Y después del incendio ¿qué?

27.09.2022

Por Luis Madrigal García

En la madrugada del día 26 de octubre de 1915 se produjo un incendio en el edificio que ocupaba la Academia de Caballería, el denominado Octógono, a consecuencia del cual y después de tres días activo, se produjo la destrucción de éste.

Desde hace tiempo he sentido la curiosidad de saber como se desarrollaron las actividades académicas en este centro de enseñanza militar, y como fue el funcionamiento de lo que podríamos llamar vida cotidiana en los aspectos más básicos, ya que no había infraestructura adecuada puesto que el incendio la había destruido.

En aquellas fechas el personal destinado en la Academia se componía de: 1 coronel director, 2 tenientes coroneles, 4 comandantes, 13 capitanes, 13 primeros tenientes, 1 médico mayor, 1 médico primero, 1 veterinario primero, 1 veterinario segundo, 1 capellán primero y 1 profesor segundo de equitación, además de 113 alumnos distribuidos éstos en tres cursos correspondiendo 31 a 3º curso, 50 a 2º curso y 32 a 1º curso (1). En el siniestro no hubo bajas de alumnos ni de tropa, y, que se tenga conocimiento, tampoco entre los caballos, que componían la plantilla de la Academia, medio fundamental para desarrollar la función docente.

(1) Datos extraidos de la colección de anuarios militares 

El problema más urgente que se le plantea en aquel momento al coronel director es la continuación de la vida y el funcionamiento del centro, cuyos aspectos esenciales eran el alojamiento y alimentación de personal y ganado y la continuación del plan de estudios de los alumnos. Por descontado, no se puede olvidar que hay otro problema de mayor importancia cual es, la reconstrucción del edificio, pero aun siendo importante, no era de urgencia vital

En un primer momento los alumnos son alojados en el Colegio Santiago para huérfanos de Caballería, según se desprende de los telegramas que se cruzan el Capitán General de la 7ª Región Militar y el Ministro de la Guerra en la mañana del mismo día 26 (2). De la lectura de los mismos se deduce la continuación de los alumnos en régimen de internado. Es oportuno señalar que el citado colegio es una institución creada en 1892 con la finalidad de acoger y educar a los huérfanos de personal del Arma, y que en los años a que nos estamos refiriendo estaba ubicado en la calle Muro de la capital vallisoletana.

(2) Telegrama oficial de CAPGE 7ª RM. a ministro Guerra nº 617 de fecha 26/10/1915 Telegrama Ministro Guerra a CAPGE 7ª RM. nº 7378 de fecha 26/10/1915

Colegio de huérfanos Santiago circa 1916. Foto museo ACAB

Cuando el general Aranaz e Izaguirre, Inspector de Academias Militares, llega a Valladolid el día 26, autoriza a los alumnos que tuvieran familia en la plaza a externalizarse (3), quedando en el colegio, en régimen de internado 56 alumnos, decisión tomada, sin duda, para aliviar la crítica situación que en cuanto a locales para dormitorios se le presenta al centro. Las clases prácticas se reanudan el día 27 por la tarde, con actividades de instrucción pie a tierra y a caballo, según informa el general Aranaz al Ministro de la Guerra en telegrama de fecha de ese día (4), y al día siguiente, 28 de octubre, en locales del mencionado Colegio comienzan las clases teóricas según se desprende de la comunicación telegráfica que el mencionado general remite al ministro en esa fecha, en el que se puede leer: "...y reunidos alumnos en amplio local de buenas condiciones, reanudarán hoy clases teóricas con arreglo a los elementos disponibles..."

(3) Telegrama Oficial de Inspector de Academias General Aranaz a ministro Guerra nº721 de fecha 28/10/1915

(4) Telegrama Oficial del Inspector de Academias a Ministro nº 684 de fecha 26/10/1915

De la lectura de los párrafos anteriores se deduce que las autoridades actuaron con diligencia, resolviendo los problemas de alojamiento y continuidad de las clases con prontitud, aunque fuera de forma provisional y en precario. El mismo día 26 de octubre tiene lugar una reunión de las primeras autoridades militares y civiles de Valladolid, presidida por el alcalde de la ciudad, señor Antonio Infante, con el fin de dar soluciones a los problemas planteados, así como para empezar los trámites, para la reconstrucción del centro. El alcalde, en nombre de la corporación municipal, se ofrece, junto con las demás autoridades a dar toda clase de facilidades para colaborar en lo que sea necesario a fin de paliar los efectos de tan desgraciado hecho (5).

(5) Acta sesión extraordinaria del día 26 de octubre de 1916

En cuanto a la tropa y caballos, su alojamiento se resuelve de forma provisional en dependencias de la Academia que no se habían visto afectadas por el fuego, según se desprende de la carta dirigida por el, coronel director Marcelino Asenjo al alcalde de Valladolid, en el mes de noviembre, en la que entre otras cosas dice ".....en vías de resolución el problema de la instalación de 140 hombres y 200 caballos en los locales del patio del picadero habilitados al efecto y en una caballeriza provisional que construirá la comandancia adosada al muro exterior de la caballeriza circular en la parte que da al puente y cauce del Esgueva; instaladas en los mismos locales las clases y más imprescindibles servicios cuales son el comedor y cocina, queda por resolver el más importante; la instalación del internado para 50 o 60 plazas....(6)

(6) Carta dirigida por el director de la Academia al alcalde de Valladolid con fecha 18 de noviembre de 1915

Por otra parte y en el apartado "Necesidad de la obra" del proyecto de la cuadra provisional mencionada, redactado por el Maestro de Obras Militares Sebastián Guerra García y aprobado el 19 de mayo de 1920 se dice que:" se carece de cuadras, y se han habilitado otras que servían de cocheras, picadero y cobertizos no bastan......razón por la que se ocupan transitoriamente unas cuadras denominadas Parador de Rioseco en la carretera de Adanero a Gijón en la orilla derecha del río Pisuerga a poca distancia del puente Mayor, de propiedad particular......." (7)

(7) Proyecto de cuadra provisional para alojamiento de 50 caballos en el solar de la Academia de caballería. Comandancia de Valladolid 1920.

Cuando se leen los párrafos anteriores se deduce que tanto la tropa como los caballos están relativamente bien acondicionados y que los alumnos, ya tienen habilitados unos locales en las dependencias de la Academia para recibir las clases teóricas, pero su alojamiento en precario no puede seguir siendo el Colegio de Santiago. Continúa la carta diciendo: "Partiendo de la absoluta imposibilidad que existe de que los alumnos internos continúen en el Colegio de Santiago......la solución única......es la habilitación de la casa nº 3 de la Calle de los Doctrinos". El alcalde Infante, de acuerdo con la actitud de colaboración de la corporación municipal para facilitar y resolver las necesidades de la Academia, ordena al arquitecto municipal señor Baeza Eguiluz que presupueste la obra a realizar y éste con fecha de 26 de noviembre redacta el presupuesto que asciende en total a la cantidad de 25.190,42 pesetas (8).

(8) Sesión ordinaria del Ayuntamiento de Valladolid de fecha 25 de noviembre de 1915.

El edificio estaba ubicado en la acera norte de la calle Doctrinos, única edificada, y la vía en ese momento se empezaba a urbanizar compactando el terreno de la calzada que discurría por encima del cauce del Esgueva.

Ubicación de la casa nº 3 de la calle Doctrinos. Ayuntamiento de valladolid

A pesar de no haber obtenido los planos de la obra, de la lectura detenida del presupuesto se deduce que la mencionada casa constaba de planta baja y tres plantas superiores. En la planta baja se ubicarían: cuerpo de guardia, sala de estandartes, guadarnés, correcciones y retretes. En la 1ª planta se ubicarían: el coronel director, secretaría del coronel, escribientes, jefe de estudios, secretaría del jefe de estudios, archivo de estudios, teniente coronel jefe del detall, caja, archivo de caja, archivo de mayoría, auxiliar, escribientes y retretes. En la 2ª planta estarían: dormitorio de alumnos, retretes, cuarto de aseo y el capitán de día. En la 3ª planta se ubicarían: salón de estudio, dormitorio de alumnos, enfermería, oficial de servicio, retretes y cuarto de aseo.

Los problemas, se intentaban resolver, como vemos, gracias a la colaboración tanto de la Comandancia de Ingenieros, como del Ayuntamiento de Valladolid. Pues bien, siete meses y algunos días más tarde, es decir, el día 15 de julio de 1916 en el Diario oficial del Ministerio de la Guerra nº 157 aparece una circular de fecha 13 del mismo mes firmada por el ministro, teniente general Luque , por la que autoriza ".....el externado provisional de los alumnos de la Academia de Caballería hasta que se terminen las obras necesarias para su instalación en la nueva academia,......" y se dan las gracias al Colegio de Santiago, por las atenciones que ha tenido con la Academia.

No deja de extrañar que, en el capítulo de agradecimientos de la mencionada circular, no se cite al Ayuntamiento de Valladolid, que según he expuesto en párrafos anteriores, había, en principio, tenido las mismas atenciones en cuanto al alojamiento de alumnos que el Colegio de Santiago. Todo ello lleva a pensar si la presupuestada obra de acondicionamiento de la casa número 3 de la calle Doctrinos, llegó a realizarse. Tengo dudas más que razonables de que no fue así, y no he localizado ningún documento que confirme el uso de ese edificio por parte de la Academia, aunque no es descartable que así fuera.

Tampoco se descuida el cuidado y conservación del armamento y equipo; monturas, mosquetones, lanzas etc. que sabemos se salvaron del incendio, por el telegrama que con fecha 26 de octubre remitió el Capitán General de Valladolid al Ministro de la Guerra (2). Su almacenamiento no debía ser el adecuado ya que en el apartado "Necesidad de la obra" del Proyecto para habilitación de un guadarnés provisional se puede leer :...actualmente están almacenados en malas condiciones en el repuesto y distribuidas donde se puede, con perjuicio para la enseñanza de los alumnos pues tienen que simultanear o escalonar para en un momento dado ensillar y equipar su caballo" (9).

(9) Proyecto de habilitación un guadarnés provisional para la Academia de Caballería. Comandancia de Valladolid. 1920

Sigue argumentando el autor del proyecto, maestro de obras Sebastián Guerra García, que el material es valioso pues cada montura completa tiene un valor de 350 pesetas que multiplicadas por las 200 existentes tienen un valor de 70.000 pesetas. Lo mismo hace con los 200 mosquetones a 72 pesetas cada uno y con las 200 lanzas a 32 pesetas cada una lo cual sube el montante total a 90.800 pesetas. El valor de los equipos y armas es elevado y merece la pena afrontar los gastos que suponen la obra.

Por otra parte, si tenemos en cuenta que el 21 de julio de 1916, se firma un convenio de arrendamiento entre el Ayuntamiento de Valladolid y el señor Prieto de la Cal, en nombre de su esposa doña Carmen Dibildos Sanz, como propietaria, de la casa situada en la Plaza de Tenerías nº 22, para que se instale en ella" las cátedras y otras dependencias de la Academia de Caballería", parece que el problema de aulas para clases de los alumnos también está en vías de solución.

Este convenio o contrato de arrendamiento empezaría a regir a partir del 1º de septiembre de 1916, y la renta anual que el ayuntamiento debe abonar al propietario se fija en 3.000 pesetas anuales, que el propietario condona al ayuntamiento los dos primeros años. Además, el señor Prieto anticipará el coste de las obras de acondicionamiento al ayuntamiento, ya que éste no contaba con partida presupuestaria para hacer frente al gasto, cantidad que le será devuelta al año siguiente con los intereses correspondientes que son del 5%. El coste de las obras es de 25.235,40 pesetas, según presupuesto que presenta el arquitecto municipal don Juan Agapito.

Ubicación plaza de Tenerías. Ayuntamiento de Valladolid

Vista parcial del plano de la casa de Tenerías. Ayuntamiento de Valladolid

La casa es utilizada por la Academia de Caballería hasta el día 19 de diciembre de 1928, en que el comandante de caballería don Casimiro Gimeno Bayón, en representación de la Academia, hace entrega de las llaves de la casa nº 22 de la plaza de Tenerías a don Eladio Ciancas alcalde accidental del Ayuntamiento de Valladolid, por no necesitar la casa ya que la Academia se había instalado en el nuevo edificio. Esta fecha puede ser considerada como la de ocupación del edificio principal, donde se ubican las aulas y otras dependencias de la nueva Academia. Anteriormente y con fecha 1º de marzo de 1924 se había inaugurado el internado de alumnos, acto presidido por su alteza real Fernando de Baviera y Borbón en representación de SM el Rey Alfonso XIII y bendecido por el arzobispo Remigio Gandasegui Gorrochategui que lo era de la ciudad de Valladolid, por lo que es razonable pensar en esa fecha como en la que se restaura la condición de internos para los alumnos.

Fernando de Baviera y Borbón con las autoridades militares el 1 de marzo de 1924. Museo ACAB

El arzobispo Gandásegui con las autoridades eclesiásticas el 1 de marzo de 1924. Museo ACAB

Al cabo de 13 años y 2 meses, la Academia de Caballería volvía a estar reunida en un nuevo conjunto de edificios, entre los que destaca el edificio principal, con una magnífica fachada de estilo Renacimiento español, que los visitantes de la ciudad pueden admirar y de la que hace un año se celebró el centenario de la colocación de la primera piedra, precisamente en el edificio del internado

Después de los datos y opiniones reflejados en los párrafos anteriores ya es posible contestar a la pregunta que encabeza estas líneas, y la contestación es que hubo una respuesta rápida y eficaz por parte de la dirección de la Academia a la situación que se presentó, se consiguió aminorar los efectos que supuso el incendio en lo referente a la continuación de la enseñanza, se constató el aprecio que la Academia suscitaba en la ciudad, reflejado en la actitud de total colaboración de la corporación municipal y además se pudo contar, tiempo después, con el magnífico edificio que hoy preside la plaza de Zorrilla

Vista actual fachada de la Academia de caballería. Museo ACAB.