Cátedra Teniente General Amat: "La batalla de la Ardenas"

Ponente: Guillermo Alcántara
Rodríguez

Guillermo Alcántara Rodríguez, fue presentado por el teniente coronel Francisco Javier Calavia Álvarez, quien expuso que era abogado con experiencia profesional en Luxemburgo y divulgador de la historia militar de España, además de voluntario de Protección Civil y del Erive (Madrid); con su equipo de voluntarios desplegó en Valencia por las inundaciones de finales 2024, por lo cual ha recibido, el pasado 1 de marzo, la "Cruz al Mérito de Protección Civil con distintivo rojo". También ha sido alumno del Instituto de Historia y Cultura Militar: Introducción a la Historia Militar de España y curso de Información sobre uniformología. Ha impartido en el Instituto de Historia y Cultura Militar las conferencias:
"La herencia española en Luxemburgo", "Los países bajos españoles 1555/1713" y "La uniformidad de la policía gubernativa desde 1941".
Otras conferencias impartidas por Guillermo Alcántara sobre la historia militar de España han sido:
Luxemburgo: Brigadistas internacionales y Segunda Guerra Mundial (Ayuntamiento de Morata de Tajuña); La defensa de Luxemburgo: el asedio de 1684 y la actuación de los Tercios españoles (Librería Tercios Viejos); Historia militar del Ferrocarril Metropolitano de Madrid (1919 – 2022) (Rgto de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros nº12)

El ponente comenzó con la afirmación de que la batalla de las Ardenas fue una gran ofensiva alemana lanzada a finales de la Segunda Guerra Mundial (16/12/1944 hasta el 25/1/1945). Se dio a través de los bosques y montañas de la región de las Ardenas, que abarcaban territorios pertenecientes a Bélgica, Francia y Luxemburgo (frente occidental). La gran ofensiva alemana, cogió por sorpresa a las unidades americanas, que tuvieron que llevar a cabo un gran esfuerzo para contenerla y derrotar a las unidades alemanas posteriormente.
Continuó con la descripción de la pretensión teutona de partir en dos la línea aliada formada por unidades británicas y estadounidenses. Se pretendía tomar Amberes y luego embolsar y destruir a cuatro ejércitos aliados. Hitler quería obligar a los aliados a negociar. Una vez logrado esto, podría concentrarse totalmente en el teatro oriental de la guerra e incluso involucrar a los estadounidenses e ingleses en la lucha contra los rusos. Es decir, su idea era recuperar la iniciativa y lanzar una potente contraofensiva que le diese más argumentos para poder sentarse a la mesa de negociación, obligándolos a firmar una paz por separado, independiente de la Unión Soviética.
La ofensiva sería planeada con el mayor de los secretos, suprimiendo las comunicaciones por radio y con el traslado de tropas y el equipamiento necesario de noche; su amplia red telefónica y la telegráfica favorecieron la no utilización de las radios. Como consecuencia, el Tercer Ejército estadounidense, que ya no podía interceptar las comunicaciones alemanas, sería sorprendido totalmente; esto ocurrió también por un exceso de confianza aliada y un reconocimiento aéreo deficiente.
Guillermo Alcántara siguió con la explicación de que el general Eisenhower había elegido la región de las Ardenas por ser una zona que se podía conservar con un número de tropas reducido. Allí no había objetivos operativos para los aliados y el terreno ofrecía una favorable posición defensiva; no había carreteras y se sabía que los alemanes utilizaban la región del este de las Ardenas como zona de descanso. A principios de octubre, los aliados habían limitado sus ofensivas para mejorar sus líneas de abastecimiento. Con los aliados detenidos, el mariscal de campo alemán Rundstedt pudo reorganizar las unidades alemanas.
Debía ser un ataque relámpago clásico a través de las montañas de las Ardenas; se pretendía una repetición de la exitosa ofensiva alemana dada allí durante la batalla de Francia en 1940. En tal zona, fueron destrozadas las unidades francesas y pudieron aislar a las británicas, que abandonaron el continente. Ahora se pretendía dividir a los ejércitos de la línea británico-estadounidenses y ocupar Amberes. Hitler pensó que los "ricos" estadounidenses eran incapaces de luchar y que era posible que se hundiera su línea ante pérdidas significativas. Las fuerzas principales avanzarían por el oeste hasta el río Mosa, luego girarían al noroeste hacia Amberes y Bruselas. El cerrado bosque de las Ardenas haría que los movimientos rápidos fueran difíciles, aunque, traspasado el rio Mosa, el campo despejado contiguo, permitiría alcanzar la costa rápidamente. Las unidades blindadas alemanas tendrían que apropiarse del combustible estadunidense durante su avance.

Un relativo éxito inicial se consiguió gracias a un tiempo con mucha niebla y nubes bajas, lo que hizo imposible utilizar las fuerzas aéreas aliadas, muy superiores a las alemanas. Una fiera resistencia en Bastón y un terreno que favorecía la defensa retrasaron o los alemanes. Los refuerzos aliados, que incluían al Tercer Ejército del general Patton, y las mejores condiciones meteorológicas motivaron el fracaso de la ofensiva.
Para la ofensiva, Hitler ofreció a sus generales un total de 18 divisiones de infantería y 12 blindadas o mecanizadas. El plan era reunir 13 divisiones de infantería, dos divisiones de paracaidistas y seis divisiones tipo pánzer de la reserva estratégica del Oberkommando der Wehrmacht (OKW). Hitler reclutó 500.000 nuevos soldados y reequipó sus divisiones blindadas con nuevos carros de combate Panzer, Tiger I y Tiger II; pero demasiadas unidades estaban formadas para combatir con mezcla de veteranos y reclutas muy jóvenes o viejos. El tiempo dispuesto de entrenamiento e equipamiento fue escaso. Sin casi combustible, hubo que transportar suministros por tren y con caballos; como consecuencia, la ofensiva se retrasó del 27 de noviembre al 16 de diciembre.
Antes de la ofensiva, los aliados estaban casi totalmente ignorantes sobre el movimiento de tropas alemanes. Las enérgicas medidas adoptadas por la Wehrmacht, después del intento de asesinato de Hitler el 20 de julio, dieron como resultado una estricta seguridad. Los pocos conocimientos de inteligencia que disponían, hicieron suponer que los preparativos alemanes eran solo defensivos. Esto se hizo incrementando el número de baterías de fuego antiaéreo en la zona y la multiplicación artificial de las transmisiones de radio. Los aliados llegaron a la conclusión de que la información carecía de importancia.
El ponente describió, a continuación, la reorganización de cuatro ejércitos para la operación. El más importante, sería el 6.º Ejército Panzer, bajo el mando del general de las SS Dietrich; su misión era la más importante de la ofensiva, pues debía ocupar Amberes. Entre que los estadunidenses de la zona se habían esforzado en preparar su zona defensivamente y la falta de experiencia en el combate de las unidades alemanas, el avance fue muy lento y posibilitó a los aliados reforzar las posiciones y detener el avance.
El 5.º Ejército Panzer, mandado por el general Manteuffel, llevaría a cabo el ataque central y tendría que llegar a Bruselas. En principio tuvo un gran éxito y realizó una importante penetración, pero también pudo ser detenido a pesar de haber sorprendido a las unidades americanas que no se habían preocupado de preparar su zona defensivamente.
El 7.º Ejército, cuyo jefe era el general Brandenberger, tuvo como misión proteger el flanco sur. Sin casi unidades blindadas, avanzaría poco.
El 15.º Ejército, al mando del general Von Zangen, estaba situado en el extremo norte y tenía la misión de retener a las fuerzas estadounidenses y británicas de la zona, con la posibilidad de lanzar su propio ataque, si se daban condiciones favorables, pero no tendría ocasión de progresar.

El 16 de diciembre de 1944, a las 5:30 horas, los alemanes comenzaron el asalto con una preparación artillera impresionante a lo largo de hora y media, usando 1.600 piezas en un frente de 130 km. La impresión inicial de los estadounidenses fue que era una respuesta, prevista y localizada, a un reciente ataque aliado sobre el sector de Wahlerscheid al norte, donde la 2.ª División de Infantería había hecho mella en la línea Sigfrido. En el sector septentrional el 6.º Ejército Panzer de Dietrich asaltó la brecha de Losheim y la cresta de Elsenborn en su esfuerzo por abrirse camino hacia Lieja, pero no podría seguir mucho más.
Intensas tormentas de nieve cubrieron amplias zonas de las Ardenas. Aunque el temporal mantuvo los aviones aliados en tierra, también causó problemas a los alemanes que entorpecieron su avance. Padecieron los blindados y vehículos grandes atascos y aumentó la necesidad de combustible en todas las unidades de vanguardia. Los ataques de la infantería del 6.º Ejército Panzer en el norte salieron mal parados debido a la inesperada y fiera resistencia de las 2.ª y 99.ª divisiones de infantería estadounidenses. Sin embargo, el ataque del 5.º Ejército Panzer, arrolló a las inexpertas tropas estadounidenses que defendían las Ardenas, capturando siete mil prisioneros en un solo día. Prácticamente nadie en el mando aliado esperaba una ofensiva germana tan importante.
Para EEUU, que tenía 610.000 hombres en la zona, supuso cerca de 89.000 bajas (19.000 muertos, 46.500 heridos y 23.500 prisioneros y desaparecidos). La batalla de las Ardenas fue, para los americanos, la más sangrienta batalla de la 2ª Guerra Mundial.

A continuación, el conferenciante, en atención a los alumnos asistentes de la Academia de Caballería, pasó a describir la actuación de los grupos de Caballería que tuvieron las misiones de formar la cobertura y efectuar reconocimientos. Teniendo en cuenta los medios blindados ligeros de que dispusieron, poco más podrían hacer. Siguió con una ligera explicación de la evolución de la Caballería norteamericana desde 1930 a 1945, para describir posteriormente la derrota 14th Cavalry Group en la localidad de belga de Poteau.
Terminó, con la exposición de imágenes de materiales y recuerdos de la actuación de unidades de Caballería en Hamm, Petange, Clervaux, Ettelbruck, Wiltz y Useldange (Luxemburgo) y Bastogne, Vielsam, La Roche en Ardenne, Stavelot, Houffalize, La Gleize (Bélgica); así como de la película rodada en España: La batalla de las Ardenas.
Guillermo Alcántara aportó en su intervención muchísima información con gran fluidez y claridad, quizás expuesta demasiado rápida, aunque los alumnos estuvieron muy atentos. Posteriormente, los alféreces participarían en el turno de preguntas con cuestiones muy bien planteadas, que daban muestras de haber asimilado tan intensa información, de datos e imágenes, y de la atención prestada al conferenciante.


Recensión de la conferencia a cargo de Juan María Silvela Milans del Bosch