Cátedra Teniente General Amat. De Pavía a Breda (1525-1625) 100 años de preeminencia de los Tercios Españoles en Europa
El pasado día 15 de noviembre, dentro del programa formativo de la academia "Cátedra Teniente general Amat" y en el marco de los actos de inauguración oficial del de curso 2024-2025, tuvo lugar en el salón de Actos del acuartelamiento "General Shelly", la conferencia sobre el tema De Pavía a Breda (1525-1625) 100 años de preeminencia de los Tercios Españoles en Europa, impartida por el comandante de Artillería Germán Segura García en su calidad de doctor en Historia Moderna.
El acto fue presidido por el coronel director de la Academia, con la presencia de los cuadros de mando de la misma y los alumnos de la EMIEO Y de la EMIES.
Realizó la presentación del ponente el comandante Santiago Lobón del departamento de Ciencia Militar y coordinador de la Cátedra, en la que resaltó que el tema de la conferencia ha sido establecido como efeméride principal para el año 2025 por el Ejército de Tierra. Destacó, entre las capacidades del ponente, su anterior destino en el Patrimonio Histórico Cultural de Ministerio de Defensa, sus títulos universitarios y publicaciones, así como el haber sido acreedor al premio "Roger de Lauria" en 2010.
Seguidamente, tomó la palabra el ponente declarando su intención de insistir, en especial a los alumnos, en la necesidad de rememorar la Historia Militar, así como destacar el reconocimiento a nivel mundial de la actuación de la infantería española en los siglos XVI y XVII.
Tras este preámbulo, estableció cuales fueron las bases de su actuación durante la Guerra de Granada, en la que tanto los condicionamientos del terreno como la práctica de una guerra irregular indujeron a Gonzalo Fernández de Córdoba a introducir modificaciones en las estructuras del Ejército, dando una clara preeminencia a la Infantería sobre la Caballería. De esta forma, los infantes llegaron a constituir el 90% de los efectivos, en una época en la que las mesnadas de los ejércitos europeos aún otorgaban la preeminencia a la caballería pesada, con las excepciones de la Infantería suiza y los arqueros galeses.
Sobre éstos últimos, expuso la dificultad de la instrucción en el empleo del arco largo, lo que impulsó la adopción de las primeras armas de fuego, arcabuces y mosquetes. La combinación del fuego con las picas revolucionó la táctica y dio el predominio a los ejércitos de la corona española en los conflictos y campos de batalla europeos. El motivo de la presencia de las armas españolas en esos ámbitos, fue la política exterior de los Reyes Católicos contra el reino de Francia , para lo que buscaron alianzas con gran parte de las coronas europeas, en especial con la casa de Habsburgo, .
El primer hito de esta situación la estableció el ponente en la batalla de Garellano (1503), donde el Gran Capitán, pese a la inferioridad numérica de su ejército, se impuso a las fuerzas francesas del Duque de Nemours, al establecer la premisa de combatir cuando yo quiero, propio de la actuación de las armas españolas en los siglos venideros.
De la misma forma, resaltó la intervención y el éxito de las armas españolas en la batalla de Pavía (1525), así como de su precedente en la batalla de Bicoca (1522), donde la irregularidad de los procedimientos de combate de los Tercios (actuaciones nocturnas conocidas como encamisadas), proporcionaron la victoria ante fuerzas muy superiores
Prosiguió el comandante Segura con las reseñas escritas, que datan de 1527, de la organización y procedimientos de empleo de los Tercios, destacando las siguientes:
Mando de un Maestre de Campo en cada Tercio; éste se organizaba en capitanías (compañías) de piqueros y arcabuceros, introduciendo el Duque de Alba a los mosqueteros.
Suficiencia de las descargas de arcabuces y mosquetes con el aprovechamiento de la potencia de fuego, en especial de los últimos, para lograr la ventaja sobre las formaciones enemigas.
Aparición y establecimiento de procedimientos en forma de manuales, considerados como reglamentos de empleo.
Resaltó la creación de esta doctrina, debida a la actuación de las armas españolas, siendo su gran seguidor el rey Gustavo Adolfo de Suecia, quien la aplicó con gran eficacia contra los ejércitos imperiales austríacos durante la Guerra de los Treinta Años (S.XVII).
A continuación, hizo un recorrido por los siglos de XVI y XVII subrayando la intervención de los Tercios:
- Campaña de Carlos V contra los príncipes protestantes (batalla de Mühlberg en 1547).
- Guerra contra el Imperio Otomano, socorro de Malta, batalla de Lepanto, defensa de La Goleta, durante el reinado de Felipe II.
Pero donde más cabe resaltar su intervención es, sin duda, en la Guerra de Flandes (1568-1648). En primer lugar, habló de la hazaña logística que supuso el "Camino Español", donde predominaba el planeamiento y organización de traslado de los Tercios desde Génova y el Ducado de Milán hasta Flandes en jornadas perfectamente establecidas y organizadas; recorrieron así Europa Occidental, atravesando los Alpes y en algunas ocasiones el Rhin, para mantener el esfuerzo de guerra que duraría ochenta años.
No dejó de mencionar las referencias a circunstancias desfavorables que no mermaron la eficacia de las fuerzas españolas. En lo que se refiere al terreno, la condición pantanosa que suponía conquistar zonas aisladas por brazos marítimos; esta circunstancia le llevó a ponderar la capacidad de creatividad tecnológica en la aplicación táctica de los Tercios, como es el caso de la acción de Alejandro Farnesio, que estableció un puente sobre el Mosa para facilitar su acción. Otro elemento a considerar es la dureza del clima, aunque en algunas ocasiones la congelación de las aguas, que rodeaban una posición, favoreció los ataques a las embarcaciones holandesas. Aquí resulta obligado señalar del episodio conocido como "el milagro de Empel" que supuso la adopción por la Infantería española del patronato de María Inmaculada.
Otros aspectos, no positivos, pero sí justificables por el cansancio de las tropas, la falta de pago o por el socorro a compañeros de otros Tercios o venganza ante vejaciones salvajes sufridas, también las puso de manifiesto, como, por ejemplo, el "Saco de Amberes".
A continuación, mencionó los grandes hechos de armas con resultado victorioso, acaecidos tras la "Tregua de los doce años". Durante el reinado de Felipe III, se produjo la "Guerra de los treinta años", con participación española en beneficio de la casa de Habsburgo; a partir de la batalla de Montaña Blanca (1620), se llegó al considerado "Annus mirabilis" para la corona española (1625) con episodios como la derrota de la flota inglesa y el rechazo del desembarco inglés en Cádiz, la recuperación de la plaza de Bahía (Brasil) y el Sitio de Breda, inmortalizado por Velázquez y admirado en el Museo de El Prado.
Cerró este apartado con la rendición de Breda, no sin antes hacer referencia a los últimos grandes hechos de los Tercios en el siglo XVII: la gran victoria en la Batalla de Nördlingen (1640) y finalmente la actuación heroica frente a un enemigo francés muy superior en Rocroi (1648), que puso fin a la hegemonía de los Tercios en los campos de batalla de Europa.
Para finalizar, recordó el objeto de su exposición de promocionar la celebración de los centenarios comprendidos en este período (1525-1625) y hacer una reflexión sobre una de las grandes virtudes de aquellos soldados, la camaradería y el vínculo entre veteranos y bisoños, que debe mantenerse siempre entre las filas de los componentes de nuestro Ejército.
Se permitió, al finalizar, formular preguntas a los asistentes. Fue clausurada la conferencia por el coronel director, quien, aparte de agradecer al ponente su trabajo, hizo mención a que el pasado 27 de octubre, en representación del Arma de Caballería, se ofreció un homenaje en El Ferrol a Alonso Pita da Veiga, quién en Pavía capturó, junto a Diego Dávila y Juan de Urbieta, al rey de Francia, Francisco I.