realizaron, hasta la entrada de las referidas fuerzas en la posición de Monte-Arruit. Ya en Monte Arruit, cooperó a su defensa hasta que el 31 de julio, estando en un parapeto, una granada de cañón le destrozó el brazo derecho. La situación sanitaria de la posición impidió atenderle correctamente, siéndole extirpado el brazo con una sierra de carpintero y sin anestesia ni antisépticos. Gangrenada la herida, falleció el 5 de agosto siguiente.
La hazaña del teniente coronel Primo de Rivera quedó inmortalizada a través de un monumento, obra del escultor don Mariano Benlliure, inaugurado el 25 de junio de 1931 y que todavía se puede admirar frente a la puerta principal de la Academia de Caballería, en Valladolid. En el mes de noviembre de 1923 sus restos mortales fueron trasladados a la Península y llevados a Madrid, donde el día 14 el general don Miguel Primo de Rivera, colocó sobre el ataúd la Cruz laureada de San Fernando, que le había sido concedida dos días antes. Estuvo casado con doña María Cobo de Guzmán y Moreno. En 1924 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 4/1924) se instituyó en su nombre el Premio Alcántara-Primo de Rivera.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Era hijo del teniente coronel de Estado Mayor Miguel Primo de Rivera y Sobremonte y de Inés Orbaneja.
Fue su tío el general Fernando Primo de Rivera, capitán general del Ejército, marqués de Estella y dos veces condecorado con la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, y su hermano el también general Miguel Primo de Rivera, teniente general del Ejército, caballero Gran Cruz de San Fernando, heredero del título de su tío y presidente en 1923 del Directorio Militar.
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en junio de 1896, de la que salió promovido a segundo teniente en 1897 y destinado al Batallón de Cazadores de Segorbe, pero pocos días después se incorporó a la Academia de Caballería, en la que había obtenido el ingreso, siguiendo los estudios reglamentarios hasta que en diciembre de 1898 recibió por segunda vez el empleo de segundo teniente, esta vez del Arma de Caballería, en la que permanecería hasta su muerte y en la que destacaría como jinete y profesor de equitación.
En los años siguientes prestó servicio, sucesivamente, en los Regimientos de Cazadores de Vitoria y Lanceros de Villaviciosa, hasta que en mayo de 1902 fue nombrado ayudante de campo del general Álvarez de Sotomayor.
Ascendido a primer teniente en 1903, fue destinado al Regimiento de Lanceros del Príncipe, ingresando posteriormente como alumno en la Escuela de Caballería de Saumur (Francia), donde permanecería durante dos años.
A su regreso a España fue destinado como profesor a la Escuela de Equitación Militar de Madrid, en la que continuó hasta su ascenso a capitán en enero de 1912, siendo entonces trasladado al Regimiento de Taxdirt, en Melilla, donde se hizo cargo del mando del 2.º Escuadrón. A partir de entonces participó en numerosos combates, en muchos de los cuales destacó por su gran valor, ganando la Cruz de María Cristina en ese mismo año, siendo citado como "Muy distinguido" y mereciendo el ascenso a comandante por méritos de guerra en el combate librado el 15 de mayo en Ulad Garen.
Con el nuevo empleo volvió a ejercer el profesorado en la Escuela de Equitación, en la que se mantuvo hasta su ascenso a teniente coronel en 1919, pasando entonces a la situación de disponible y agregado a la Escuela hasta la terminación del curso. Seguidamente fue nombrado jefe del Depósito de Sementales de la 1.ª Región Militar, manteniéndose en este cargo hasta que en enero de 1920 pudo regresar a Marruecos destinado al Regimiento de Cazadores de Alcántara como segundo jefe del mismo.
Iniciadas las operaciones para la ocupación de una serie de posiciones que permitiesen dominar la bahía de Alhucemas, se conseguiría establecer una línea avanzada que cubría débilmente un frente de más de cincuenta kilómetros. Primo de Rivera participó en el mes de mayo en la toma de Haman, Auestia, Dar Drius, Tamasurit, Chaif, Ari-Kert y Carra-Midar. En junio se hizo cargo del mando del destacamento de Monte Arruit, en agosto se halló en la ocupación de Hamuda, Tafersit y Azib Midar, al mes siguiente en la de Izen Lasen y Buhafora y en diciembre en la de Ben-Tieb, Dar-Salah, Aixdir, Tugunt y otras.
El mes de enero de 1921 lo pasó en Melilla, trasladándose en febrero a la posición de Segangan, de la que se hizo cargo, volviendo a Melilla en marzo para un mes después trasladarse a Valladolid con el fin de asistir a los actos en que S. M. la Reina iba a ser nombrada "coronel honorario" del Regimiento de Victoria Eugenia y a la colocación de la primera piedra de los nuevos edificios de la Academia de Caballería.
En mayo de 1921 comenzaron los ataques de los moros sobre la mencionada línea de posiciones, perdiéndose Monte Abarrán el 2 de junio y siendo atacada Sidi Dris al día siguiente. Mientras esto sucedía, Primo de Rivera pasó todo el mes de junio en la posición de Segangan, marchando el 2 de julio a Dar Drius y asistiendo los días siguientes a la toma de las Posiciones A y B, e Igueriben.
El 20 se hizo cargo del mando del Regimiento en Dar Drius y un día después cayó Igueriben, ordenándose a continuación la retirada de las tropas, que al producirse de forma desordenada ocasionaría el derrumbamiento de todo el frente.
En estos momentos fue decisiva la actuación del teniente coronel Primo de Rivera, que tras tratar de detener y reorganizar a los que huían, formó la extrema vanguardia de la columna de evacuación de Dar Drius y con gran serenidad protegió al frente de los escuadrones de su Regimiento los sucesivos repliegues de las fuerzas desde Annual hacia Batel y Monte Arruit.
De los cerca de setecientos hombres que componían los escuadrones, solamente llegaron ilesos alrededor de setenta a Monte Arruit, a cuya defensa contribuyó el teniente coronel Primo de Rivera hasta que el casco de una granada de artillería le arrancó un brazo cuando se encontraba observando con unos prismáticos el fuego del enemigo, teniendo que ser operado y muriendo a consecuencia de la infección de la herida.
Hasta que no se recuperó Monte Arruit el 24 de octubre no se pudieron retirar sus restos del lugar en que habían sido enterrados por sus propios soldados, dándoseles a continuación sepultura en el cementerio de Melilla, donde permanecieron hasta ser exhumados el 11 de noviembre de 1923. En ese día fueron embarcados en el vapor Puchol y llevados a Málaga, en cuyo Ayuntamiento se instaló la capilla ardiente. Trasladados por ferrocarril a Madrid, llegaron a la estación de Atocha el día 14 y fueron colocados en la glorieta del mismo nombre, donde una brigada mixta al mando del general Cabanellas les rindió honores, tras lo cual el rey Alfonso XIII impuso al féretro la Cruz laureada de San Fernando, que le había sido concedida dos días antes en premio a su heroica actuación durante el Desastre de Annual. Tras el responso rezado por el patriarca de las Indias, el cortejo, presidido por el Rey, marchó a pie por el paseo del Prado hasta la calle Mayor, desde donde en vehículos se trasladó al cementerio de San Isidro para recibir nueva sepultura en el nicho familiar, en el que el Arma de Caballería había levantado un monumento, obra de Benlliure.
Inexplicablemente, el Regimiento de Alcántara no recibió la Laureada Colectiva que había merecido por su sacrificio hasta noventa años después, si bien su hazaña fue inmortalizada por Mariano Benlliure en un grupo escultórico que representaba a cuatro jinetes del Regimiento pertenecientes a diferentes épocas y que el 25 de junio de 1931 sería inaugurado a la entrada de la Academia de Caballería de Valladolid. El mismo escultor fue el autor de una estatua del héroe, que se enclavó en Alcalá de Henares a la entrada del Acuartelamiento Primo de Rivera.
Otro monumento al Regimiento se levantó en el patio de su acuartelamiento en Melilla, y en él figuraban las bajas habidas por este Cuerpo durante el Desastre de Annual, un 90 por ciento de sus efectivos. Estuvo casado con María Cobo de Guzmán y Moreno.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-2854. J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo XX, Madrid, Ornigraf, 1969; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez
12. QUEIPO DE LLANO Y SIERRA, GONZALO
Marqués de Queipo de Llano (I). Tordesillas (Valladolid), 5.II.1875 – Camas (Sevilla), 9.III.1951. Teniente general del Ejército, jefe del Ejército del Sur durante la Guerra Civil, gran cruz laureada de San Fernando, Medalla Militar individual. Real decreto de 26 de febrero de 1944 (AGMS, Sc. 1ª, legajo Q-13; Boletín Oficial del Estado, núm. 63/1944). Guerra Civil 1936-1939.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Es evidente la influencia que tuvo en la guerra de liberación la posesión de Sevilla, llave del Sur de España y enlace con Marruecos. El éxito logrado en la conquista de esta Plaza se debió al entusiasmo, pericia y valor del entonces General de División don Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, que al iniciarse el Glorioso Alzamiento Nacional se presentó desde el primer momento en Sevilla y tomó el mando de las fuerzas de la Plaza y de toda Andalucía; por las especiales circunstancias de nuestra guerra actuó de hecho como General en Jefe y asumió las supremas atribuciones y responsabilidad desde el dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis al veinticuatro del mismo mes, en cuyos días precisamente se realizó la heroica ocupación de la Plaza y Ciudad antes citada. Más tarde, creado ya el órgano de Gobierno capacitado para hacer nombramientos, se le nombró, por Decreto de veintiséis de agosto de mil novecientos treinta y seis, General en Jefe de las fuerzas de Andalucía, en cuya etapa de mando, ya de derecho, el prestigio alcanzado por este General en la conquista de Sevilla se confirmó y extendió a toda España, y en la memoria de todos está su actuación infatigable, que tanto contribuyó a mantener y levantar el espíritu nacional. Esta heroica actuación está de lleno comprendida en nuestro Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando. La Gran Cruz le sería impuesta por el generalísimo Franco en Sevilla en 1947.
Nació en Tordesillas (Valladolid), el 5 de febrero de 1875. Era hijo de don Gonzalo Queipo de Llano y Sánchez, juez municipal en dicha ciudad, y de doña Mercedes Sierra y Vázquez de Novoa. Tras realizar sus primeros estudios en el Seminario Diocesano, ingresó en 1891 en el Ejército como trompeta y dos años después en la Academia de Caballería de Valladolid. Al ser promovido a segundo teniente en febrero de 1896 marchó a Cuba, donde su destacada actuación le valió los ascensos a teniente y capitán por méritos de guerra, regresando a España al perderse aquella Isla.
En 1909 marchó a Marruecos con el Regimiento de la Reina, obteniendo el empleo de teniente coronel también por méritos de guerra, alcanzando el de coronel en julio de 1918, con el que mandó el Regimiento de Lanceros de la Reina.
En diciembre de 1922 fue ascendido a general de brigada y en abril del año siguiente nombrado jefe de la Zona de Ceuta, cesando en este cargo en mayo de 1924; durante esta etapa fundó la Revista de Tropas Coloniales. Dos meses después fue nombrado segundo jefe del Gobierno Militar de Cádiz y un mes más tarde pasó a las órdenes del Alto Comisario de España en Marruecos, volviendo en el mes de septiembre a hacerse cargo de la Zona de Ceuta.
En 1925 fue puesto al frente de la 3ª Brigada de Caballería, cesando en este puesto en julio de 1926 y siendo en mayo de 1928 pasado a la primera reserva por Primo de Rivera, con quien había tenido enfrentamientos, acusado de indisciplinado y díscolo. A la muerte de Primo de Rivera, sus hijos le golpearon en una cafetería, por los continuos ataques a la figura de su padre. Intervino en 1931 en unión de Ramón Franco en el complot republicano de Cuatro Vientos, por lo que tuvo que huir de España y exiliarse en el extranjero; en el mes de febrero fue dado de baja en el Ejército. Cuando ya parecía haber terminado su vida militar, su adscripción republicana le permitió regresar a España y ser ascendido en abril de 1931 a general de división. Con dicho empleo fue capitán general de Madrid (1931), general de la 1ª División (1931), inspector general de la 1ª Inspección (1931), jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República (1931), inspector general de Carabineros (1933) e inspector general de división del Ejército (1935).
Siendo general jefe de la
Región Militar de Sevilla, se sumó al alzamiento de julio de 1936, y a pesar de
sus escasas fuerzas logró adueñarse de aquella ciudad y de las de Cádiz,
Córdoba, Granada y Huelva. Fue jefe de las fuerzas que operaban en Andalucía y
en los años siguientes vocal de la Junta de Defensa Nacional (septiembre de
1936) y vocal de la Junta superior del Ejército (diciembre de 1936). Destacó
notablemente por el diestro manejo de la propaganda a través de la radio,
siendo célebres sus coloquiales charlas cotidianas. En mayo de 1939 fue
ascendido a teniente general y enviado a una misión militar a Italia, siendo a
su vuelta nombrado capitán general de la 2ª Región Militar, cargo en el que
cesó a los pocos días. En marzo de 1940 fue recompensado con la Medalla Militar
Individual, según el decreto de concesión, de 15 de marzo de 1940: Al
iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional, la Ciudad de Sevilla tenía una notoria
e indiscutible importancia para el éxito de la misma; la resuelta conducta del
General D. Gonzalo Queipo de Llano, que con visión clara del momento condujo a
ganar para la Causa la Plaza andaluza de la que se adueñó tras enérgica y
contundente acción personal con escasos medios, ejerciendo indiscutible
influencia en el resultado de la campaña y más tarde destacada su actuación ya
como General del Ejército del Sur, en la que pone de manifiesto tanto en las
brillantes operaciones que determinaron la ocupación de Málaga y las que en
colaboración con el Ejército del Centro condujeron a la ocupación de Villanueva
de la Serena y Don Benito, como en la defensa tenaz y sangrienta de los frentes
andaluces, en especial los correspondientes a Córdoba y Granada; y, por último,
el destacado valor y tesón al hacer frente, primero, y rechazar, después la
ofensiva de Cabeza de Buey, en la que tantas esperanzas había depositado el
mando marxista, todo ello constituye una página gloriosa de nuestra Gesta
Nacional, escrita por el General Queipo de Llano, que llegó a realizar hechos y
servicios muy distinguidos, que le hacen merecedor de ser justamente
recompensado.
Falleció en Sevilla el 9 de marzo 1951, cuando se encontraba en situación de reserva, a la que había pasado en febrero de 1943. Poseía la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo (1936), como recompensa a los servicios prestados y méritos contraídos en operaciones activas de campaña en Marruecos, durante los años 1923 y 1924. Estuvo casado con doña Genoveva Martí Tovar.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales-
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Hijo de Gonzalo Queipo de Llano y Sánchez, juez municipal de Tordesillas, y de María de las Mercedes Sierra y Vázquez de Novoa. En 1887 realizó el examen de ingreso en el bachillerato en el Instituto de Ponferrada, cuyos tres primeros cursos aprobó con excelentes calificaciones en el de León mientras estudiaba en el Seminario Diocesano de esa misma ciudad. En 1891 se fugó del seminario y marchó a Ferrol, donde se alistó en el 4.º Batallón de Artillería de Plaza como educando de trompeta y aprobó cuarto de bachillerato en el Instituto de La Coruña. Al cumplir dieciocho años sentó plaza de artillero de segunda en la citada unidad y comenzó a preparar la oposición de ingreso en la Academia de Caballería de Valladolid, a la que se incorporó como alumno el 1 de septiembre de 1893, en la misma promoción de la que formaban parte Santiago Mateo Fernández y Sebastián Pozas Perea.
El 21 de febrero de 1896, al necesitarse cubrir las numerosas vacantes de oficial ocasionadas por la guerra de Cuba, el gobierno de Cánovas decidió anticipar la entrega de despachos de los alumnos de las academias militares y la promoción de Queipo fue promovida al empleo de segundo teniente, siendo destinado al Regimiento de Dragones de Santiago, de guarnición en Granada. En julio, solicitó pasar al Ejército de Operaciones de Cuba, llegó a La Habana en agosto y se incorporó al Regimiento de Caballería Pizarro, con el que entró inmediatamente en combate en la zona de Pinar del Río, donde operaban las partidas de Antonio Macías. En octubre, su brillante comportamiento en aquella campaña le valió el ascenso a primer teniente por méritos de guerra, reconociéndose por primera vez el valor que siempre le caracterizaría.
En febrero de 1897 fue destinado al Regimiento Expedicionario del Príncipe, que operaba en la zona de Las Villas, volviéndose a distinguir por su arrojo en las numerosas acciones en las que intervino en las inmediaciones de Ciego de Ávila, por las que fue promovido a capitán por méritos de guerra. Continuó combatiendo en aquella zona contra las partidas de Máximo Gómez hasta la capitulación de Santiago de Cuba a primeros de julio de 1898, siendo recompensado con la cruz de María Cristina, entonces la mayor condecoración concedida en tiempo de guerra después de la cruz laureada de San Fernando. En octubre regresó a la Península y quedó agregado al Regimiento de Reserva de Valladolid, en situación de excedente de plantilla.
En noviembre de 1900 obtuvo destino en el Regimiento de Lanceros de Villaviciosa, de guarnición en Jerez de la Frontera, del que se trasladó en marzo de 1901 a Salamanca, al de Lanceros de Borbón, y poco después al de Farnesio en Valladolid, donde residía su madre viuda. Los frecuentes cambios de unidad, como se observará más adelante, caracterizarán siempre su peculiar carrera militar. En Valladolid, donde llegó a permanecer dos años, contrajo matrimonio en la parroquia de San Pedro con Genoveva Martí y Tovar, hija del magistrado juez presidente de la Audiencia Territorial; al no haber solicitado la preceptiva licencia del Ministerio de la Guerra, el enlace no se regularizó militarmente hasta que se acogió a la amnistía decretada en mayo de 1918. En octubre de 1902 solicitó el traslado al Regimiento de Lanceros de la Reina en Alcalá de Henares, donde fue recompensado en 1908 con la cruz de Beneficencia por su arrojo y valor al lanzarse al río Henares para salvar la vida de un soldado cuyo caballo había perdido pie al vadearlo y había sido arrastrado por la corriente. En noviembre de 1909, marchó a Melilla con su unidad para intervenir en la campaña iniciada tras la masacre del Barranco del Lobo.
Nada más regresar a Madrid protagonizó el primero de los numerosos conflictos con el mando y con el poder constituido que jalonarán toda su trayectoria, a la par que ponían de relieve su determinación y capacidad de liderazgo. La guarnición de Madrid había comenzado a crisparse al conocer la prodigalidad del ministro de la Guerra, general Agustín Luque, en algunos casos y su cicatería en otros para recompensar los discutibles hechos de armas de la fugaz campaña de Melilla, en especial con respecto a la oficialidad de las unidades enviadas desde la península. El diputado carlista Joaquín Llorens había aprovechado la ocasión para criticar en la prensa y en el parlamento la citada política de recompensas y Queipo de Llano, bajo el seudónimo de Santiago Vallisoletano, decidió erigirse en portavoz del malestar de sus compañeros y firmó dos cartas abiertas, dirigidas a Llorens, que publicó en primera plana La Correspondencia Militar los días 31 de diciembre de 1909 y 1 de enero de 1910. El director de El Ejército Español, órgano oficioso de Luque, replicó airadamente el 3 de enero y Queipo volvió a insistir en sus planteamientos por el mismo medio el 5 y el 11 de aquel mes. El ministro tomó cartas en el asunto para identificar al autor de los artículos, de los que se había hecho eco la prensa madrileña y habían provocado una interpelación parlamentaria, y Queipo respondió organizando el día 12 una tumultuaria manifestación de oficiales frente a la redacción de La Correspondencia Militar para exigir que no se intentara silenciar al mensajero y respaldar su actitud. El incidente le costó dos meses de arresto en el Castillo de Santa Catalina de Cádiz y la pérdida de su destino, quedando en situación de excedencia forzosa en Madrid. Recién cumplido el arresto, solicitó un año de licencia sin sueldo para estudiar la ganadería argentina y, a poco de regresar de Buenos Aires, le correspondió ascender a comandante por antigüedad en noviembre de 1911.
En enero de 1912 logró acomodo en la Junta Provincial del Censo de Ganado Caballar y Mular de Albacete. Solo permaneció allí hasta que, en septiembre, pasó destinado al Regimiento de Cazadores de Vitoria, al que se incorporó en Granada, embarcando inmediatamente hacia Alcazarquivir para hacerse cargo de los tres escuadrones destacados al recién constituido Protectorado de Marruecos. En febrero de 1913 volvió a cambiar de destino, esta vez al Grupo de Caballería de Larache. Al alzarse en armas El Raisuni, participó en diversos combates por los que fue recompensado con una segunda cruz de María Cristina. Sus continuas y brillantes actuaciones al frente de una columna montada en los meses siguientes le valieron el ascenso a teniente coronel por méritos de guerra en abril de 1914 y, al mando de un Grupo de Caballería formado por tres escuadrones traídos de la Península, volvió a combatir en la misma zona hasta que, al regresar aquellos a su base en noviembre de 1915, se hizo cargo de la Yeguada Militar de Larache.
En abril de 1916 cesó en este destino y pasó a encargarse del Juzgado Militar de dicha plaza, puesto que desempeñó hasta que, en noviembre, afectado por una grave enfermedad regresó a Madrid e ingresó en el Hospital Militar de Carabanchel, siendo dado de alta en febrero de 1917 y destinado al Establecimiento de Remonta de Córdoba. Solo permaneció dos meses allí, pues en mayo solicitó la excedencia para restablecerse en Ávila. En abril de 1918 volvió al servicio activo, siendo destinado al Regimiento de Húsares de Pavía. Apenas llegado a Alcalá de Henares, fue trasladado al Depósito de Reserva de Lugo, donde ascendió a coronel en agosto, lo que supuso su enésimo cambio de destino, esta vez de vuelta a Alcalá de Henares para mandar el Regimiento de Lanceros de la Reina, en el que ya había estado de capitán y en el que permaneció cuatro años hasta que, en diciembre de 1922, Niceto Alcalá-Zamora decretó su ascenso a general de brigada y le nombró 2.º jefe de la Zona de Ceuta. Durante el año 1923 y los primeros meses de 1924, al frente de su propia columna de operaciones, se ocupó de sofocar los focos rebeldes que hostigaban los movimientos de las tropas españolas en Gomara. En mayo de este último año, Primo de Rivera, consciente de su escasa sintonía con la política marroquí del recién instaurado Directorio Militar, le trasladó al Gobierno Militar de Cádiz, pero al poco de incorporarse a su destino, el general Aizpuru, alto comisario de España en Marruecos, le reclamó para que se hiciera cargo del mando de la Zona de Ceuta, poniéndose inmediatamente al frente de una columna para operar en el área de influencia de Tetuán.
En esta su última estancia en el Protectorado, fundó junto con el teniente coronel Francisco Franco la Revista de Tropas Coloniales, cuyos seis primeros números dirigió y en la que escribió cuatro artículos, volviendo a mostrarse crítico con el sistema de concesión de recompensas en Marruecos en dos de ellos. Aunque de contenido mucho más respetuoso con quien en aquellos momentos las concedía, es decir, con el general Primo de Rivera, este debió de pensar que Queipo representaba un peligro potencial al frente de una publicación que comenzaba a adquirir gran predicamento en ambientes castrenses.
Conocidos además sus conciliábulos con Franco para deponerle, debido a la política abandonista del Directorio, y sus contactos con el general Aguilera para restaurar el régimen parlamentario, Primo de Rivera le destituyó fulminantemente en septiembre de 1924 y le impuso un mes de arresto en el castillo de Ferrol. Enemistado visceralmente desde ese momento con el dictador, un año después se mostró favorable a unirse al Comité Militar Revolucionario que estaba constituyendo el laureado coronel de Caballería Segundo García, por lo que el Directorio decidió alejarle de Madrid y le envió a mandar la III Brigada de Caballería, puesto que llevaba aparejado el de gobernador militar de Córdoba. Sin embargo, en julio de 1926, al evidenciarse que, junto con el general López Ochoa, había constituido la Asociación Militar Republicana, fue de nuevo cesado, quedando en situación de disponible forzoso en Madrid. Y en mayo de 1928, al depurarse las responsabilidades del frustrado golpe de Estado encabezado por Aguilera, el general Martínez Anido, vicepresidente del Gobierno, previo informe de la Junta Clasificadora para el Ascenso de los Generales, decretó su pase a la primera reserva, lo que en la práctica suponía su baja en el ejército.
Sus actividades sediciosas se incrementaron a partir de ese momento. En enero de 1929, se implicó en la intentona golpista encabezada por el expresidente Sánchez Guerra, con el apoyo de Lerroux y del general López Ochoa, quedando encargado de declarar el estado de guerra en Murcia y en Albacete. En agosto de 1930 se firmó el llamado Pacto de San Sebastián, promovido por Alianza Republicana, y en su seno se formó un comité revolucionario para derrocar la Monarquía, en el que, entre otros militares, se integró Queipo de Llano, acordando alzarse en armas para proclamar la República el 15 de diciembre. Anticipándose tres días a esa fecha, los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández la proclamaron en Jaca, alzamiento que el gobierno de Berenguer sofocó contundentemente, fusilando a los dos capitanes y encarcelando a los principales miembros del comité: Alcalá-Zamora, Casares Quiroga y Miguel Maura. No obstante, el día 15, en Madrid, el general Queipo y el comandante Ramón Franco se atuvieron a lo pactado y se apoderaron del aeródromo de Cuatro Vientos. Queipo leyó por la radio un manifiesto declarando que se había proclamado la República en toda España y Franco se apropió de un avión para bombardear el Palacio Real e inundar la capital de octavillas, pero al observar que, en contra de lo planeado, las centrales sindicales no habían declarado la huelga general revolucionaria, regresó a Cuatro Vientos y, junto con Queipo, Hidalgo de Cisneros y otros aviadores, volaron hacia Portugal, de donde se trasladaron a Francia.
Durante los primeros meses de 1931, Queipo se limitó a frecuentar las reuniones que en París mantenían los exiliados: Marcelino Domingo, Diego Martínez Barrio, Indalecio Prieto y algunos políticos vascos y catalanes. El 24 de febrero, el general Berenguer, presidente del Consejo de Ministros, dispuso que causara baja definitivamente en el ejército por llevar dos meses en ignorado paradero. El 14 de abril, nada más conocerse la proclamación de la República, regresó a España e inmediatamente Azaña decretó su vuelta al servicio activo, su ascenso a general de división y su nombramiento como jefe de la 1.ª División Orgánica, con cabecera en Madrid. El 25 de abril, prometió por su honor ser leal a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas, promesa que vulneraría en 1936. En julio, Azaña le confió la recién creada Inspección General del Ejército, un puesto tal vez de mayor relumbrón, pero sin demasiada importancia real, y en diciembre, al ser elegido Niceto Alcalá-Zamora presidente de la República, este le nombró jefe de su Cuarto Militar.
En marzo de 1933 se decretó su cese en aquel puesto y pasó a la situación de disponible forzoso, y en septiembre, nada más ganar las elecciones la derecha y hacerse cargo Lerroux del gobierno, fue nombrado inspector general de Carabineros, cargo del que fue cesado a los ocho meses al ser sustituido Antonio de Lara por Manuel Marraco en la cartera de Hacienda. El matrimonio de su hija Ernestina con el hijo mayor del presidente de la República el 29 de diciembre de 1934 le volvió a sacar de la situación de ostracismo en la que se encontraba y, de nuevo con Lerroux al frente del gobierno, fue por segunda vez nombrado inspector general de Carabineros en febrero de 1935, puesto que conservaría cuando la coalición electoral del Frente Popular ganó las elecciones en febrero de 1936.
A partir de ese momento, se pusieron en marcha varios procesos insurreccionales: el organizado por la llamada Junta de Generales, encabezada por el general Rodríguez del Barrio, que terminaría bajo la dirección de Mola; el elaborado por la Junta Suprema de la Comunión Tradicionalista, que ofreció a Sanjurjo la jefatura del Requeté, y el que preparaba por libre Queipo de Llano, enfrentado con el gobierno por haber depuesto a su juicio irregularmente a su consuegro. A finales de abril, Mola decidió integrar a Queipo en la trama golpista, pese a las muchas reticencias que despertaba su figura, tanto por su parentesco con Alcalá-Zamora, como por su pasado republicano y por su implicación en los movimientos sediciosos en contra de la Dictadura: Ambos se entrevistaron cerca de Pamplona y acordaron que Queipo hablara con el general Miguel Cabanellas, jefe de la 5.ª División Orgánica, con quien le unía cierta amistad, y le propusiera unirse al golpe.
Ante el buen resultado de su gestión en Zaragoza, le encomendó sublevar Sevilla, ciudad donde apenas había esperanzas de éxito, debido a que los generales y coroneles, escarmentados por las consecuencias de la Sanjurjada de 1932 para muchos de sus compañeros, no estaban dispuestos a involucrarse en otra intentona que les pudiera costar la carrera, y le instó a viajar a la capital andaluza para conocer la situación en directo y entrar contacto con su representante, el comandante Cuesta Monereo, uno de los principales protagonistas del golpe de 1932. Visitó por primera vez Sevilla en el mes de mayo y constató que los planes estaban bastante avanzados, por lo que regresó a Madrid confiado en llevar a buen término la empresa encomendada.
A primeros de julio, con la excusa de revistar las unidades de Carabineros andaluzas y acompañado por su mujer y sus dos hijos solteros, inició el periplo que le conduciría a Sevilla. Primero recaló en Granada para intentar ganarse al comandante militar, general Manuel Llanos, al que el gobierno destituyó nada más conocer el encuentro y lo sustituyó por el general Miguel Campins. Después pasó por Málaga para dejar a su familia en casa de su hija Mercedes, convencido de que el general Francisco Patxot lograría hacerse con la ciudad al ser el punto previsto en los planes de Mola para que desembarcaran las tropas de Melilla. Finalmente, el día 11 llegó a Sevilla y comenzó a sondear la actitud de los jefes de cuerpo. Ni siquiera su compañero de promoción, el coronel Santiago Mateo, jefe del Regimiento de Caballería n.º 7, quiso comprometerse y únicamente se le unió el jefe del Batallón de Zapadores y muy dubitativamente el coronel de la Guardia Civil. Al día siguiente se trasladó a Huelva, donde se encontraba el general José Fernández de Villa-Abrille, jefe de la 2.ª División Orgánica, quien se negó a recibirle y aconsejó a Cuesta que le instase a volver a Madrid si no quería que diese cuenta de sus andanzas al gobierno.
El día 18 por la mañana partió de Huelva y, algo pasado el mediodía, acompañado únicamente por un capitán, se presentó en el palacio de Capitanía, entonces en la plaza de la Gavidia, y exigió al general Villa-Abrille que declarara el estado de guerra. Ante su firme negativa, le arrestó, se autoproclamó jefe de la División y se dirigió con su ayudante al cercano Regimiento de Infantería n.º 6, donde se identificó como jefe de la División. Al no reconocer el coronel Manuel Allanegui su autoridad, apeló a sus subordinados y logró que uno de los comandantes y todos los capitanes y tenientes se mostraran dispuestos a sublevarse. A continuación, formó en el patio al centenar de soldados presentes aquel domingo en el cuartel, les arengó y organizó con ellos dos secciones para que leyeran por la ciudad el bando declarando el estado de guerra, pero se vieron obligadas a replegarse al ser tiroteadas por la Guardia de Asalto al aproximarse al Ayuntamiento.
De vuelta en Capitanía, Queipo telefoneó al coronel Mateo, jefe del Regimiento de Caballería, quien volvió a rechazar sublevarse. Al igual que Allanegui, fue arrestado y conducido a Capitanía, tomando el mando de la unidad un comandante. Después llamó al del Regimiento de Artillería Ligera n.º 3, que se puso a sus órdenes. Y, por último, a los comandantes militares de todas las provincias andaluzas, con desigual resultado: solo los de Cádiz y Córdoba le obedecieron; el de Málaga se mostró dubitativo, y los demás se negaron. Probablemente todos conocían ya que el gobierno acababa de destituirle de todos sus cargos.
A continuación, se inició una cruenta lucha por el dominio del centro de la ciudad. El principal enfrentamiento con la Guardia de Asalto, que acató sin fisuras las órdenes impartidas por el gobernador civil, José María Varela Rendueles, tuvo lugar en los alrededores del Ayuntamiento, donde se libró el primer combate de la Guerra Civil y se escucharon los primeros cañonazos. Las ametralladoras y las dos baterías emplazadas por los rebeldes solventaron pronto la lucha a su favor, logrando al caer la tarde hacerse con el Gobierno Civil y con los barrios más céntricos de la capital.
Llegada la noche, Queipo pronunció la primera de sus charlas radiofónicas a través de la emisora Unión Radio. Tras unos vivas a España y a la República, informó a los sevillanos de que se había hecho cargo del mando y había encarcelado a las autoridades civiles y militares, les anunció la inmediata llegada de legionarios y regulares desde Marruecos, les garantizó que el golpe había triunfado en Navarra y en Castilla y León, y que sus tropas estaban a punto de entrar en Madrid. Es decir, daba como seguro que se habían cumplido los planes de Mola, lo cual no era cierto, pero el efecto propagandístico fue muy considerable, tanto en Sevilla como en el resto de España. Las charlas radiofónicas se repitieron día a día hasta que Franco formó su primer gobierno en enero de 1938, utilizando de forma muy efectiva aquel novedoso medio de comunicación para intentar desmoralizar al enemigo, sirviéndose a menudo de términos y expresiones realmente injuriosas y vejatorias, y levantar la moral de su retaguardia.
El foco de atención se trasladó el día 19 al aeródromo de Tablada, en cuyas pistas despegaban y aterrizaban los aviones encargados de bombardear los acuartelamientos sublevados en el Protectorado. Aunque su jefe inicialmente se mostró leal a la República y arrestó a los oficiales que le instaban a unirse a Queipo, a medianoche se plegó a sus requerimientos y puso aquella trascendental instalación al servicio de los rebeldes. Ello permitió que, en la mañana del día 20, aterrizasen los tres Fokker que transportaban a un comandante, un teniente, un sargento y 39 legionarios procedentes de Tetuán. Queipo se apresuró a anunciar por la radio que ya estaba en Sevilla el ejército de África y los embarcó en cinco camiones que recorrieron una y otra vez las calles del centro de la ciudad para dar la sensación de que contaba con gran número de tropas legionarias.
La situación en Triana y en los barrios humildes de la zona norte de la ciudad era abiertamente revolucionaria desde el día 18. Al objeto de neutralizarla, Queipo formó tres columnas, mandadas por los dos oficiales y el sargento de la Legión e integradas cada una de ellas por unos 100 soldados, secundados por medio centenar de falangistas y requetés, que entraron a sangre y fuego en Triana en la tarde del mismo día 20. Durante aquella noche y la jornada siguiente la represión fue terrible. El día 22, las mismas tres columnas desplegaron ante las murallas de la Macarena y se dispusieron a sofocar los focos de resistencia que continuaban activos al norte de la ciudad. Las barricadas y los edificios donde se localizaban francotiradores fueron demolidos por la artillería y, al caer la tarde, las populares barriadas del Pumarejo, de San Julián y de San Luis habían caído en manos de los sublevados, iniciándose de nuevo una oleada de homicidios y detenciones.
Nada más dominar Sevilla, Queipo puso en marcha varias columnas, formadas por las tropas de regulares y legionarios que iban llegando de Marruecos, para someter esta provincia y la de Huelva, y enlazar con los núcleos rebeldes de Córdoba y Granada. La operación se culminó a primeros de septiembre, formándose desde entonces una larguísima línea de frente que no experimentaría grandes modificaciones hasta el final de la guerra, excepto en la parte sur, con la ocupación de la provincia de Málaga mediante una operación conjunta hispano-italiana en enero-febrero de 1937, y en la occidental, con el cierre de la llamada bolsa de La Serena de junio a agosto de 1938 mediante otra operación conjunta del Ejército del Centro, mandado por el general Saliquet, y el del Sur, mandado por Queipo.
El 12 de agosto de 1936, el general Cabanellas, presidente de la denominada Junta de Defensa Nacional, le había confirmado en el cargo de inspector general de Carabineros y nombrado jefe de la 2.ª División Orgánica y de las fuerzas que operaban en Andalucía, a los que añadió el de vocal de la citada Junta el 17 de septiembre. El 12 de diciembre, a los dos meses de ser designado generalísimo y jefe del Estado, Franco articuló sus tropas en tres grandes unidades tipo ejército: el del Norte, mandado por Mola; el del Sur, por Queipo, y el de Marruecos, por Orgaz. El Ejército del Norte protagonizaría, desde ese momento y hasta febrero de 1939, las campañas de Vizcaya, Santander y Asturias, la de Teruel y Aragón, y la de Cataluña. El de Marruecos fue meramente el vivero que nutría al anterior. Y el del Sur se limitó a mantener el prolongado e inactivo frente al que antes se hizo referencia, por lo que Queipo se dedicó esencialmente a gobernar a su libre albedrío las provincias andaluzas que dominaba, lo que dio origen a diversos enfrentamientos con Franco y a numerosos conflictos de competencia con las autoridades burgalesas.
Aunque continúa siendo muy complejo contabilizar con precisión el número de las personas asesinadas o ejecutadas en el territorio dominado por Queipo, las estimaciones más fiables lo cifran en alrededor de 40.000. Solo en la ciudad de Sevilla se han contabilizado 4.200 ejecuciones, entre ellas la del general Campins, el comandante militar de Granada que le negó su apoyo el 18 de julio, y otras 9.000 en la provincia. A estas muertes habría que añadir decenas de miles de encarcelamientos y los padecimientos sufridos por la población malagueña durante su masiva huida en febrero de 1937, la llamada 'Desbandá', en la que, en los cálculos más optimistas, murieron unos 3.000 civiles.
El 15 de mayo de 1939, en vísperas del colosal Desfile de la Victoria que recorrió por primera vez el paseo de la Castellana, Franco ascendió a Queipo a teniente general. Al no considerarse suficientemente recompensado, este le solicitó la gran cruz laureada de San Fernando, petición desatendida que ahondó la brecha que se había abierto entre ambos. Un mes más tarde, el 20 de julio, sus críticas hacia el Caudillo, que no tenía empacho en propalar públicamente, acarrearon su destitución de los cargos de inspector general de Carabineros y jefe de la 2.ª División Orgánica, acuartelando simultáneamente las unidades andaluzas para prevenir posibles movimientos de adhesión al cesado. Queipo debió de advertir que enemistarse con su antiguo colega en la Revista de Tropas Coloniales no le reportaba ningún beneficio y, a través de la agencia EFE, manifestó su admiración y fidelidad hacia el Caudillo. Este respondió quitándose de en medio a un personaje tan incómodo como popular y le nombró presidente de un etéreo ente denominado Misión Militar Especial en Italia y su Imperio.
El 17 de diciembre se instaló en Roma e inmediatamente se percató de que su cargo carecía en absoluto de contenido, reanudando sus críticas y lamentos, y entreteniéndose en escribir sus memorias. En marzo de 1940, el general Varela, que había sido nombrado ministro del Ejército, creyó poder apaciguarle con la concesión de la Medalla Militar individual en recompensa por los méritos contraídos a todo lo largo de la guerra. Queipo no se conformó y volvió a solicitar la laureada en tono más intempestivo. Al dársele la callada por respuesta, volvió a insistir en ello y, al seguir siendo ignorado, solicitó ser relevado de su cargo, justificando la petición en que la humedad de Roma quebrantaba su salud.
En octubre de 1941, solicitó permiso para desplazarse a España durante dos meses al objeto de despedirse de su hija Ernestina que estaba a punto de trasladarse a Argentina para reunirse con su marido, el hijo del expresidente Alcalá-Zamora. Varela respondió que la situación bélica en Europa desaconsejaba conceder permisos al personal destacado en el extranjero, aunque ante su insistencia le autorizó a venir por quince días.
En enero de 1942 volvió a solicitar otros dos meses de licencia para someterse a una revisión médica en Madrid. Varela se los concedió y Queipo aprovechó la ocasión para darse un baño de masas en Sevilla. Aparte de ser vigilado en todo momento por un comandante, la policía seguía estrechamente sus pasos, informando puntualmente de todos sus encuentros y conversaciones, en las que prodigaba sus críticas a Franco y a la Falange, y censurando su correspondencia. Al cumplirse los dos meses, Varela le ordenó regresar inmediatamente a Italia. La respuesta fue un certificado médico acreditativo de su mal estado de salud, por lo que, finalmente, el 18 de junio Franco decretó que quedara en situación de disponible forzoso en Málaga.
En febrero de 1943, al cumplir sesenta y ocho años, se decretó su pase a la situación de reserva y Franco volvió a hacer patente su inquina al no nombrarle procurador de las recién creadas Cortes Españolas, tal como había hecho con casi todos los generales que combatieron a su lado. Sin embargo, en septiembre de ese mismo año, Queipo fue uno de escasos tenientes generales que se resistieron a firmar el escrito promovido por Aranda y Kindelán exigiendo la restauración de la monarquía. Tal vez por ello, al año siguiente le concedió la ansiada laureada, precisando que se recompensaba únicamente su actuación en Sevilla durante los días 18 al 26 de julio de 1936, es decir, no su comportamiento a lo largo de toda la guerra, como él deseaba.
Y en abril de 1950, al conmemorarse el XI aniversario de la victoria, le concedió el título de marqués de Queipo de Llano, una vez más exclusivamente por haber logrado que triunfase el golpe de Estado en Sevilla. En su protocolaria carta de agradecimiento, el flamante marqués aprovechó para lanzar un último dardo contra el Caudillo, diciéndole que, pasado el tiempo, sus sucesores serían vistos como cualquier otro marqués de pacotilla. Las camarillas franquistas adujeron que el exabrupto obedecía a su enojo por no habérsele concedido un ducado, tal como se había hecho con Mola en 1948. Franco se irritó, pero poco podía hacer ya con aquel inveterado lenguaraz.
En el invierno de 1951, al agravarse su estado de salud, pidió ser trasladado en ambulancia a Sevilla, donde falleció el 9 de marzo, recién cumplidos los ochenta y seis años, en su cortijo de Gambogaz, en el término municipal de Camas. La capilla ardiente se instaló en el Ayuntamiento de Sevilla y sus restos fueron inhumados en la basílica de la Macarena, en la capilla donde entonces se veneraba al Cristo de la Salvación. Además, en reconocimiento a la labor desempeñada para promover la construcción de la basílica durante la posguerra, la hermandad de la Esperanza Macarena le nombró hermano mayor honorario a título póstumo.
En 2008, el Juzgado Central de Instrucción n.º 5 de la Audiencia Nacional, que presidía Baltasar Garzón, le imputó los delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad, declarándose extinta su presunta responsabilidad al constatarse su fallecimiento.
En 2009, a raíz del debate surgido en torno a la permanencia de sus restos mortales en la basílica de la Macarena, esta hermandad decidió eliminar de su lápida las referencias al 18 de julio de 1936 y reemplazó su título de capitán general por el de hermano mayor honorario. Finalmente, el 3 de noviembre de 2022, en aplicación de lo establecido en los artículos 35.5 y 38.3 de la Ley 20/2022 de Memoria Democrática, la hermandad de la Macarena procedió a exhumar sus restos, así como los de su esposa, enterrada en la misma capilla tras su fallecimiento en 1967, disponiendo sus descendientes que fueran incinerados en el tanatorio de Alcalá de Guadaira.
Obras de ~: "Recompensas en campaña: al señor don Joaquín Llorens", en La Correspondencia Militar, 31 de diciembre de 1909, pág. 1; "Recompensas en campaña: al señor don Joaquín Llorens", en La Correspondencia Militar, 1 de enero de 1910, pág. 1; "Recompensas en campaña: para El Ejército Español", en La Correspondencia Militar, 5 de enero de 1910, pág. 1; "Recompensas en campaña: al señor don Joaquín Llorens", en La Correspondencia Militar, 11 de enero de 1910, pág. 1; "Nuestro propósito", en Revista de Tropas Coloniales, 1 (1924), págs.1-2; "El problema de Marruecos", en Revista de Tropas Coloniales, 2 (1924), págs. 1-2; "Hablemos de recompensas", en Revista de Tropas Coloniales, 3 (1924), págs. 1-3; "Hablemos de recompensas: insistiendo", en Revista de Tropas Coloniales, 4 (1924), págs. 1-3; "Apuntes para la historia de nuestra acción protectora en Marruecos: el puerto de Larache", en Revista de Tropas Coloniales, 8 (1924), págs. 1-2; El general Queipo de Llano: perseguido por la Dictadura, Madrid, Javier Morata, 1930; El movimiento reivindicativo de Cuatro Vientos, Madrid, s. n., 1933; Bandos y órdenes dictados por D Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, general jefe de la Segunda División Orgánica y del Ejército del Sur, desde la declaración del estado de guerra, 18 de julio de 1936, hasta fin de febrero de 1937, Sevilla, s. n., 1937 "Prólogo", en G. de Alfarache [seudónimo de E. Vila Muñoz], ¡18 de Julio!: historia del alzamiento glorioso de Sevilla, Sevilla, Falange Española, 1937; Perseguido pela Ditadura, Río de Janeiro, Cultura Brasileira, 1942.
Bibl.: J. Ramos Winthuyssen, Tropas indígenas y ejército colonial, Sevilla, Imp. de Gómez Hnos., 1921; E. López de Ochoa, De la Dictadura a la República, Madrid, Zeus, 1930; L. de Armiñán, Excmo. Sr. Teniente General D. Gonzalo Queipo de Llano: jefe del Ejército del Sur, Ávila, Imp. Católica de Sigirano Díaz, 1937; J. Alloucherie, Noches de Sevilla: un mes entre los rebeldes, Barcelona, Europa-América, 1938; A. Bahamonde y Sánchez de Castro, Un año con Queipo (Memorias de un nacionalista), Barcelona, Ediciones Españolas, 1938; J. de Ramón Laca, Bajo la férula de Queipo: cómo fue gobernada Andalucía, Sevilla, Por una España Mejor, 1939; Historia de las Campañas de Marruecos, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1951; A. Olmedo Delgado, General Queipo de Llano: aventura y audacia, Barcelona, AHR, 1957; J. Cuesta Monereo, Una figura para la historia: el general Queipo de Llano, primer locutor de radio en la Guerra de Liberación, Sevilla, Jefatura Provincial del Movimiento, 1969; J. M. Martínez Bande, Monografías de la Guerra de España, Madrid, San Martín, 1972-1986; M. Barrios, El último virrey (Queipo de Llano), Barcelona, Argos Vergara, 1978; J. M. Varela Rendueles, Rebelión en Sevilla: memorias de un gobernador rebelde, Sevilla, Ayuntamiento de Sevilla, 1982; I. Gibson, Queipo de Llano: Sevilla, verano de 1936 (con las charlas radiofónicas completas), Barcelona, Grijalbo, 1986; S. G. Payne, El régimen de Franco, 1936-1975, Madrid, Alianza, 1987; R. Casas de la Vega, Seis generales de la Guerra Civil: vidas paralelas y desconocidas, Madridejos, Fénix, 1998; J. Ortiz Villalba, Sevilla 1936: del golpe militar a la guerra civil, Sevilla, Diputación Provincial, 1998; F. Espinosa Maestre, La justicia de Queipo, Sevilla, El autor, 2000; G. Cardona, Franco y sus generales: la manicura del tigre, Madrid, Temas de Hoy, 2001; A. Quevedo y Queipo de Llano, Queipo de Llano: gloria e infortunio de un general, Barcelona, Planeta, 2001; VV. AA., Las Campañas de Marruecos (1909-1927), Madrid, Almena, 2001; G. Cardona, El gigante descalzo: el ejército de Franco, Madrid, Aguilar, 2003; J. Fernández López, Militares contra el Estado: España, siglos XIX y XX, Madrid, Taurus, 2003; J. Alonso Baquer, Franco y sus generales, Madrid, Taurus, 2005; F. Franco Salgado-Araújo, Mis conversaciones privadas con Franco, Barcelona, Planeta, 2005; F. Puell de la Villa, Historia del Ejército en España, 2.ª ed., Madrid, Alianza, 2005; F. Espinosa Maestre, La justicia de Queipo: violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, Barcelona, Crítica, 2006; R. Salas Larrazábal, Historia del Ejército Popular de la República, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006; J. Gil Honduvilla, Justicia en guerra: bando de guerra y jurisdicción militar en el bajo Guadalquivir, Sevilla, Taller de Editores Andaluces, 2007; F. Puell de la Villa y J. A. Huerta Barajas, Atlas de la Guerra Civil española: antecedentes, operaciones y secuelas militares (1931-1945), Madrid, Síntesis, 2007; J. Fernández-Coppel, Queipo de Llano: memorias de la Guerra Civil, Madrid, La Esfera de los Libros, 2008; F. Alía Miranda, Julio de 1936: conspiración y alzamiento contra la Segunda República, Barcelona, Crítica, 2011; P. Preston, El holocausto español: odio y exterminio en la Guerra Civil y después, Barcelona, Debate, 2011; N. Salas, Quién fue Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (1875-1951), Sevilla, Abec, 2012; A. Bru Sánchez-Fortún, "Los ascensos de guerra (1909-1922): su repercusión en el nacimiento de las Juntas de Defensa", en Revista de Historia Militar, 119 (2016), págs. 13-65.
Fernando Puell de la Villa
13. ROGÍ DINARÉS, JOSÉ
Vitoria (Álava), 11.V.1836 – Estella (Navarra), 27.VI.1874. Comandante de Estado Mayor. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 3 de mayo de 1879 (AGMS, Sc. 1ª, legajo R-2650; Gaceta de Madrid, núm. 156/1879). Tercera Guerra Carlista. Batalla de Abárzuza o Monte Muru (Navarra), el 27 de junio de 1874.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Concurrió con fuerzas de la 3ª División del 3er Cuerpo del Ejército del Norte al ataque de las posiciones atrincheradas que el enemigo ocupaba en el pueblo de Murugarren, y puesto al frente de las tropas que marchaban en las líneas más avanzadas, cargó de los primeros, espada en mano, con la mayor bizarría en momentos tan críticos, dando noble ejemplo de valor y serenidad. Desordenadas algo dichas fuerzas a consecuencia de las sensibles pérdidas sufridas, el comandante Rogí, merced a desesperados esfuerzos, logró rehacer parte de aquellas tropas y a su cabeza cargó nuevamente con el mayor denuedo, arrollando al enemigo, muy superior en número, y contribuyendo poderosamente al resultado favorable de aquella operación. Pero cuando más tarde llevaba un parte, bajo el fuego nutrido del enemigo, tuvo la desgracia de recibir tres heridas, una de ellas de tal gravedad que le ocasionó la muerte sobre el mismo campo de batalla.
Nació en Vitoria (Álava) el 11 de mayo de 1836 e ingresó en el Ejército en agosto de 1852 como cadete del Colegio de Caballería. Fueron sus padres don Francisco Rogí Cubría y doña Antonia Dinarés Suaque.
En junio de 1855 pasó a hacer las prácticas reglamentarias a los Regimientos de Borbón y Talavera, siendo en este último Cuerpo promovido a alférez en abril del año siguiente como número 1 de promoción y confirmado en él. En agosto siguiente fue nombrado alumno de la Escuela Especial del Cuerpo de Estado Mayor, en la que siguió sus estudios hasta ser ascendido a teniente en diciembre de 1859.
En diciembre de 1861 alcanzaría el empleo de capitán. Hasta marzo de 1863 prestó sus servicios en la Capitanía General de Aragón y en dicha fecha le tocó por sorteo pasar destinado al Ejército de la Isla de Santo Domingo con el empleo de comandante, destino y ascenso que quedaría sin efecto al haberlo permutado con otro oficial, por lo que continuó en Aragón.
En 1864 fue trasladado a la Sección de Estado Mayor del Distrito de Burgos y en 1867 nombrado profesor de la Academia del Cuerpo, en la que permaneció agregado tras su ascenso a comandante, en abril de 1871, siendo en julio trasladado al Depósito de la Guerra y al año siguiente a la Dirección General del Cuerpo. Fue agregado en octubre de 1873 al Ejército del Norte, al que se incorporó en Laredo. En los meses de enero y febrero del año siguiente se encontró en el ataque y toma de La Guardia, y en la batalla de Monte Montaño, y en marzo en la de San Pedro Abanto, en la que ganó el empleo de teniente coronel de Ejército. Seguidamente asistió a los movimientos del Ejército que dieron por resultado la entrada en Bilbao y en junio se halló en las operaciones sobre Estella, durante las cuales perdió la vida el 27 de junio de 1874. Estuvo casado con doña Irene Echenique. En 1929 la pensión de la Cruz la percibía su hija doña Manuela Rogí Echenique.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Gaceta de Madrid.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Era hijo de Juan Rogí Cubría y de Antonia Dinarés Suaque. Sus antepasados eran de origen valón, llegados a España hacia 1635 para trabajar en la producción de cañones de hierro fundidos en las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada.
Ingresó como cadete en el Colegio Militar de Caballería en el mes de agosto de 1852, continuando sus estudios hasta que en junio de 1855 pasó a realizar sus prácticas en Regimiento de Carabineros de Borbón y en febrero del año siguiente al Regimiento de Cazadores de Talavera, siendo en el mes de mayo siguiente promovido al empleo de alférez de Caballería y concediéndosele en agosto el ingreso en la Escuela Especial de Estado Mayor.
En diciembre de 1859 fue promovido al empleo de teniente de Estado Mayor una vez terminados con aprovechamiento sus estudios y aprobado el examen general, pasando a servir en el Estado Mayor de Aragón.
En 1861 obtuvo el empleo de capitán y dos años después le correspondió por sorteo pasar al Ejército de la isla de Santo Domingo con el empleo de comandante, destino al que no llegó a incorporarse por haberlo permutado con otro compañero, regresando al Estado Mayor de Aragón con el empleo anterior.
En mayo fue trasladado a la Sección de Estado Mayor de Burgos y en junio de 1867 fue nombrado profesor de la Academia de Estado Mayor, desempeñando este cometido hasta que, por haber obtenido en abril de 1871 el empleo de comandante, pasó dos meses después a prestar sus servicios en el Depósito de la Guerra.
En diciembre del año siguiente fue trasladado a la dirección general de Estado Mayor y en julio de 1873 al Ministerio de la Guerra, volviendo a la Dirección General en septiembre. Incorporado al Ejército del Norte en el mes de octubre siguiente, se unió a su Cuartel General en Laredo, encontrándose desde el 29 de enero hasta el 1 de febrero en el ataque y toma de Laguardia (Logroño), el 24 y 25 de febrero en la acción de Monte Montaño (Vizcaya) y entre los días 25 y 27 de marzo en la sangrienta batalla de San Pedro Abanto (Vizcaya), donde obtuvo el empleo de teniente coronel de Ejército por méritos de guerra.
Intervino a partir del 25 de junio en las operaciones sobre Estella, perdiendo la vida en la batalla de Monte Muru, en la que atacó a la cabeza de las fuerzas asaltantes el pueblo de Murugarren y al haberse desordenado algún tiempo las fuerzas, logró rehacerlas y a su frente cargó con el mayor denuedo, pero más tarde al llevar un parte recibió tres heridas mortales que le ocasionaron la muerte sobre el campo de batalla.
Sometido a juicio contradictorio su intervención en este hecho, se consideró como heroica, por lo que obtuvo la Cruz de 2.ª Clase, Laureada, de San Fernando por Real Orden de 3 de junio de 1879.
Estuvo casado con doña Irene de Echenique y Casanova, hija del intendente general del Ejército Julián de Echenique y Fernández de Treviño y dama de compañía de S.M. la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo. Tres de sus hijos fueron militares, Julián, coronel de Infantería, Antonio, almirante jefe de la Armada, y Arsenio, capitán de navío. Tres de sus hermanos, Antonio, Hipólito y Alejandro pertenecieron al Cuerpo de Ingenieros, y el primero de ellos llegó al empleo de general y fue Caballero de la Orden de San Fernando.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia). 1.ª, leg. R-2650. A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
14. SÁENZ DE TEJADA Y OLÓZAGA, SALUSTIANO
Arnedo (La Rioja), 12.VI.1902 – Issen-Lassen (Marruecos), 31.III.1924. Teniente del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas núm. 5. Cruz Laureada. Real orden de 11 de diciembre de 1925 (AGMS, Sc. 1ª, legajo D-160; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 277/1925). Campañas de Marruecos. Convoy a Issen Lassen, el 31 de marzo de 1924.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Resultando que el mencionado día, formando parte de los dos escuadrones de Grupo, que por orden de su jefe cargaron por el flanco izquierdo del enemigo, muy superior en número, fue constante y heroicamente en primera línea arengando a su sección, y siguiendo el primero cuando después del choque con los núcleos enemigos comenzó su persecución; habiéndole matado un caballo continuó con otro, que también le mataron, combatiendo con tres enemigos a quienes dio muerte, recogiendo sus armamentos, siguiendo en la persecución hasta recibir un disparo que le hirió gravemente en el vientre, falleciendo el mismo día después de decir a sus jefes: "Yo muero muy contento, he dado la vida por la Patria", demostrando un elevadísimo espíritu y una serenidad y grandeza de alma extraordinaria.
Nació en Arnedo (Logroño) el 12 de junio de 1902. Era hijo de don Francisco Sáenz de Tejada y de doña Blanca de Olózaga, barones de Benasque. A los dieciséis años ingresó en la Academia de Caballería, de la que salió promovido a alférez en julio de 1921 y destinado al Regimiento de Húsares de la Princesa, en Melilla. Enseguida tomó parte en las operaciones de reconquista del territorio perdido como consecuencia del desastre de Annual.
En agosto de 1922 regresó a Madrid con su Regimiento y meses después solicitó y obtuvo destino en el Regimiento de Cazadores de Tetuán, al que se incorporó en Reus. Ascendido a teniente en agosto de 1923, pidió ser destinado al Regimiento de Cazadores de Alcántara, al que se incorporó en Dar Drius y del que fue enseguida trasladado a Regulares de Alhucemas, con cuyo 1er Escuadrón tomó parte en varios combates, destacando su actuación el día 2 de marzo de 1924, cuando acudió en ayuda de la guarnición de Azib de Midar.
El 31 de marzo, formando parte de la Vanguardia de la Columna del teniente coronel don Claudio Temprano, entabló un reñido combate en el que encontró la muerte, siendo citado como distinguido y propuesto para la Medalla Militar Individual.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Fueron sus padres Francisco Sáenz de Tejada y Mancebo y Blanca de Olózaga, barones de Benasque.
En 1918 hizo su ingreso en la Academia de Caballería, de la que salió en julio de 1921 promovido al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Húsares de la Princesa, de guarnición en Melilla. Durante ese año y el siguiente participó en multitud de operaciones organizadas para recuperar el territorio perdido como consecuencia del Desastre de Annual. Se halló en la ocupación de Segangan, Monte Gurugú, Zeluán, Monte Arruit, Taurit Narrich, Dar Drius, Dar Quebdani, Kandusi y otras posiciones.
En agosto de 1922 regresó a Madrid con su Regimiento, solicitando pocos meses después destino al Regimiento de Cazadores de Tetuán, de guarnición en Reus.
Tras su ascenso a teniente en agosto de 1923, se incorporó en Dar Drius al Batallón de Cazadores de Alcántara, su nuevo destino, del que en ese mismo año pasó al Grupo de Regulares de Alhucemas, con el que entró en operaciones de campaña. Formando parte del 1.er Escuadrón del Grupo, el 2 de marzo de 1924 destacó al acudir en socorro de la guarnición de Azib de Midar. Días después, el 31 de marzo, salió de Midar a las órdenes del teniente coronel Temprano con el fin de escoltar un convoy destinado a la posición de Issen-Lahssen. Marchaban en vanguardia los Escuadrones 1.º y 2.º de Regulares de Alhucemas cuando recibieron fuego de un enemigo muy superior, sobre el que se lanzó el teniente Sáenz de Olózoga al frente de su Sección. Tras conseguir romper sus líneas, continuó en su persecución, siéndole matados dos caballos durante la misma y enfrentándose a tres enemigos, a los que arrebató su armamento, pero un disparo que recibió en el vientre le hirió de gravedad y causó la muerte en ese mismo día al poco de llegar a Dar Drius en ambulancia. Sus restos serían trasladados a Logroño para recibir sepultura.
Por Real Orden de 11 de diciembre de 1925 le fue concedida la máxima condecoración destinada a recompensar a los héroes: la Cruz Laureada de San Fernando.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. S-160. J. M. Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo XX, Madrid, Ornigraf, 1969; A. de Ceballos- Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
15. SAMANIEGO Y MARTÍNEZ FORTÚN, JAIME
Valladolid, 29.VIII.1883 – Marruecos, 15.V.1912. Teniente de las Fuerzas Regulares Indígenas de Caballería. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 6 de abril de 1916 (AGMS, Sc. 1ª, legajo S-563; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 81/1916). Campañas de Marruecos. Acción de Haddú Al-lal u Kaddur, el 15 de mayo de 1912.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
El expresado día, al frente de la sección de extrema vanguardia, llegó a las alturas de Taurit Xamel, donde el enemigo comenzó a hostilizarla, iniciándose el combate, en el que desde el primer momento se condujo el teniente Samaniego con gran energía y decisión, y después de herido gravemente continuó dando pruebas de sereno valor al cargar, al frente de su sección, contra la caballería enemiga, hasta que perdió la vida a consecuencia de otra nueva herida.
Nacido en Valladolid el 29 de agosto de 1883, fueron sus padres don Antonio Samaniego y Frías y doña María Martínez-Fortún y Martínez-Talavera. Tras cursar el bachillerato en el Colegio jesuita de San José, en septiembre de 1903 ingresó en la Academia de Caballería, donde siguió sus estudios hasta que en julio de 1906 fue promovido a segundo teniente y destinado al Regimiento de Cazadores de Villarrobledo, de guarnición en Badajoz, del que seis meses más tarde fue trasladado al del Príncipe, en Alcalá de Henares. Entre los meses de agosto de 1907 y agosto de 1908 realizó prácticas de ganado y agricultura en los Depósitos de Cría y Doma del Ejército, en Córdoba, tras lo cual se reincorporó en Madrid a su Regimiento. Con el empleo de primer teniente, alcanzado en julio de 1909, se incorporó en septiembre del año siguiente al Regimiento de Húsares de Pavía, que guarnecía Madrid.
En febrero de 1912 se ocupó un nuevo destino, el Regimiento de Alcántara, en Melilla, de donde partió enseguida hacia Zeluán. No permaneció mucho tiempo en el destino anterior, ya que un mes después fue seleccionado por el teniente coronel Berenguer para encuadrarse en las Fuerzas Regulares Indígenas de Caballería, entonces en formación. Una vez instruidas y organizadas estas fuerzas, en mayo partió con el 3er Escuadrón hacia la posición de Ihadumen y el día 15 salió cubriendo la extrema vanguardia de la columna que al mando del general Navarro tenía que ocupar Haddú Allal u Kaddur, encontrando gloriosa muerte durante la acción. Fue ascendido a capitán por méritos de guerra. Su Cruz laureada de San Fernando sería la primera concedida a las Fuerzas Regulares Indígenas.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Diario Oficial del Ministerio de la Guerra
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Fueron sus padres Antero Samaniego Frías, barón de Camporredondo, Alba de los Cardaños y Valsurbio, y María de los Ángeles Martínez Fortún y Martínez Talavera; había sido su abuelo materno el mariscal de campo carlista León Martínez Fortún y Erlés. Cursó estudios de bachillerato en el Colegio de San José de los Padres Jesuitas de su ciudad natal, ingresando en septiembre de 1903 en la Academia de Caballería, en la que, al término de sus estudios en julio de 1906, fue promovido al empleo de segundo teniente y destinado al Regimiento de Cazadores de Villarrobledo, de guarnición en Badajoz.
A principios del año siguiente fue trasladado al Regimiento de Lanceros del Príncipe, en Alcalá de Henares, pasando en agosto en comisión de servicio al Depósito de Cría y Doma del Ejército de Córdoba, para realizar prácticas de ganado y agricultura, a cuya terminación se reincorporó a su Regimiento, en Madrid. Ascendido a primer teniente en julio de 1909, en septiembre del año siguiente pasó al Regimiento de Húsares de Pavía, también en Madrid, en el que permanecería los siguientes años hasta que en febrero de 1912 se incorporó en Melilla al Regimiento de Cazadores de Alcántara, destino que había solicitado voluntariamente y con el que enseguida entró en operaciones de campaña en Zeluán.
Al mes siguiente fue seleccionado por el teniente coronel Dámaso Berenguer Fusté para entrar a formar parte de las Fuerzas Regulares Indígenas, incorporándose al tercer Escuadrón de Caballería para dedicarse a la instrucción de la unidad recién creada.
El 15 de mayo participó en la primera operación de combate, formando parte de la extrema vanguardia de la columna que, mandada por el general Navarro, tenía la misión de tomar Haddú Al-lal-u-Kaddur. Al llegar con su Sección a las inmediaciones de Tauriat Hamed comenzó a recibir fuego del enemigo, contra el que cargó con gran valor, recibiendo una herida de bala en el pecho, que no le impidió continuar el avance, hasta que otra bala le arrojó del caballo, cayendo muerto a tierra. Entre las bajas enemigas se encontró el cuerpo del jefe del harca, El Mizzian.
Propuesto el teniente Samaniego para la Cruz Laureada de San Fernando, le sería concedida por Real Orden de 6 de abril de 1914, convirtiéndose así en el primer caballero Laureado de Regulares. Los restos del héroe se encuentran enterrados en el Cementerio de Melilla.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. S-563.J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo xx, Madrid, Ornigraf, 1969; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez
16. URBINA Y CEBALLOS-ESCALERA, CAYETANO DE
Madrid, 18.X.1851 – Oteiza (Navarra), 30.I.1876. Capitán ayudante de campo. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 26 de octubre de 1877 (AGMS, Sc. 1ª, legajo U-225; Gaceta de Madrid, núm. 296/1877). Tercera Guerra Carlista. Toma de Santa Bárbara de Oteiza (Navarra) y de sus fuertes, el 30 de enero de 1876.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Al comunicar a las fuerzas situadas a vanguardia una orden del general Primo de Rivera, como advirtiese en un grupo de soldados indudables muestras de vacilación, les dirigió algunas palabras oportunas y colocándose voluntariamente a su cabeza para darles el debido ejemplo, cargó sobre el enemigo con un valor heroico, llegando hasta a sostener un desigual combate cuerpo a cuerpo, en el que perdió la vida de la manera más gloriosa
Nació en Madrid el 18 de octubre de 1851, siendo sus padres el general don José Urbina Daoíz y doña Julia Ceballos Escalera y Pezuela. En septiembre de 1868 ingresó en la Academia de Caballería, en la que causó baja en junio de 1870 por haber sido destinado al Regimiento de Húsares de Pavía para realizar las prácticas reglamentarias, a cuyo término fue promovido a alférez en enero de 1871 y destinado al Regimiento de Santiago, del que en el mes de junio fue trasladado al del Rey y en abril del año siguiente al de Calatrava; regresó seis meses después al de Pavía, de guarnición en Pamplona y destacado en Tudela.
En 1873 operó en la provincia de Navarra contra los carlistas, siendo atacado su Escuadrón en el mes de febrero en Valtierra por las partidas de Radica y Pérula, a los que se consiguió rechazar, por lo que fue premiado su distinguido comportamiento con el empleo de teniente por méritos de guerra. En marzo se halló en la acción de Monreal, en la que ganó el grado de capitán. En octubre fue destinado a las inmediatas órdenes del general don Fernando Primo de Rivera, comandante general de la División de la Ribera, en cuyas filas se batió al mes siguiente en la acción de Montejurra y en la subsiguiente retirada a Los Arcos, por lo que mereció el grado de capitán, que más tarde permutaría por una Cruz roja al Mérito Militar. Se halló en diciembre en las acciones de Larraga y Oteiza, para proteger la marcha a Tolosa del general en jefe.
Tras participar en enero de 1874 en la toma de Laguardia, al mes siguiente fue confirmado en su destino a las inmediatas órdenes del general Primo de Rivera, capitán general de Burgos y comandante general de la 1ª División del Ejército del Norte. Asistió en febrero a la acción de Somorrostro y un mes después a la batalla de San Pedro Abanto, en la que ganó por su valor el empleo de capitán. Siguió al general Primo de Rivera en su destino como capitán general de Castilla la Nueva, hasta que a principios de 1875 recibió el nombramiento de ayudante de campo de S.M. el Rey, al que acompañó en su incorporación al Ejército del Norte como ayudante de campo del general Primo de Rivera, a cuyas órdenes participó en el levantamiento del bloqueo de Pamplona, por lo que fue recompensado con el grado de comandante. Nombrado Primo de Rivera en el mes de diciembre jefe del 2º Cuerpo del Ejército de Operaciones del Norte, se incorporó al mismo, asistiendo en enero de 1876 a la toma de Santa Bárbara de Oteiza y perdiendo la vida durante la acción.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; Gaceta
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Era hijo del general José Salvador de Urbina y Daoíz y de Julia Ceballos-Escalera y Pezuela. El 1 de septiembre de 1868 ingresó como soldado alumno en la Academia de Caballería de Valladolid, de la que al término de sus estudios pasó a los Regimientos de Húsares de Pavía y Lanceros de Santiago para realizar las prácticas reglamentarias, a cuyo fin fue promovido en enero de 1871 al empleo de alférez de Caballería.
En los años siguientes, sirvió en los Regimientos de Lanceros de Santiago, Coraceros del Rey, Carabineros de Calatrava y Húsares de Pavía, permaneciendo con este último desde octubre de 1872 de guarnición en Pamplona y destacado en Tudela, desde donde salió de operaciones contra los carlistas, hallándose el 3 de febrero de 1873 en la acción de Valtierra (Navarra), en la que, formando parte de una columna de cuarenta caballos y treinta y cinco infantes del Regimiento de Sevilla, fueron atacados por cerca de cuatrocientos infantes y setenta caballos al mando de Radica y Pérula, consiguiendo rechazarlos y posteriormente dispersarlos mediante una carga, haciéndoles numerosas bajas, por lo que recibió el empleo de teniente por méritos de guerra. En marzo, intervino en la acción de Monreal y en octubre pasó a las inmediatas órdenes del general Primo de Rivera, comandante general de la División de la Ribera, con el que asistió al mes siguiente a la batalla de Montejurra, a la toma Urbiola, Luquín y Barbarín, y a la retirada a Los Arcos, recibiendo como premio a estas intervenciones una Cruz roja al Mérito Militar.
Los últimos días de enero y primeros de febrero de 1874 se halló en el sitio y toma de Laguardia, siendo confirmado a continuación en su puesto al lado del general Primo de Rivera cuando éste fue nombrado capitán general de Burgos y comandante general de la 1.ª División del Ejército del Norte. Durante el mes de febrero, intervino en la batalla de Somorrostro y en marzo en la de San Pedro Abanto, en la que resultó herido Primo de Rivera durante la toma del Caserío de Murrieta, acompañándole a Madrid hasta su restablecimiento y partiendo con él en agosto hacia Burgos; por las acciones anteriores recibió como premio el ascenso a capitán. Cuando en septiembre Primo de Rivera se hizo cargo del distrito de Castilla la Nueva marchó con él a Madrid, con el cargo de ayudante de campo.
En enero de 1875, siguió a su general a las provincias del norte, al haber sido nombrado primer ayudante de campo y jefe del Cuarto Militar de Su Majestad el Rey y tener que acompañar a ésta para que se hiciese cargo del Ejército del Norte. Al mes siguientes tomó parte en los combates para el levantamiento del bloqueo de Pamplona y en la batalla de Lácar y Lorca, en la que destacó al contener a las fuerzas que se habían dispersado en esta acción y cubriendo la retirada de las tropas alfonsinas, obteniendo en premio el grado de comandante. En marzo regresó a Madrid, siguiendo de ayudante de campo de Primo de Rivera al ser nombrado en junio ministro de la Guerra.
En diciembre acompañó a Primo de Rivera al serle encargado del mando del 2.º Cuerpo del Ejército del Norte, combatiendo en enero de 1876 en Larraga y hallándose el 30 de dicho mes en el ataque a Santa Bárbara de Oteiza (Navarra). Durante la acción le encomendó su jefe que comunicase una orden a las unidades de vanguardia, y cuando la estaba cumpliendo advirtió que uno de los batallones daba muestras de vacilación, por lo que se dirigió a sus soldados dirigiéndoles palabras de aliento y colocándose a su frente para lanzarse al asalto de las trincheras enemigas, llegando al combate cuerpo a cuerpo, en el que perdió la vida. Tan heroica actuación fue recompensada por Real Orden de 20 de octubre de 1877 con la Cruz de 2.ª Clase, laureada, de San Fernando concedida por juicio contradictorio.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. U-225.A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
17. WHITE GÓMEZ, ROBERTO
Cádiz, 18.IV.1853 – Madrid, 21.I.1927. General de división y caballero Laureado de San Fernando. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 22 de abril de 1903 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 87/1903; AGMS, Sc. 1ª, legajo U-43). Guerra de Filipinas. Comandante del 21º Tercio de la Guardia Civil. Retirada de San Fernando de la Pampanga a Macabebe, el 14 de junio de 1898.
Libro dedicado a los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Caballería)
Según la orden de concesión:
Durante la retirada de nuestras tropas desde San Fernando a Macabebe, al ser desorganizada por el enemigo la retaguardia, acudió por su propia iniciativa y, rehaciéndola, rechazó varios ataques de los insurrectos, muy superiores en número, sufriendo la pérdida de más de la mitad de su fuerza, sin abandonar a los heridos; rehizo igualmente la tropa que custodiaba el convoy, increpando e infundiendo ánimo a los que se habían arrojado al suelo y poniéndolos en disposición de combatir, demostrando en toda la jornada gran pericia, actividad, disposiciones para el mando, serenidad y valor.
Nacido en Cádiz el 18 de abril de 1853, fueron sus padres don Ramón White Ruisseu y doña Cecilia Gómez Hernal. En agosto de 1871 se le concedió la gracia de cadete en el Colegio de Caballería de Valladolid y destino en el Regimiento de Coraceros de la Reina.
Estando en 1873 de vacaciones en Cádiz contribuyó a sofocar la insurrección republicana de Andalucía agregado al Estado Mayor del general en jefe del Ejército de dicho Distrito, por lo que se le concedió el grado de alférez. En marzo del año siguiente fue promovido a subteniente y destinado al Regimiento de Húsares de Pavía, al que se incorporó en Tafalla, saliendo muy pronto de operaciones contra los carlistas, destacando en la acción de La Guardia, por lo que recibió el grado de teniente.
Fue trasladado en abril de 1875 al Escuadrón de Cazadores de Burgos, al que se incorporó en el Ejército del Norte, siendo en octubre ascendido a teniente. Disuelto su Regimiento al año siguiente, fue colocado en el de Montesa, recibiendo a continuación el grado de capitán por méritos de guerra. En 1877 fue nombrado ayudante de campo del gobernador militar de Salamanca y un año después fue destinado de nuevo al Regimiento de Pavía. Destinado en agosto de 1879 al Ejército de Filipinas, a su llegada fue encuadrado en el Escuadrón de Lanceros de Filipinas, de guarnición en Manila, pasando al año siguiente a servir en el Regimiento Peninsular de Artillería, del que fue trasladado un mes después a la Comandancia de Carabineros de la Pampanga y a continuación al 2º Tercio de la Guardia Civil, volviendo en 1882 al Regimiento Peninsular de Artillería.
Habiendo padecido frecuentes enfermedades, en 1884 se le concedió el pase a la situación de supernumerario sin sueldo en Manila por un tiempo de año y medio, que le sería ampliado posteriormente hasta un total de más de cinco años.
En mayo de 1889 volvió al servicio activo, en julio pasó a servir al Escuadrón de Filipinas y en octubre recibió el empleo de capitán. Volvió a enfermar en 1891, por lo que se le concedieron varios meses de licencia hasta que en abril de 1892 se le permitió regresar a la Península, donde fue destinado al Regimiento de Pavía, ocupando destino en él hasta que en mayo del año siguiente se le destinó nuevamente a Filipinas, donde volvió al destino que había tenido cinco años antes, al que se incorporó en la Isla de Mindanao, donde se encontraba de operaciones, participando en el mes de junio en la toma y destrucción del reducto de Monapán; en mayo había alcanzado el empleo de comandante por antigüedad.
Continuó durante 1895 luchando en Mindanao, hallándose en marzo en la toma de la cota fortificada de Marahuit, siendo premiado su comportamiento en este hecho con la Cruz de María Cristina; en septiembre fue destinado al 2º Tercio de la Guardia Civil, en Ilocos Sur, concediéndosele una Cruz blanca al Mérito Militar por los especiales servicios prestados durante 1896 en esta provincia. Nombrado en enero de 1897 jefe en comisión del Batallón de Voluntarios de Ilocos Sur, se trasladó con él a Manila para incorporarse a la División del general don José Lachambre, al tiempo que desempeñó el cargo de comandante militar de Santo Domingo y Monting Ilog, peleando sin cesar contra los insurrectos y siendo reconocido su gran valor con la concesión de tres Cruces rojas al Mérito Militar y una de María Cristina. En diciembre pasó a mandar el 1er Distrito del 21º Tercio de la Guardia Civil, con residencia en Bacolor (Pampanga), al tiempo que desempeñaba el cargo de comandante militar de dicho punto.
En abril de 1898 cesó en el cargo anterior y se trasladó a San Fernando (Pampanga), asistiendo en los meses siguientes al combate y toma de Barasoain-Bulacán y a la toma de Bacolor, ganando en estas acciones otra Cruz roja al Mérito Militar. El 14 de junio se le confió el mando de la vanguardia de las tropas durante la evacuación de San Fernando, tomando parte en el ataque y toma de las trincheras que el enemigo había construido en el barrio de San Matías y en la estación del ferrocarril de Santo Tomás, siendo atacada su retaguardia por el enemigo y rechazando dos cargas al arma blanca que se le hicieron y que le causaron numerosas bajas, resistiendo durante toda la tarde. Seguidamente se retiró a Macabebe, donde el 26 embarcó en barcas y se dirigió a Manila, para desde allí zarpar a bordo del cañonero "Leyte", pero rodeado por la flota americana fue hecho prisionero. Por las acciones libradas en San Fernando se le concedió el empleo de teniente coronel y por la retirada a Macabebe una nueva Cruz roja al Mérito Militar. Los meses siguientes los pasó privado de libertad en Cavite, siendo liberado el 5 de noviembre y trasladado a Manila, quedando en la misma situación que los jefes y oficiales que habían capitulado en esta plaza.
En enero de 1899 se le concedieron seis meses de licencia por enfermo en la Península, llegando a Barcelona el 13 de febrero y fijando su residencia en Madrid en situación de reemplazo, en la que continuó hasta que en marzo del año siguiente fue destinado al Regimiento de Reserva de Badajoz, del que en agosto pasó al de Cazadores de María Cristina, de guarnición en Madrid y Alcalá de Henares. Fue destinado al Ministerio de la Guerra en noviembre de 1905 y se mantuvo en este organismo hasta que en marzo del año siguiente fue trasladado al Regimiento de Lanceros de la Reina, en el que fue ascendido a coronel en enero de 1907, confiándosele a continuación el mando del Regimiento de Dragones de Santiago, al que se incorporó en Barcelona, y en abril del año siguiente el de Lanceros de la Reina, en Alcalá de Henares. Iniciadas las campañas de Marruecos embarcó con su Regimiento y desembarcó en Melilla el 6 de octubre, trasladándose a Nador, donde los días 18 y 19 asistió a su defensa, recibiendo por ello una Cruz roja al Mérito Militar. Tras participar en el mes de noviembre en la ocupación del Monte Hidum y de las posiciones de Sebt Tauriat y Atlaten regresó a Madrid. En enero fue destinado al 6º Depósito de Caballos Sementales y en diciembre de 1911 a mandar el Regimiento de Cazadores de Galicia, al que se incorporó en La Coruña, marchando en septiembre del año siguiente a Cádiz al mando de fuerza de su Regimiento para participar en los actos del Centenario de las Cortes de Cádiz y de la creación de la Orden de San Fernando.
Al ascender a general de brigada, en marzo de 1914 pasó a Valladolid en situación de cuartel, haciéndose cargo en septiembre del año siguiente de la Subdirección del Servicio de Remonta y en abril de 1917 de la Secretaría de la Dirección General de Cría Caballar y Remonta, continuando en la misma al pasar en julio de 1918 a la situación de primera reserva por edad. Al ser suprimida esta Dirección General, en el mes de julio siguiente fue nombrado interinamente jefe de Sección del Ministerio de la Guerra, para en agosto quedar en situación de disponible con residencia en Madrid. En febrero de 1919 pasó a la segunda reserva con el empleo de general de división, residiendo en Madrid hasta la fecha de su muerte, el 21 de enero de 1927. Poseía la Gran Cruz de San Hermenegildo (1916).
Durante sus cuarenta y ocho años de servicio fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando, dos Cruces de María Cristina, ocho Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo y dos con distintivo blanco. Uno de sus hijos, don Roberto White Santiago, llegaría a ser general del Ejército del Aire. Estuvo casado con doña Concepción Santiago Krame.
FUENTES Y BIBL.: ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Índice de expedientes personales, Instituto Luis de Salazar y Castro, Madrid, 1959; ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA (AGMS). Expedientes personales; BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. Hemeroteca Digital; Gaceta de Madrid (www.boe.es). de Madrid.
Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia
Fueron sus padres Ramón White Ruisseu y Cecilia Gómez Hemal. En agosto de 1871 ingresó en clase de cadete en el Colegio de Caballería, con destino en el Regimiento de Coraceros de la Reina. Encontrándose en el verano de 1873 de vacaciones en Sevilla fue agregado al Estado Mayor del general en jefe del Ejército en el Distrito de Andalucía e intervino en la sofocación del movimiento republicano que se produjo en la mencionada ciudad, siendo agraciado por ello con el empleo de alférez.
En marzo de 1874 fue promovido al empleo de subteniente de Caballería y destinado al Regimiento de Húsares de Pavía, al que se incorporó en Tafalla, pasando a formar parte del Ejército del Norte y saliendo enseguida de operaciones contra los carlistas, a los que se enfrentó en octubre durante la toma de Laguardia (Álava), mereciendo por su actuación el grado de teniente. Destinado al año siguiente al Escuadrón de Cazadores de Burgos, volvió a operar con el Ejército del Norte. En octubre fue ascendido a teniente de Caballería por antigüedad y seguidamente pasó a servir en el Regimiento de Cazadores de Talavera, con el que formó parte de la expedición realizada a la Rioja Alavesa, interviniendo en los combates que entre los días 3 y 13 de noviembre se dieron en Peñacerrada, Payueta, Labastida y Bernedo.
Terminada la campaña regresó con su Escuadrón a San Sebastián, de donde pasó a Alcalá de Henares, siendo en abril trasladado al Regimiento de Lanceros de Montesa, causando baja en este Cuerpo en marzo de 1877 por haber sido nombrado ayudante de campo del brigadier comandante militar de Salamanca. En 1878 fue recompensado con una Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco y en ese mismo año pasó al Regimiento de Húsares de Pavía, en el que cesó en agosto del año siguiente por pase al Ejército de Filipinas, llegando a Manila y siendo destinado en los años siguientes, sucesivamente, al Escuadrón de Lanceros de Filipinas, Regimiento Peninsular de Artillería, Comandancia de Carabineros de la Pampanga y 2.º Tercio de la Guardia Civil, regresando al Peninsular de Artillería en junio de 1881, con el que los años siguientes prestó servicio en Manila, pero habiendo enfermado se le concedió una licencia de tres meses en 1883 y en enero del año siguiente el pase durante año y medio a la situación de supernumerario sin sueldo con residencia en Manila, tiempo que le sería ampliado posteriormente en varias ocasiones hasta totalizar cinco años y cuatro meses.
Volvió al servicio activo en mayo de 1889, pasando destinado al Escuadrón de Caballería de Filipinas y alcanzando en octubre el empleo de capitán de Caballería. En 1891 se le concedieron dos meses de licencia por enfermo y otro al año siguiente, regresando a la Península en el mes de abril de 1892, donde a su llegada pasó a Cádiz en situación de reemplazo.
En julio de 1893 se le volvió a conceder destino a Filipinas, haciéndose cargo al año siguiente del mando de un escuadrón en Iligán (Mindanao), con el que salió de operaciones, ganando en junio una Cruz roja al Mérito Militar por el asalto y toma del reducto de Manapán, y siendo en julio ascendido a comandante por antigüedad e interviniendo poco después en los combates de la Laguna de Calaganán, por los que le fue concedida una segunda Cruz al Mérito Militar. Continuó en 1895 luchando en Mindanao, hallándose en marzo en la toma de la cota fortificada de Marahuit, siendo premiado su comportamiento en este hecho con la Cruz de María Cristina; en septiembre fue destinado al 2.º Tercio de la Guardia Civil, en Ilocos Sur, concediéndosele una Cruz blanca al Mérito Militar por los especiales servicios prestados durante 1896 en esta provincia.
Nombrado en enero de 1897 jefe en comisión del Batallón de Voluntarios de Ilocos Sur, se trasladó con él a Manila para incorporarse a la División del general José Lachambre, al tiempo que desempeñó el cargo de comandante militar de Santo Domingo y Monting Ilog, peleando sin cesar contra los insurrectos y siendo reconocido su gran valor con la concesión de tres Cruces rojas al Mérito Militar y una de María Cristina. En diciembre pasó a mandar el 1.er Distrito del 21.º Tercio de la Guardia Civil, con residencia en Bacolor (Pampanga), al tiempo que desempeñaba el cargo de comandante militar de dicho punto.
En abril de 1898 cesó en el cargo anterior y se trasladó a San Fernando (Pampanga), asistiendo en los meses siguientes al combate y toma de Barasoain-Bulacán y a la toma de Bacolor, ganando en estas acciones otra Cruz roja al Mérito Militar. El 14 de junio se le confió el mando de la vanguardia de las tropas durante la evacuación de San Fernando, tomando parte en el ataque y toma de las trincheras que el enemigo había construido en el barrio de San Matías y en la estación del ferrocarril de Santo Tomás, siendo atacada su retaguardia por el enemigo y rechazando dos cargas al arma blanca que se le hicieron y que le causaron numerosas bajas, resistiendo durante toda la tarde. Seguidamente se retiró a Macabebe, donde el 26 embarcó en barcas y se dirigió a Manila, para desde allí zarpar a bordo del cañonero Leyte, pero rodeado por la flota americana fue hecho prisionero. Por las acciones libradas en San Fernando se le concedió el empleo de teniente coronel y por la retirada a Macabebe una nueva Cruz roja al Mérito Militar. Los meses siguientes los pasó privado de libertad a Cavite, siendo liberado el 5 de noviembre y trasladado a Manila, quedando en la misma situación que los jefes y oficiales que habían capitulado en esta plaza.
En enero de 1899 se le concedieron seis meses de licencia por enfermo en la Península, llegando a Barcelona el 13 de febrero y fijando su residencia en Madrid en situación de reemplazo, en la que continuó hasta que en marzo del año siguiente fue destinado al Regimiento de Reserva de Badajoz, del que en agosto pasó al de Cazadores de María Cristina, de guarnición en Madrid y Alcalá de Henares.
Por Real Orden de 22 de abril de 1903 se le concedió la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada por el heroico comportamiento observado durante la retirada de San Fernando a Macabebe.
Destinado al Ministerio de la Guerra en noviembre de 1905, se mantuvo en este organismo hasta que en marzo del año siguiente fue trasladado al Regimiento de Lanceros de la Reina, en el que fue ascendido a coronel en enero de 1907, confiándosele a continuación el mando del Regimiento de Dragones de Santiago, al que se incorporó en Barcelona y en abril del año siguiente el de Lanceros de la Reina, en Alcalá de Henares.
Iniciadas las campañas de Marruecos embarcó con su Regimiento y desembarcó en Melilla el 6 de octubre, trasladándose a Nador, donde los días 18 y 19 asistió a su defensa, recibiendo por ello una Cruz roja al Mérito Militar. Tras participar en el mes de noviembre en la ocupación del Monte Hidum y de las posiciones de Sebt Tauriat y Atlaten regresó a Madrid. En enero fue destinado al 6.º Depósito de Caballos Sementales y en diciembre de 1911 a mandar el Regimiento de Cazadores de Galicia, al que se incorporó en La Coruña, marchando en septiembre del año siguiente a Cádiz al mando de fuerza de su Regimiento para participar en los actos del Centenario de las Cortes de Cádiz y de la creación de la Orden de San Fernando.
Al ascender a general de brigada, en marzo de 1914 pasó a Valladolid en situación de cuartel, haciéndose cargo en septiembre del año siguiente de la Subdirección del Servicio de Remonta y en abril de 1917 de la Secretaría de la Dirección General de Cría Caballar y Remonta, continuando en la misma al pasar en julio de 1918 a la situación de primera reserva por edad. Al ser suprimida esta Dirección General, en el mes de julio siguiente fue nombrado interinamente jefe de Sección del Ministerio de la Guerra, para en agosto quedar en situación de disponible con residencia en Madrid.
En febrero de 1919 pasó a la segunda reserva con el empleo de general de división, residiendo en Madrid hasta la fecha de su muerte. Poseía la Gran Cruz de San Hermenegildo (1916). Durante sus cuarenta y ocho años de servicio fue recompensado con la Cruz laureada de San Fernando, dos Cruces de María Cristina, ocho Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo y dos con distintivo blanco. Uno de sus hijos, Roberto White Santiago, llegaría a ser general del Ejército del Aire.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. W-43.A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez